07-Encuentro inesperado

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El resto de la tarde se la pasaron en Ichiraku's, el restaurante que frecuentaban la pareja Uchiha en su infancia, disfrutando de la bella vista llena de alegría, diversión y ánimo de la Feria de los Colores. La pequeña Uchiha divisó a unos niños cerca de su edad jugando cerca de la fuente al centro de la plaza y le rogó a sus padres que le dejaran ir a jugar.

Después de lograr que Sasuke aceptara dejarla ir, la niña corrió a buscar a los niños con la esperanza de poder hacer nuevos amigos.

—¿Estas segura que hay niñas ahí también? —pregunto Sasuke, sabiendo como pueden ser los niños a la corta edad de 6 años

—Tranquilo querido, vi ahí a dos pequeñas, estará bien. Además ya conoces a Sarada, los niños no le podrán hacer nada, tiene lo mejor de nosotros dos. —termino de decir mientras tomaba su mano cariñosamente.

—¿Qué te parece si ahora que ella se fue a jugar un rato, tomamos un trago? Ni tu ni yo hemos podido probar los tragos de aquí sabes. —le pidió la ojijade a su esposo. El la miró algo sorprendido, pero de inmediato lo hechizó con su mirada; otra vez. A regañadientes, el azabache se paró y entró en la sección del bar para comprar unos tragos.

Poco después de que su esposo entrara a la taberna, noto que su cabello retomaba su característico color rosado. Estaba a punto de ponerse el gorro de la capa que traía cuando oyó la dulce vocecilla de su hija llamarla:

—¡Mamá! —la pelirrosa volteo y vio a su hija jalando a un niño rubio quejumbroso hacia donde ella estaba sentada.

—¿Quién es tu amigo Sarada? —pregunto dulcemente la adulta, llamando la atención del pequeño niño

—Dice que se llama Boruto y dice que es el príncipe y que está perdido, pero no le creo que sea el príncipe —dijo la infante con una pequeña expresión seria dirigida al niño sacándole la lengua. Sakura le echó un vistazo al pequeño, estaba bien vestido con ropas negras con detalles blancos y magentas. El niño volteo a ver a la adulta y quedó asombrado con su distintivo color de cabello, ella aprovechó para observar su rostro, cabello rubio y brillante como el sol, piel ligeramente bronceada, dos pequeños zafiros como ojos y dos bigotes en cada mejilla. Sin duda era la imagen de Naruto, ¿pero que hacía solo en la ciudad?

Vino la imagen de los pasadizos secretos en el castillo a su mente y supo de inmediato como había terminado ahí, pero decidió preguntar por si acaso.

—Bueno Boruto, ¿cómo fue que te perdiste?

—Bue bueno, estaba jugando con mis amigos cuando ELLA llegó y dijo que quería jugar, le dijimos que podía ser princesa con las otras niñas pero

—Pero yo le dije que ser princesa es muy aburrido y que quería ser caballero

—Oi! ¡Yo estoy contando la historia!

—Si, pero ella es mi mamá

—Pues no te pareces a ella

—Porque me parezco a mi papa

—¡Pues yo soy el príncipe!

—Para mi no, dobe

—¿Cómo me llamaste Teme?

—Do-be

—Te-me

—DO-BE

—TE

—Bueno bueno, entonces que paso después de que llegara Sarada, Boruto?

—Discutimos un rato y el resto se tuvieron que ir, y yo ya no sabía dónde estaba. Ella dijo que sus papás sabían llegar al castillo y me trajo aquí, aunque le dije que mis papás no estaban en el castillo. —terminó de explicar el niño mientras señalaba a una enojada Sarada con los brazos cruzados sobre su pecho.

Dinastía de FuegoWhere stories live. Discover now