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—¡Playa! ¡Playa! ¡Playa!—repetía Junnie emocionado cuando vio por una ventana de la casa el mar que se extendía por el horizonte

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—¡Playa! ¡Playa! ¡Playa!—repetía Junnie emocionado cuando vio por una ventana de la casa el mar que se extendía por el horizonte.

Diez minutos antes de bajar del tren, Han padre y Han hijo despertaron felices por lo reconfortante que había sido su sueño. Junnie se removía inquieto en los brazos de MinHo y lo único que hacía era preguntar cuanto faltaba para llegar, no paró en ningún momento y eso logró sacar a los adultos un poco de quicio. La acción de preguntar una y otra vez cuanto faltaba para llegar la aprendió de Burro por la gran cantidad de veces que ha visto Shrek.

Una vez que el tren se detuvo, tomaron un taxi para llegar a la casa Lee, la cual era inmensa y estaba justo en frente del gran océano frente a ellos. Cabe destacar que YeJun era el más feliz e incluso olvidó el hambre que sentía, lo único que quería era ir al agua.

—Tranquilo, YeJun—lo regañó JiSung—, has corrido por toda la casa.

—Soy curiosho—se defendió el pequeño alejándose de la ventana que lo había tenido prácticamente hipnotizado con la linda vista—. ¿Cuándo llegará MinHo hyung?

Apenas pusieron un pie en la casa, YeJun no perdió el tiempo y recorrió cada habitación para saciar su curiosidad mientras que el celular del trabajo de Lee sonaba insistentemente. Se despidió de ambos con un amargo sabor en la boca porque acababa de llegar y no quería dejar a sus chicos solos pero debía hacerlo y partió a ver como solucionar el problema que lo había hecho viajar en primer lugar, pero antes de irse prometió que en cuanto volviera, los tres irían a la playa.

—En unas horas más—JiSung hizo una mueca.

La casa era grande, debía tener mínimo cinco habitaciones de por sí espaciosas dónde en algunas habían dos camas individuales y en otras habían camas King muy bonitas que se veían demasiado cómodas y unos baños que pasaban de ser simples (probablemente para las visitas) y otros que incluso tenían jacuzzi en las habitaciones, ni hablar de la sala de estar o de la cocina porque, de algún modo, eran mucho más lindas y acogedoras que las mismas habitaciones. JiSung trataba de no recorrer tanto el lugar porque o sino se sentiría muy fuera de lugar y además la incomodidad crecería en su interior.

—¡Papá!—exclamó Junnie sacando a Han de sus pensamientos.

Pestañeó repetidas veces para despejar su mente antes de enfocarse en su pequeño hijo, quién estaba de pie en un pasillo frente a muchas fotografías de distintos tamaños colgadas en ambas murallas.

—¡Oh por Dios!—exclamó emocionado al ver un montón de fotos de MinHo cuando era sólo un bebé.

—¡Quero ver! ¡Quero ver!—repitió Junnie dando pequeños saltitos para ver lo que su padre observaba y lo puso tan contento, pero falló debido a su altura—. ¡Papá!

JiSung rió y alzó a su retoño en sus brazos.

—¿MinHo hyung? ¡Un bebé era!—YeJun sonrió mostrando sus dientes, su padre volvió a reír, le daba mucha ternura escuchar a su pequeño cuando cambiaba el orden de las palabras en las oraciones—. ¿Qué diche ahí?

Han YeJun // MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora