027-"Socios"

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Sukea no pudo evitar hacer una mueca de sorpresa al ver a la chica de unos quince o dieciséis años frente a él. Si no se equivocaba, era la misma chica que hace unas horas estaba bailando flamenco como parte del entretenimiento del lugar. Cabello largo negro, piel pálida y en vez de sus ojos negros hipnotizantes, ojos rojos como rubíes brillando en la oscuridad. La iluminación brindada por la vela era poca pero alcanzaba para poder checar el atuendo de la fémina: unas botas negras de lazo hasta la rodilla, pantalón ajustado del mismo color, una camiseta blanca y un gran saco, probablemente azul marino con vuelo hasta los tobillos y cubriendo su pecho, imitando a quien alguna vez fue el Halcón Sangriento.

"Ella es la viva imagen de él" pensó.

—¿Y? ¿Dónde están las joyas? —preguntó ella cruzando sus brazos sobre el pecho y regresando el color ónix a sus ojos. El castaño estaba dispuesto a hablar al considerar algo peligroso el verla acercarse, pero alguien le ganó dicha oportunidad.

—Señorita, le dijimos que esperara en el barco —comentó el pelinaranja fornido impidiéndole a la chica acercarse a el dichoso informante, ella frunció el ceño —Juugo no pensaba quedarme ahí con algo tan importante, los tres lo saben, ¿Y que no fue el último deseo de mi padre que siguieran mis órdenes al pie de la letra? Obedece —ordenó de manera tajante y fría. El gran hombre de inmediato siguió la orden y le permitió continuar su camino, eso fue suficiente para dejar claro a Sukea que ella era la máxima autoridad, él rió de manera disimulada.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunto alzando su rostro, claramente ofendida

—Disculpe...señorita, es solo que no creí que Sasuke de hecho tuvo un heredero, bueno heredera. —comentó

—Se supone que no lo hay, así que más vale que me des una buena razón para dejarte salir vivo. Habla —demandó la chica estampando sus manos en la mesa y frunciendo aún más el ceño, era obvio que ella tenía prisa por saber la ubicación de las dichosas gemas, sin embargo, no lo haría tan fácil.

—¿En serio piensa cobrar venganza del rey robándole sus joyas? ¿Es en verdad lo que quiere, mi lady?

—Yo no busco venganza, solo quiero las joyas. Lo que haga yo con ellas o cual sea mi propósito con esta acción es mi asunto. Tu mayor preocupación, justo ahora, debería ser pensar bien qué más planeas decirme para salvar tu pellejo. Y créeme, el precio por tu vida aumenta por cada pregunta que hagas —aclaro y advirtió la azabache mientras entrecerraba los ojos.

El viento entró con un susurro agitando la flama de la vela mientras los cuatro criminales mantenían la mirada en el hombre sentado en la mesa, quien había retomado su escritura en otro cuaderno. La pequeña vela comenzaba a agotarse lentamente y el olor a alcohol comenzaba a ser despojado de la taberna descuidada y oscura gracias al aire.

Estaba bastante intrigado, oh si. Para empezar, lo que había oído de boca del rey sobre la heredera era cierto, sin embargo, estaba más que complacido al darse cuenta que en verdad era una adolescente a quien se enfrentaba. Claramente era bastante inteligente, sino, no le habría sido posible esconderse casi un año completo de la realeza. Porque bueno, de cierta forma él era realeza.

Y podía dejarle a la chica ganarle en esto, pues bien había tomado meses de planeación llegar a este preciso momento y solamente tenía una oportunidad. Ya que Sukea no perseguía al oro prometido por su traición, oh no, lo que él quería era capturar a la persona detrás del regreso del Halcón Sangriento.

La menor dejó salir un suspiro casi imperceptible y caminó hacia una de las ventanas para sentarse en el marco de esta. Sukea la siguió con la mirada y gracias a la mezcla de la luz pálida de la luna y la cálida iluminación dorada de la vela pudo ver la espada enfundada al lado izquierdo de su cadera. No le era posible ver la hoja de esta pero con solo ver el mango era más que obvio que había sido hecha por algún maestro artesano especialmente para ella. Por el mango podía determinar que se trataba de una espada ropera de lazo, muy probablemente con múltiples detalles de oro blanco y plata, y por la facilidad con la que se movía la chica, en extremo ligera.

Dinastía de FuegoWhere stories live. Discover now