Capítulo 12

5K 355 10
                                    

(...)

Me puse el casco y salí disparada en alguna dirección, en busca de una persona a la que debía unas cuantas disculpas...

POV. Keira

Recorrí las calles de NY siguiendo el rastro que había dejado Chris allí por donde pasaba. Cada vez aumentaba más la velocidad. 50, 60, 70, 80... 120, 130... Estaba ansiosa por ver a mi mate y por pedirle perdón y volver a empezar. El rastro seguía y seguía hasta que me interné en el bosque del otro lado de la gran ciudad. Estaba tan ensimismada con el olor que no me percaté de que me había internado en territorio vampiro. Para cuando quise darme cuenta ya estaba en el suelo, con la moto a unos cuantos metros de mi y con un dolor de cabeza terrible. Poco a poco me quité el casco, haciendo muecas de dolor a cada centímetro que lo sacaba. Miré a mi alrededor y me sorprendí al verme en el centro de un pequeño grupo de seis vampiros. Todos ellos igual de repugnosamente (no se si esta palabra existe xD) hermosos. Pero ninguno tanto como Chris eh, cuidado!

- Que haces aquí, chucho?- me preguntó uno de ellos, fornido, bajo y rubio de ojos, obviamente, rojos.

- Hey, que no soy un chucho! Y vine a ver a un compi vuestro.

Ellos me miraron sorprendidos, supongo que nunca habían visto a nadie que los hablase con tanta tranquilidad, y mucho menos a un quileute como yo.

- A quién?- preguntó curioso el que supuse era el más joven.

- Daniel!- lo regañó el primero que habló.

- Qué?!- respondió Daniel.

Sin poder evitarlo reí.

- Y tú de qué te ríes?- me espetó con el ceño fruncido y claramente enfadado el rubito.

- Oyes, relájate chupasangre, que no te he echo nada, me he reído porque el chaval me ha recordado a mí, contento? Ahora si me disculpais, he de hablar urgentemente con alguien asi que...- empecé.

- Tú de ahí no te mueves.- Me dijo uno que era bastante alto, casi tanto como yo, de pelo negro y mucho menos musculoso que el rubito.

- Ah, no?-Él negó con la cabeza.- Y quién me lo va a impedir?

- Nosotros.- Dijeron todos a la vez.

- No creo que un grupo de vampiritos pueda conmigo...

- Transfórmate, y luego hablamos.- Me dijo el rubito. Dios como lo odio y todavia no lo conozco ( odio por naturaleza aparte).

Suspiré.- Está bien... Aunque luego no digais que no os advertí, cuando estoy en forma de lobo no me controlo tanto...

- Si, si, mucha cháchara pero poca acción.- Dijo el pelinegro.

Gruñí a modo de respuesta.

- Daros la vuelta.- Dije convencida.

- Que?- Dijo incrédulo Daniel.

- Que si, chaval, que os deis la vuelta, lo tengo que repetir? Voy a quitarme la ropa para no romperla o es que sientes curiosidad por verme desnuda?- pregunté con descaro.

Él enrojeció violentamente y yo abrí los ojos, sorprendida. Pensaba que los vampiros no podian sonrojarse...

Bueno, el caso es que a regañadientes me hicieron caso y pude quitarme la ropa. Me transformé y una vez acabado les hablé.

- Ya está, ya os podeis dar la vuelta, chupasangres...- Dije aburrida.

Ellos se dieron la vuelta y al verme abrieron todos los ojos sorprendidos, sin excepción. Las razones: Saphira a parte de ser negra, es una de los lobos más grandes que existen, por lo que quieras o no, impone, y mucho. Sonreí lo más terroríficamente que pude. Ellos palidecieron más de lo que ya eran de por si.

- Que, asustados?- pregunté divertida.

- Qué?- dijo el rubito con la voz más aguda de lo normal.- N-nooo, qué vaa...

No pude evitarlo, me reí estruendosamente, pero luego paré de repente, poniéndome seria y haciendo que los seis chupasangres se tensasen.

- Ahora, vais a decirme donde coño está Christian si no quereis que os arranque la cabeza a todos vosotros uno por uno hasta que no quede ni un títere con cabeza.- Dije con la voz más fría y amenazante que pude.

- Síguenos.- Dijo uno pelirrojo que hasta ahora no había hablado, pero pude ver una sonrisa divertida en sus labios.

- Así o...- pregunté dudosa.

- Así.- me dijo convencido.

Los seguí con calma mientras atravesábamos el bosque. A mis costados iban: A la derecha el rubito y Daniel, a la izquierda el pelinegro y otro rubio, detrás uno castaño y delante el agradable pelirrojo. Caminamos tranquilamente lo que supuse fueron 30 minutos antes de que pudiese ver cualquier rastro de civilización.

En multimedia David

Vampiro y hombre lobo, ¿imposible?Where stories live. Discover now