XII

228 42 16
                                    

En cuanto llegamos a la mansión de Dominic recogí mi portátil y me senté en su sofá. Sabía que algo había cambiado en los últimos días, pero no supe qué hasta ese momento. Sin embargo, el vampiro apoyó la mano sobre este, antes de que pudiera abrirlo y se sentó a mi lado. Le miré molesta, ¿qué le pasaba?

―Sarah, vamos a hablar primero ―me pidió con un tono muy medido―. Sé que estás asustada, pero...

―No estoy asustada, ¿de qué hablas? ―pregunté boquiabierta.

―Bueno, alguien ha quemado tu piso, es normal que tengas miedo...

Le corté con un bufido.

―No tengo miedo, Dominic.

―¿Segura? Si yo fuera tú...

―¿Te refieres a un humano común? ¿Frágil? ¿Débil? ―bufé―. No tengo miedo, estoy furiosa. Y si descubro quién ha sido, pienso matarlo personalmente. Pero no puedo hacer nada, ¿no? Sin embargo, tengo algo de tu demonio.

―Yo no creo que seas una humana corriente, ni frágil, ni débil ―murmuró―. Y seguro que conduces de puta madre.

Le miré fatal, pero se limitó a quitar la mano de encima de mi portátil, con una media sonrisa. Como la noche anterior me había dormido con él, la pantalla se había apagado, pero seguía en marcha. Aun así, fueron unos segundos eternos antes de poder abrir la página de mi blog. Decidí ponerle en precedentes mientras lo hacía.

―Verás, no me juzgues por esto ―bromeé a medias―. Hace un par de años, en la universidad, nos mandaron hacer un blog de noticias, como trabajo que contaba para nota. Pensé aunar mis obsesiones para que fuera más fácil. Busqué noticias sobre cosas... no humanas, y empecé a escribir sobre ello. Teníamos que mantener el blog activo durante seis meses y reconozco que fue divertido investigar todo eso. Aunque, por supuesto, la mayoría de las cosas que encontré eran falsas. Pero me divertía desmintiéndolas.

―Vale... ―respondió con tono cauto.

―El caso es que, tras sacar un diez en la asignatura, iba a cerrar el blog ―continué―. Expliqué a mis seguidores, que no eran más de cinco, que lo dejaba y tal. Entonces me pidieron que no lo hiciera. Dijeron que les encantaba lo que hacía y esas mierdas, ya sabes. Así que me dije que no hacía mal a nadie. Prácticamente más que a sacar noticas me dedicaba a desmentirlas, y eso era muy sano.

―No sé dónde quieres ir a parar ―confesó finalmente.

―En este tiempo, he tenido un éxito más bien bajo, Dominic. Tenía unas cincuenta visitas únicas al día. Una mierda, vamos. Ayer tuve un millón y medio de visitas únicas.

―Estás triunfando diciéndole a la gente que las criaturas somos mentira. Vale. Sigo sin saber dónde quieres ir a parar, o qué tiene que ver esto con Satanás. Aunque te felicito por tu labor.

―Eres idiota ―aseguré, resoplando divertida por su conclusión―. Te lo diré más claro, hasta hace once días, tenía cincuenta visitas... Ahora tengo más de un millón. Por no hablar de la cantidad de comentarios que me está mandando la gente. Antes recibía uno o dos al día. Hoy ya llevo más de mil.

―¿Crees que el aumento de tus visitas tiene que ver con la escapada del Infierno del Primero? ―preguntó confuso.

―Sí. Le has dicho a esa mujer que él tenía que estar haciendo algo. Lo está haciendo, Dominic. Solo que... tras bambalinas. Mira esto ―abrí los mensajes antes de seguir hablando―: «una extraña criatura nos atacó en el camping», «un monstruo nos aterrorizó a la salida del cine», «voy a matarte, zorra...». Vale, ese no... «un vampiro se cuela en mi habitación por las noches para hacerme el amor...», quizá eso sea una pirada... Vaya, es un pirado, qué interesante. Voy a responderle, que nos dé detalles...

Crónicas de Morkvald: Luna de Hielo #3 - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora