Capítulo 5.

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Gwen Trainor.


Mi primera hora de clases comenzaba nada más y nada menos que con la señora Warren, esperaba que hoy fuera menos molesta que otros días, porque yo tampoco me encontraba de humor. Mi cuerpo se sentía pesado, había pasado toda la noche de ayer escuchando parte de las canciones que me recomendó Hult, a decir verdad, tiene buen gusto musical. Su estilo es parecido al de las canciones.

Y no solo me sentía cansada por haberme trasnochado escuchando las canciones, había tenido un sueño muy extraño, era muy borroso, casi no pude detallar nada, era tétrico con colores muy oscuros. Lo único que podía recordar era la voz que me llamaba, una y otra vez por mi nombre como si hubiera estado tratando de despertarme, era casi un eco. Era la voz de un chico, aunque ya había tenido antes sueños parecidos, este no era la excepción.

Estaba de camino hacia el aula de Warren con mis pies arrastrándose por el suelo, cuando vi justo en la puerta de esta, a Graham. Mis pies se fundían al suelo con cada paso que daba, tal vez el corazón iba a salir corriendo de mi cuerpo, él era todo un sueño. Posiblemente estaba soñando en este momento y aún no despertaba. Mi cuerpo comenzó a temblar cuando Graham me miró, el chico sonrió de oreja a oreja como si fuese a mí a quien estaría esperando, y solo se dirigía a mí. ¿Acaso debía detenerme y saludarlo?

Aunque al parecer no debía hacerlo, ya que él venia hacia mí.

—¡Hey! —saludó muy contento. Maldigo cada minuto de ésta mañana en el que desaproveché en arreglarme, llevaba solo unos jeans simples y una camisa corta de color blanco. Y mis tenis, maldición mis tenis eran blancos y parecían grises. Soy un desastre andante.

—Ho— ho— Hola Graham— mi voz salió algo temblorosa. Que no lo haya notado por favor, que no lo haya notado.

Idiota, idiota, idiota.

—Pasaba por aquí, justamente para hablar contigo —me informó.

—¿Y qué es lo que quieres hablar?

—Bueno yo... Sabes que este viernes habrá el juego de fútbol —alzó las manos, agitándolas suavemente como si estuviese dando un discurso, parecía un poco nervioso, Graham era tan tierno —Y luego de eso haremos una fiesta en casa de William Parks.

Entreabrió los labios como si fuese a decir algo más, pero enseguida miró hacia el suelo muy concentrado en sus pensamientos, parecía dudar lo que estaría por decir. Yo me encontraba ahí enfrente de él con las manos jugueteando ansiosamente detrás de mi espalda.

—Al grano, ¿quería saber si querías ir?— preguntó apresuradamente ladeando una sonrisa, me quedé atónita ante su pregunta.

Graham Crawford, el chico por el que he estado desde primaria enamorada me estaba invitando a salir. Era como un sueño, he deseado esto cada momento de mi vida al verlo, parecía una broma. Pestañee varias veces para lograr entrar en la realidad, la realidad que alababan mis ojos.

—No sólo irás conmigo, también irán Wells y los demás, todos los que conoces...¿Así qué...? — explicó con ímpetu, tal vez pensaba que no quería ya que no había dicho ni una sola palabra. Mis labios habían sido pegados mentalmente, y si abría la boca solo balbucearía incoherencias.

—Por supuesto... Yo...Claro — mis palabras tropezaban unas con otras, el chico volvía a sonreír de oreja a oreja como si estuviese realmente satisfecho con mi respuesta. Instantáneamente se acercó a mi chocando sus labios contra mi mejilla. La sangre me empezó a hervir, estaba segura que mis mejillas flameaban y que era notable.

Ángel 234(I&II)Where stories live. Discover now