VII.

515 52 1
                                    


No he podido dormir nada esta noche, por suerte Aura hoy durmió en casa de una de sus amigas, todo porque hoy no tendría clases. Gracias a Dios por los viernes libres de consejo escolar, aunque en otros días no tenía tiempo para nada y daba gracias a Dios nuevamente por trabajar en un restaurante en que todas las personas, incluido mi jefe fueran tan buenos y pacientes, sobre todo con los niños.

Así que cómodamente podía llevarme a mi hija ahí y podía pasar la tarde encerrada en la oficina jugando o coloreando y sí se aburría la dejaban deambular por el lugar mientras tuviera cuidado de no estorbar a los comensales que caminaban por las mesas.

Esa era una de las cosas que más extrañaría del lugar donde trabajaba antes.

Pero cuando tomé la decisión de ejecutar este plan y de conseguir un mejor empleo que nos diera a mi hija y a mí aún más oportunidades en la vida, me dije a mí misma que era para mejor.

Aunque ahora mismo, mientras corro a la taza del baño para devolver lo poco que he logrado cenar la noche anterior, no estoy tan segura de eso.

Necesito ser aún más fuerte, tener un estomago más fuerte o no lo lograré.

Y tengo que hacerlo, por mi amiga, por mí y por Aura.

¿Y cuál es la razón esta vez de no poder dormir?

Las palabras de mi amiga que me dieron pesadillas la noche anterior bailan dentro de mi cabeza produciéndome una jaqueca que no me deja levantarme del piso del baño, pero si me dejan alcanzar la palanca para conseguir después de tres intentos inseguros el jalarla.

"No lo dejes ir sin pagar por lo que nos ha hecho"

No fueron exactamente las últimas palabras de mi amiga antes de dejar de este mundo, no, esas fueron las más amorosas y tiernas que ni ella ni yo habíamos dicho antes, y por suerte de Dios fueron todas y cada una de ellas, fueron para su hija que aún no tenía nombre en ese entonces.

"Prometo que en esta vida y en otras tú eres y siempre serás el mejor error que he cometido jamás, eres mi luz en la oscuridad, mi amor y bondad para el mundo, por eso te dejó ir"

Nosotras siempre supimos que esto pasaría, esperamos, consultamos a una docena de médicos, esperamos, pensamos, rezamos pero al final la voluntad de Dios era está.

Y nuestro trabajo no era cuestionarla, solo aceptarla y vengar lo que había quedado inconcluso.

Y fue con ese momento que soñé la noche anterior y la anterior y fue solo por eso que Aura se había ido a dormir con una amiga, porque no quería asustarla o preocuparla.

Qué haya pensado, qué haya sabido que su madre, mi mejor amiga en el mundo y la única persona a la que sé que le importaba de verdad, se iba a ir, no era nada para mí.

Aun así dolía como el infierno, quemó en mis venas y me hizo llorar más de lo que había llorado en mi vida por nadie, ni siquiera por mis padres que nunca me quisieron.

Nada te prepara nunca para dejar ir a tu alma gemela al reino de los cielos, no importa con cuánto tiempo cuentes para despedirte, no importa hace cuánto lo sepas, aun así, duele.

Quema como el infierno.

Y es ahí donde pienso enviarlo, él tiene que pagar.


***


Han pasado varios días y con ello volvió la calma y la rutina que tanto amo de mi vida.

Pero eso no es lo que más destaca del día a día.

No quiero fallar en mi trabajo por eso tengo mucho cuidado de ir con pies de plomo en todo, y cuando digo todo, me refiero a todo lo que hago ahí y fuera de ahí.

No puedo arriesgarme a hacer algo mal y que esté después me explote en la cara o que me cueste mi permanencia en este trabajo.

Lo repito, de verdad no quiero fallar en mi trabajo. Me levanto temprano, aún más de lo normal, preparó mi almuerzo y comida y la de Aura, pongo un poco de dinero en su mochila por si ella quiere comprar algún snack en la escuela o por si alguno de sus amigos no llevan almuerzo. Ella suele hacer eso, siempre es buena con todos, en todo sentido. Y después de una buena temporada discutiendo que no podía quedarse sin comer ella para darles a los demás su almuerzo o su dinero, me encontré implementando esta medida para ayudar a todos.

Otra cosa que tuve que hablar seriamente con ella es que no estaba mal defender a las personas indefensas, pero que siempre se puede recurrir a las palabras y si eso no funciona tiene mi permiso para dar una par de bofetadas o un golpe con el puño cerrado, nada más.

Todo esto después de que le desgarro el uniforme a un niño por defender a otro. Como lo dije, al final es mi hija.

Hecho mi botella de agua en mi bolsa, plancho un poco mi ropa y cojo todo lo necesario y lo pongo en mi bolsa de mano. Llaves, cartera, repuesto de lentes de contacto, algo de cambio suelto por si acaso, labial humectante, lentes de sol, audífonos inalámbricos, cargador y con eso estoy lista para correr a la habitación de Aura. Son pasadas las seis de la mañana, la escuela comienza a las ocho y aún hay que caminar un par de calles hasta ella.

Levantó a mi niña, la ayudó a vestirse y despabilarse, mientras ella misma se cepilla los dientes y se lava la cara yo le sirvo su desayuno. Y mientras ella lo come, yo le hago una coleta de caballo y en el centro un moño de color magenta.

Cuándo Aura nació tuvo un desorden conocido como heterocromía, que es básicamente una coloración anormal en sus ojos, que aunque se le quito con el tiempo, al principio los tenía de color magenta, no duró demasiado pero jamás podré olvidar ese color, se volvió nuestro color favorito desde ese día, ahora lo teníamos en todo.

Moños, ropa, paredes, cojines de la sala y en todo lo que pudiéramos ponerlo.

—Mami hoy podrías ponerme un emparedado adicional en mi lonchera, de jamón y queso amarillo si se puede, sino sin queso.

—Por supuesto mi cielo.

—Mamá... —La niña me mira y juro que veo reflejados en sus ojos todo el amor del mundo.

—¿Qué pasa? Cariño.

—Te amo.

—Yo también te amo mi reina, pero debemos darnos prisa o se nos hará tarde.

—Sí, mami. —Dice la niña metiéndose el último bocado de Waffle dentro de su pequeña boca, se le cae un poco de miel de ella y cuando le miró, veo al amor de mi vida de nuevo dentro de ella, a mi alma gemela, mi mejor amiga.

Casi lloró.

Te extraño Ness.

Sr. Hamilton "Trilogía: Tú, Yo y Nosotros".Where stories live. Discover now