Capítulo 20.

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Gwen Trainor.


La semana pasó tan rápido, pero con Hult los días pasaban lentos. Toda esta semana, cada día nos hemos visto a parte de la preparatoria. Al final de la tarde me viene a visitar y se queda hasta la cena. Poco a poco lo voy conociendo más. Me va dando un poco de él en pequeños fragmentos. A mis padres les agrada, algo que es maravillo. El día del boxeo mi papá lo volvió a invitar al próximo. Y mi mamá y él hace un par de días prepararon ese strudel de manzana que ella tanto quería, apuesto que estaba muy feliz por conseguir finalmente a alguien que tuviese interés por su dulce favorito. Sin embargo, siguen pensando que es sólo mi amigo o eso creo yo que piensan. Hult y yo vamos lento, como él dijo. Esperando que todo fluya, aún hay muchas cosas por conocer de los dos.

Hace unos días la carta de mi abuela me volvió a atormentar. Cada palabra escrita en esa hoja seguía rondando en mi cabeza. Estoy en esta lucha, entre si decía la verdad o era una de sus alucinaciones. Concordaba con mis sueños, por más que he tratado volver atrás y recordar, sigo sin hacerlo. Todo este misterio sigue intacto y aún sigue mi pregunta: ¿A quién se refería con "él"? ¿Esa persona tendría que ver con los sucesos pasados?

Es imposible creer que solo eran alucinaciones de mi abuela. ¿Acaso hay algo más extraño que un auto venga a ti y no te toque? Y Hult... Hult tenía la respuesta a eso. El problema es que no me ha querido decir. Pensaba en enseñarle la carta de mi abuela, por supuesto no iba a saber nada de lo que hablaba ella. Pero si podía explicarme lo que ha pasado, y tal vez podía encajar con lo que ella dice.

Giré la cabeza un tanto hacia atrás para ver al castaño sentado detrás de mí, muy ensimismado copiando lo que Warren escribía en la pizarra. Era muy feliz con tan solo verlo. Desde que llegó a mi vida lo he sido. Y desde que llegó esas extrañas cosas pasaron... ¿Será... Será "él" de quien se refería mi abuela?

Sacudí la cabeza y volví a dirigirme a mi cuaderno. Tampoco es que ella podía predecir mi futuro. ¿Cómo sabría de Hult? Sin embargo, no podía negar que todo esto parecía encajar de una forma muy extraña. Si no es que era pura casualidad... Era lo más probable.

—Hey Gwen— llamó mi atención Tyler Reegan desde su asiento al lado del mío.

Ladeé hacia él y le sonreí—¿Sí?

—He oído por ahí, que eras novia de Graham—expuso en un susurro. Una línea corrugada apareció entre mis cejas ¡Por qué todo el mundo insiste en que era su novia!

—Por fortuna, oíste mal —respondí en su mismo tono y volví a mi cuaderno.

—Me dijeron que eres tan rápida que ahora sales con otro —su toque burlón alteró mis neuronas. Le oí reír junto a otras personas al lado de él. El corazón me empezó a latir tan rápido de la furia.

—¿Eres uno de esos idiotas que creen todo lo que dicen? —desafié.

—Y tú una zorra, ¿no? —sonrió con malicia. Iba abrir la boca y decirle lo imbécil que era, pero me interrumpieron.

—Vuelve a decirle zorra y te juro que tu cara y el suelo se convertirán en uno solo — gruñó Hult detrás de mí. Tyler se puso tan pálido, que en un segundo volvió a concentrarse en su cuaderno sin emitir ni una sola palabra más. Una sonrisa victoriosa se formó en mis labios. Tyler era un completo idiota al igual que Graham. Pensé que había cambiado, siempre ha querido sacarme de quicio por la única razón de que le rechacé una invitación. Desde esa vez, su resentimiento hacia mi, florece más con el tiempo. Muchas personas en el instituto han vuelto hablar de mi esta semana, ya que Graham se ha hecho la víctima en frente de todos diciendo que lo dejé por otro. Y que fui la culpable de que dejáramos de salir. Sus mentiras eran tan estúpidas que ni siquiera me enojaban. Wells y Thomas le dejaron de hablar, puesto que les conté todo hasta lo de Camille, y enfurecieron. Ellos no estaban tan a gusto con que hablara mal de mí, pero les pedí que no hicieran nada al respecto. Graham era estúpido, solo quería hacerme molestar y darle más atención lo alimentaría.

Ángel 234(I&II)Onde histórias criam vida. Descubra agora