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Los agujeros de gusano funcionaban bien cuando uno sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Estaba segura de que cualquier otro superhéroe que pudiera hacerlo sabría controlarlo demasiado bien. Pero Bellamy no era otro superhéroe y el no lo sabía controlar.
De acuerdo a lo poco que sabía sobre la vida del mellizo antes de llegar a Vitalia, apenas controlaba su don con ayuda de sus padres, pero no era capaz de decorar al cien por ciento su funcionabilidad.
Por eso, cuando Olivia le pidió que visualizara la base de los Vengadores en las afueras de Nueva York, Bellamy debió pedir ir allí. Sin embargo, su mente lo traicionó y terminaron arrojados del otro lado de la ciudad, muy lejos de donde querían llegar.
Y para su gran sorpresa, la ciudad parecía un verdadero caos.
El corazón de Olivia se contrajo al no reconocer su amada ciudad tal y como la recordaba. Había cientos de autos abandonados en la calle y no había ni un alma dando vueltas por la ciudad.
La rubia recordaba una ciudad hermosa, una ciudad repleta de personas locales y turistas. Recordaba los puestos de comida sobre las calles, la cantidad de artistas que le daban vida a las veredas. Ahora no había nada de ello.
Las calles estaban sumidas en un vacío aterrador. No había rastro de vida humana alguna, a excepción de los miles de autos que se encontraban abandonados en medio de la calle sin orden alguno, cómo si las personas dentro de ellos simplemente hubiesen desaparecido en un mínimo segundo.
No se oía absolutamente ningún sonido, incluso el aire, la suave brisa parecía haber sido silenciada mágicamente en ese intaste. Ni los edificios que los rodeaban emitían algún sonido.
Los tres adolescentes caminaron sigilosamente entre los autos anonadados. Olivia observó su alrededor con una sensación en el pecho que no la dejaba tranquila, algo le decía que estaba sucediendo algo anormal y presentía que los eventos recientes en Vitalia estaban relacionados.
-¿Esto siempre es así? -preguntó Bellamy calmadamente, con cautela, pues su hermana parecía verdaderamente afectada.
Por un momento, Olivia había olvidado que su hermano había crecido en otro estado. -No, no entiendo que paso.
-Si esto es la tierra, quiero volver a Vitalia -murmuró Ari, aferrado al brazo de su novio como si Nueva York pudiera atacarlo.
Olivia observó con recelo la imagen y decidió ignorarlo, habían cosas más importante que habían que resolver en aquel momento. -Bell, es evidente que tus poderes no están funcionando así que lo haremos a mi manera -dictó caminando hacia un auto vacío varado en medio de la calle.
Resopló ruidosamente al notar que no había una llave en dónde debía por lo que abrió la puerta del conductor y se metió debajo del tablero en búsqueda de los cables que pudiera manipular. Agradecía profundamente saber cómo hacerlo, de otra forma, tardarían años en llegar a la base.
