Capítulo 3.

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Gwen Trainor.                              



Me dirigía a mi habitación nuevamente, podría acomodar de una vez mis libros y ver cómo decorar mi parte ligeramente. Solo traje cosas simples. Al igual que la chica que aún no conozco, traje algunas fotografías con mis amigos y mi familia. Pensándolo ahora, nunca me he tomado una foto con Hult. ¿Eso es normal? Deberíamos de tomarnos, aunque sea una, sin embargo, tengo varias de él en mi celular que le he sacado distraído. Me gusta como sale en ellas, no necesita posar para verse lindo. Si yo fuera la del caso, si fuera él quien me fotografiara sin previo aviso, apuesto que saldría con la boca abierta, los ojos doblados, y soltando saliva al aire.

Al llegar, abrí la puerta y me encontré con la sorpresa de una chica de un tono moreno claro. Su cabello liso, por debajo de los hombros, teñido de azul totalmente, un azul oscuro que parecía casi natural. Llevaba un vestido corto de pequeñas flores. Acomodaba el desastre de su cama antes de darme su total atención apenas entré. Plasmó una sonrisa en sus labios.

—¡Tú debes de ser Gwen!—chilló desde la distancia de su cama.

—Y tú mi compañera —devolví la misma sonrisa agradable. Llevaba en sus manos, una blusa verde olivo. La soltó en la cama y se acercó hasta donde estaba.

—Pamela Hockstetter —estiró su mano en forma de presentación, yo la tomé y dimos un leve agite. A simple vista parecía muy agradable, su cabello teñido no la hacía lucir ruda, todo lo contrario. Tenía buen estilo y era de mí misma estatura—Pero mis amigos suelen decirme Pam, así que dime así.

—Está bien, Pam.

—Debiste encontrar este desorden —ella miró hacia su cama e hizo una mueca de desagrado

Agité levemente la mano en frente de ella—No tienes de qué preocuparte—sonreí muy segura y ella hizo lo mismo.

—Ya me habían informado sobre ti, pensé que llegarías el lunes.

—Yo también, pero me dijeron que estuviera aquí el martes para adaptarme —me encogí de hombros. Ella rodó los ojos y se lanzó sobre su cama.

—Nos quieren encerrar aquí antes de tiempo— bromeó. Reí bajito y fui hasta mis cajas para empezar con lo que debía hacer. Tomé la cinta que cerraba una y la despegué hasta abrirla. Era la caja donde tenía mis libros y pinceles. Luego abrí otra, donde solo se encontraba la pintura que me había hecho Hult, sonreí al verla. La había colgado en mi habitación, ahora la colgaría aquí.


"Retrato de Gwen en mi vida"


—¿Eres de primer año?—cuestioné. Aunque parecía mayor que yo, como si fuese contemporánea con Hult.

—Segundo— respondió—¿Tengo 20 y tú?

—18.

—¡Apenas eres una cría!— volvió a chillar, parecía emocionada —Bien, yo te guiaré en tu nuevo camino —su voz salió como la de un profesor. Con rectitud.

—Deberías— reí—Por ahora todo es nuevo para mí.

—Ah, tranquila—hizo un movimiento con su mano dándome a entender que no le diera importancia —En unos días te acostumbrarás. ¿Ya hiciste nuevos amigos?— indagó. La chica se inclinó hasta su mesa de noche y sacó una cajeta de cigarros. ¿Fumaba? Al parecer, puesto que sacó uno y se lo llevó a la boca. No me había dado cuenta que la miré unos segundos sin responder, se había dado cuenta—Cierto —se dio una palmada en la frente—Discúlpame, tuve varios meses sin compañera y estaba acostumbrada a fumar libremente aquí —alzó el cigarrillo.

Ángel 234(I&II)Where stories live. Discover now