Capítulo 32

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(...)
..., con la mala suerte que me acordé de que la cabaña no tenía paredes. Tarde.

POV. Keira

Salí del pequeño cubículo que servía como baño envuelta tan solo en una toalla que me cubría lo justo. Miré alrededor en busca de la caja donde habíamos puesto algunas prendas de ropa que habíamos podido salvar del incendio y otras que encontramos en el pequeño almacén anexo al exedificio común. En el interior del almacén habíamos encontrado ropa, comida, colchones y sábanas, útiles de cocina, linternas, armas contravampiros... Me envolví mejor en el trozo de tela y pasé por delante de todos con la cabeza alta en un intento de restarle importancia al echo de que practicamente me estaba paseando desnuda por delante de un monton de adolescentes hormonados hasta las orejas. Llegué con las mejillas sonrosadas y el orgullo por el suelo y cogí unos pantalones de combate ajustados negros, una camisa larga blanca y unas botas militares del mismo color de los pantalones. Me di la vuelta y prácticamente corrí al baño de nuevo. Una vez estuve cambiada cogí aire y salí del cubículo de nuevo. Mis mejillas estaban todavía color carmesí, que se intensificó al ver a Chris mirarme con lujuria.
Bonitas piernas.- me llegó su pensamiento.

Inconscientemente sonreí y miré a mi alrededor. Eran aproximadamente las ocho y media de la tarde, por lo que al ser otoño prácticamente ya era de noche.

- Bien, ahora, a dormir.- Dije firme. Todos me hicieron caso y buscaron algún hueco en el montón de colchones que había esparcidos por toda la habitación. Luego de diez minutos tan solo estábamos en pie Daniel, Christian y yo. Les hice una seña y salimos afuera.

- Que vais a hacer ahora?- preguntó Daniel una vez afuera.

- Convocar a los alphas.

- Y a los vampiros que sean jefes de algún clan.- Añadí yo.

- Cómo?- volvió a preguntar Dani. Sonreí.

- A los jefes no lo se, pero observa atentamente como un alpha llama a otro alpha. Es un don especial de los de nuestro rango. Algunos betas también pueden hacerlo. Hablando de betas... Tengo que escoger uno mañana cuando cree el link nuevo de la manada...- comenté pensativa. Luego me encogí de hombros y me alejé unos pasos de los chicos, que me observaban con atención. Sonreí y me transformé. Estiré mis adormecidas patas y me alejé un poco mas de mis queridos vampiros. No quería destrozarles los tímpanos.

Y entonces aullé. Aullé con todas mis fuerzas y el eco del aullido resonó en el lugar. Motas de algo indescriptible de color azul salieron de mi boca. Era un mensaje especial que tan solo los alphas del mundo podrían descifrar.

El mensaje oculto era: "Convoco a todos los alphas en mi territorio."

Recibí la respuesta segundos más tarde. Tres de los alphas del mundo me contestaron sin preguntas con un "si". En total y contádome a mi somos veinte alphas en todo el mundo. Cada uno con su beta. Solo faltaban dieciseis por confirmar. Mientras me coloqué entre los dos chicos vampiro y me senté sobre mi negro trasero a observar a la luna que ahora estaba menguante. Miré hacia el cielo y observé los millones de estrellas que se encontraban sobre el manto azul oscuro. Al cabo de un rato Christian habló.

- Fue impresionante. Aullaste y sonó... Melodioso... Fue como el cantar de una sirena, quedé hipnotizado...- Daniel asintió, de acuerdo con su hermano.

- Emmm... ¿Gracias?- dije dudosa.

Chris me sonrió. Me tumbé y ambos se sentaron a mi lado.

- Y como llamais vosotros a los jefes de los vampiros?- pregunté curiosa.

Daniel se rascó la nuca y achinó los ojos.- Pues... No es tan cool como lo que haceis vosotros, nosotros...

- Llamamos por teléfono.- Finalizó Christian con una sonrisa. No pude evitar reir. Mi risa sonó ronca y grave, prácticamente fue un gruñido.

- Hey! No te rias! Que nosotros tenemos dones y vosotros no!- protestó Dani.

- Y quién te ha dicho que no los tengamos?- pregunté divertida.

- Emmm... Yo... Yo pensaba que... Vosotros no...

- Jajaja, si que tenemos. Solo algunos, pero si que tenemos. Creo que es algo así como: por cada vampiro que desarrolla un don, un quileute nace especial. Era una canción que me cantaba mi madre de pequeña. Todas las noches le pedía que me contase historias y ella me contaba mitos y leyendas magníficas sobre hombres lobo y sobre vampiros. Desde vampiros duques hasta quileutes reyes. Era fascinante escuchar su maravillosa voz narrar historias tan fantásticas y llenas de magia...- Una lágrima traicionera se deslizó por mi peluda mejilla al pensar que ya no volveria a escuchar la maravillosa voz de mi madre nunca más. Levanté pesadamente mi pata izquierda y me cubrí con ella mis ojos. Una sacudida embistió mi cuerpo en forma de sollozo. Dos manos de tacto totalmente diferente frotaron pacientes mi lomo. Mi vello se estremeció de placer con el contacto de una y de frío con el contacto de la otra. Esperé a que mi llanto meguara para hablar con la voz un poco ronca.

- Yo... Yo tengo un don. Un don que no tiene nada que ver con lo de ser hija de la diosa luna. O eso creo...

- Y cual es, pequeña?- preguntó Chris suavemente.

Sonreí.- Cuando alguien esta en peligro me empieza a doler alguna parte del cuerpo. Ya sea fae, quileute, vampiro, bruja o mago... Es increíble. Aunque doloroso. Hace tiempo que no siento nada, creo que porque yo no queria ese don porque fue por su culpa que mi hermano murió...

- Yo también tengo un don.- Dijo una voz infantil a nuestras espaldas. Pegué un pequeño bote por la sorpresa, pero luego reconocí por el timbre de voz a Samuel. Giré mi cabeza y pude observar a un pequeño lobo rojizo con los ojos grises. Un bonito contraste de colores.

- Ven aqui y cuentanoslo anda Sammy...

Él se acercó a mi y se acurrucó en mi costado, quedando así entre Daniel y yo. Le lamí la cabeza con cariño. Era como un hermanito pequeño para mi.

- Pues... Yo... Yo controlo los elementos.

Abrí mucho los ojos, sorprendida. Muy pocos lobos tenían el don de los elementos. En toda la historia, tan solo dos o tres de los millones de lobos lo tuvieron.

- En serio pequeño?- preguntó Chris, quien había captado mis pensamientos.

Sam bostezó (muy tiernamente por cierto)- Si, mirad.- dijo y al instante salió del rio que pasaba por allí un tentáculo de agua. Se enredó sobre si mismo, formando un lazo y luego el agua cayó al rio nuevamente. Mi boca se abrió hasta límites insospechados. Sentí reir a Samuel debilmente antes de que cayese en un sueño profundo.

- Chris, Dani...

- No te preocupes, descansad nosotros vigilamos.- Dijo Daniel.

Chris asintió.

- Gracias.- conseguí murmurar antes de dejarme envolver por los reconfortantes brazos de Morfeo.

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Hola!! Jajaja, tuve que actualizar el capitulo porque se me olvidó poner nota de autora!! Jeje, bueno, ya lo puse en mi muro, pero os queria preguntar si alguno o alguna seria tan amable de decirme o hacerme una portada para esta historia... Muchas Gracias Por Su Atencion y Compresion!!
Beshuuush!!

Vampiro y hombre lobo, ¿imposible?Where stories live. Discover now