Capítulo 1.

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Nota: para los que no leyeron mi post. Sólo subí 23 capítulos de la segunda parte. La próxima semana, subiré los últimos. Ya se darán cuenta por qué. Si notan pequeños errores, serán modificados luego, donde vivo el internet es terrible y tuve que editar desde mi teléfono. Besos ❣️

                             

Gwen Trainor.


Cuando un ángel lo destierran temporalmente de la legión, luego de haber pasado un año aquí, su cuerpo deja de ser inmortal. Y desde ese año el ángel puede envejecer y comenzar su ciclo de vida como cualquier otro humano. Si muere estando aquí, como Atom y Callum dijeron, su cuerpo queda en suspensión en alguna parte del mundo esperando ser devuelto a donde pertenece. La legión. El problema es que esta oportunidad no se la dan a todos, bien si está claro, que si los destierran es por ser desleales en cualquier sentido. Por supuesto no le darán una segunda oportunidad a un ángel que traicionó a la legión. Ese pequeño trece por ciento, de la probabilidad más improbable, lo obtuvo Hult.

Hult fue desterrado para el resto de su mortal vida. Ser desterrado completamente de la legión, significa que eres un rebelde un alma sin lugar. Un ángel rebelde no será más inmortal, no tendrá más misiones. Sin embargo, seguirá siendo un ángel. Por eso les dicen almas sin lugar. Todo lo que conocieron alguna vez, sus cotidianas vidas, desaparece. Son como cualquier otro humano caminando por las calles.

El día de mi cumpleaños, luego de la sorpresiva visita de Atom con los regalos de Hult, al ir a ese bosque, lo que menos esperaba era que el chico apareciera ahí. Realmente no esperaba verlo otra vez, pensé que esa mañana al verlo morir tan lentamente, sería la última en que lo vería. Así como a Hult, a mí también me otorgaron una segunda oportunidad. Nuestro siempre. Otra oportunidad de estar con él.

Y la felicidad que me consumió desde las puntas de los pies, hasta los poros de mi cuero cabelludo, fue inexplicable. Al verlo ahí, sonriéndome con sus labios carmesí y esos ojos emanando destellos por cada milésima de segundo. No dude en salir corriendo hasta sus brazos... Fue un abrazo muy cálido, muy desesperado, lleno de éxtasis. Entre lágrimas lo abracé lo más fuerte que pude, sin poder creer que lo hacía. Creo que lo había dejado sin aire. Él solo carcajeaba imparable. Su sonora risa aterciopelada. Me aseguró una y otra vez que no era una mentira, que no era un sueño y que no despertaría de otra pesadilla. Que él realmente estaba ahí.

Duré tres meses sin saber que era la felicidad, había olvidado cómo se sentía. Perder a alguien que quieres, es la daga de acero más fría que te pueden clavar en el corazón. Con tan solo su tacto, sentí esos fuegos artificiales explotándome las pocas neuronas que me quedaban. Estaba ahí, con mis brazos rodeando su torso, comprimiéndolo tanto que se le hizo difícil respirar por un momento. Al igual que a mí, pero por la eterna felicidad que me asfixiaba. De nuevo, su olor a menta y perfume era parte de mí, me abrazaba como yo lo abraza a él. Tenía esa exquisita sensación de sus largos brazos rodeándome por completo.

¿Y qué fue lo que me dijo mediante un susurro?

"Te ves realmente miserable llorando por mí, Gwen"

Una sonrisa gastada salió de mí, yo solo seguía llorando y llorando. De felicidad, claro.

Tenía tantas cosas que decirle, quería que me dijera tantas cosas. Tanto que el silencio con nuestros cuerpos unidos habló por nosotros. Tuve una hora de sobra para poder hablar con él, debía regresar lo más pronto a mi casa, puesto que tenía un almuerzo con mis padres y amigos. Una hora en donde dije mil palabras en dos segundos. En ese lugar alejado de la ciudad, ese lugar silencioso, lleno de colores y olores, donde era muy feliz, donde lo había perdido y donde regresaba a mí. Hablamos ilimitadamente por una hora, con nuestros cuerpos echados sobre el pasto y las flores. Sus labios tocaban una y otra vez mis mejillas, recorriendo por toda mi cara.

Ángel 234(I&II)Where stories live. Discover now