Vampiro y hombre lobo, ¿imposible?

Capítulo 14

(...)
...- Lo cierto es que somos almas gemelas.- Finalicé con una sonrisa inocente.

POV. Keira

Y allí estábamos nosotros dos, cogidos de la mano delante de seis chicos con la boca super abierta y con los ojos desorbitados.

- Exagerados...- Dije disimulándolo con una tos fingida.

- Hey!- me reclamó James (no se como carajos los distingo).- Teneis que entendernos, no todos los dias se ven parejas eternas compuestas por un vampiro y una mujer loba...

- Exacto, además que Keira no es una loba corriente, por lo que he podido observar...- Aportó Jessy.

- C-cómo sabes mi nombre? Yo no te lo he dicho...- Pregunté extrañada.

- Oh, pequeña, hay muchas cosas que se acerca de ti que ni siquiera tu misma sabes aún...

- Jessy puede leer la mente y el alma, es su don.- Me aclaró Josh.

- Y todos teneis dones?- volvi a preguntar, sin dirigirme a nadie en concreto.

- No todos los vampiros tienen, si esa es tu pregunta, pero nosotros en concreto sip.- Me contestó Daniel.

- Y... Cuales son?

- No creeis que es absurdo contarle todo esto a un chucho? Quiero decir, ahora con la informacion que tiene puede ir junto a su manada y contarselo a todo el mundo...- Dijo Finnick, mordaz.

- Acaso...?- Empecé con la voz temblorosa por la rabia que estaba conteniendo, que es mucha teniendo en cuenta que estaba en forma lobuna y no me podía controlar demasiado bien.- Acaso crees, rubito de pacotilla, que soy tan rata como tú para ir y contarles los secretos que pueden arruinar la vida de mi mate y su familia, solo porque soy un chucho?- Finalicé. En aquellos momentos ya me temblaba todo el cuerpo de ira y tenía que descargarla en algo o contra algo. Me había acercado bastante a Finnick, y me había estirado lo maximo que podia para así intimidarlo más, y funcionó, porque en aquellos momentos estaba encogido y tragaba con dificultad. Me giré para mirar a mi mate.- Siento mucho el espectáculo, cariño.- Dije con voz dulce y una sonrisa lobuna pero sincera. Me volví hacia el hermano de Chris, borrando todo rastro de sonrisa y de vuelta a mi voz mas amenazadora.- De esta te salvas porque si empezase no podría parar y Christian tendría un familiar o amigo menos, pero esto no se queda así, no me conoces, no sabes nada sobre mi y has metido la pata hasta el fondo prejuzgándome, porque soy todo lo contrario a lo que has dicho y a lo que has pensado pero no has dicho. Y te lo demostraré olvidando este mal comienzo y empezando de cero, pero ahora no, necesito descargar toda esta ira que llevo contenida dentro. Teneis un gimnasio?- Me giré hacia los chicos que me miraban estupefactos. Asintieron.- Bien, por donde?- Ellos señalaron casa abajo.- Oh, y... Teneis sacos de boxeo?- Ellos se miraron, confusos para luego asentir. Chris tan solo sonreía.- Bien, gracias, me das mi ropa Dani?- le pregunté amablemente.

- Claro.- Respondió él, jovial.

- Tan solo tiéndemela, yo la agarro con los colmillos. Él asintió y me tendió las prendas, tranquilo. Las cogí y me fui trotando tranquilamente en la dirección que me habían indicado. Me coloqué detrás de un arbol enorme y cambié a mi forma humana. Miré mi pelo con desagrado y me prometí a mi misma cambiármelo de color, cualquier color menos azul... Me vestí y seguí caminando hasta encontrar una enorme puerta verde. La empujé con las dos manos y me adentré en el paraíso. En aquel gimnasio había de todo!! Desde máquinas para correr, para levantar pesas, un montón de sacos de boxeo... Me dirigí a uno de los sacos y miré el peso. 160 kg. Lo probé y me servía, por lo que empecé con los golpes, borrando de mi mente cualquier pensamiento, y olvidando por completo todo lo que estaba a mi alrededor...