Volver a vivir: La oscuridad

Una nueva estrella

Era fin de curso y todos nos encontramos bajando del expreso de Hogwarts, la estación 9 ¾ estaba llena de brujas y magos que esperaban a sus hijos e hijas, muchos al verlos corrían a abrazarlos mientras otros se despedían de sus amigo; es un poco triste saber que tendré que pasar una vacación más con lo Dursley y que probablemente no pueda ver a mi padre, dando un suspiro me dispuse a buscar a Vernon pero no lo encontré por ninguna parte.

-¿Buscabas a alguien?- preguntaron a mis espaldas y al darme la vuelta me encontré con mi padrino.

-¿Qué haces aquí te pueden descubrir?- le dije asustado.

-Tranquilo cachorro eso ya no es un problema, desde hace 1 mes soy un hombre libre y tu nuevo tutor- al escuchar eso una gran sonrisa se dibujo en mi rostro, solté todo lo que tenía en las manos y lo abracé muy fuerte.

-¿Pero eso no alertará a Dumbledore?- pregunte soltándolo, él agarro el carrito que llevaba mis pertenencias y empezamos a caminar.

-No, fue el mismísimo Cornelius quien nos ayudó- lo mire confundido- mientras estabas en el colegio nosotros le mandamos varias cartas anónimas que decían que si quería quedar como héroe frente a todo el mundo mágico investigará más nuestros casos, al principio pensamos que no iba a funcionar pero el muy idiota al queres tener más poder lo hizo, se tomó mucho tiempo buscando papeles que nos ayudarán, al tenerlos fue al consejo y se los presentó, ellos los revisaron y nos declararon inocentes a Bellatrix y a mí- lo mire con los ojos muy abiertos- nos quitaron todos los cargos y nos devolvió nuestras cámaras, propiedades y acciones; luego yo fui a pedir tu custodia y me la diero sin ningún problema, al igual que el control de toda tu fortuna.

-Espera, ¿Tia bella también es libre?- el asintió.

-Quizo venir a buscarte pero prefirió no dejar solos a tu padre- volvió a verme- él está ansioso por verte así que apuremos- tomo mi mano y nos apareció en Malfoy Manor, dejamos mis cosas en la sala y le dijimos a un elfo que las llevara a mi recámara, empezamos a caminar hasta llegar a la habitación donde estaba mi padre, desde afuera podía escuchar voces y risas; mi padrino abrió la puerta y nos encontré con todos mis tíos y mi papá, él al verme me sonrío y me pido que me acercara, sin dudarlo lo hice, subí a la cama y lo abrace.

-Mi pequeño Harry- beso mi cabeza y yo escondí mi cara en su cuello mientras empezaba a llorar- mi Niño hermoso no llores ya estamos juntos y no me iré nunca más.

-No sabes cuántos años he soñado con verte, abrazarte y poder decirte papá- levante mi rostro- ahora ya lo puedo hacer y estoy muy feliz.

-Es idéntico a tí- dijo Lucius a mi padre sonriendo- No puede vivir sin meterse en problemas- todos se pusieron a reír.

Pasamos un rato hablando y riéndonos, yo no podía dejar de abrazarlo y decirle lo mucho que lo amaba, en un momento tocaron la puerta y entraron los chicos, se acercaron a mi padre y lo saludaron.

-Mi luna ven- llame a mi novio mientras me levante de la cama y lo tomé de la mano- Papá quiero presentarte a mi novio- mi progenitor me vio sorprendido y luego vio a Draco.

-Mucho gusto- dijo mi dragón extendiendo su mano, mi padre la agarro y lo jalo para darle un abrazo.

-Eres Draco ¿verdad?- el asintió- saben Lucius y yo siempre dijimos que nuestros hijos terminarían juntos- los dos nos sonrojamos- de parte de mía y de mi esposo te damos la bienvenida a la familia Riddle Potter; no dudes en decirme si este chico te llega hacer algo, ten por seguro que yo mismo lo regañaré- Draco asintió sonriéndole.

-Ya escuchaste-sonrió- mi suegro me apoya- me saco la lengua y yo rodé los ojos.

-Papá- dije poniéndome serio- ¿Puedo preguntarte algo?- él asintió con la cabeza- ¿porque dejaste a papá Tom?- ya me había aguantado mucho sin preguntar nada.