022-Deuda de Sangre

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—Lo que quiero, Naruto, es que digas la verdad, y tal vez, solo tal vez...tu esposa viva...—declaró el azabache con voz grave sin despegar la mirada del noble rubio, quien quedó en shock después de oír las palabras del oji carmín proceso lo dicho lentamente y cerró los ojos mientras suspiraba y dejaba su espada en su funda, rápidamente se enderezó y abrió los ojos una vez más.

La tensión y duda aumentaron en el gran salón mientras que desde el punto de vista de Naruto un peso se liberó de sus hombros. Sasuke tenía razón, no podía dejar esa mentira, no era justo para él y mucho menos para Sakura.

—La verdad...es que esa noche estuve a punto de dispararte a ti, Sasuke. La pelea con Sakura me había dejado casi inmóvil y lo único que podía hacer era disparar para evitar que mataras a Neji...Pero...no conté con que Sakura se pondría en medio. —terminó por revelar mientras que una ola de suspiros sorprendidos se desató y mantenía la mirada con Sasuke. La presión recién liberada volvió al Uzumaki pero se mantuvo firme para lo siguiente.

—Yo...yo mate a Sakura

...

—¿Que?...¡¿Qué haces aquí Sarada?! —susurro/grito una voz frente a la azabache agachada. La niña logró desactivar el Sharingan y llevó la mirada arriba encontrándose con

—Juugo, Suigetsu, ¿qué hacen ustedes aquí? Deberían de estar camino a la bóveda

—La corona de la bóveda era un señuelo, según nos dijo tu padre puede que la verdadera corona esté oculta en la galería —respondió su pregunta el pelinaranja fornido, no muy atrás unas voces se oyeron acercarse y Sarada grito lo primero en su mente para evitar que descubrieran su encuentro.

—¡Ayuda, ladrones! —Suigetsu le miró sorprendido y asustado mientras que Juugo estaba extrañado. Poco después los otros niños nobles se acercaron y terminaron igual de sorprendidos. Rápidamente el adulto peliblanco arregló su expresión facial comprendiendo a donde la niña azabache quería llegar y sonrió burlonamente mientras ponía su gran espada sobre sus hombros.

—Vaya vaya vaya, ¿pero que hacen unos niños explorando el castillo? ¿que no saben que pueden perderse? —Mitsuki entonces comprendió la idea comenzó a seguirles el juego haciendo una cara de sorpresa al igual que algunos nobles mientras que otros fruncieron el ceño y Sarada se mantuvo seria.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué es lo que quieren? —pregunto Boruto valientemente, los demás lo vieron incrédulo al hacer un movimiento tan osado y sin pensar y los adultos se vieron entre si.

"Sera un idiota..." se quejó Sarada a sus adentros, puede que ella no estuviera en peligro, pero definitivamente eso era lo último que a alguien se le pasaría por la mente decir.

—Vemos, rubio, ojos azules, marcas raras en las mejillas y una voz ruidosa...definitivamente eres igual a Naruto

—¡Oye, no me compares con el viejo'dattebasa! —estalló el rubio, los demás suspiraron rendidos al ver su reacción, si algo odiaba el príncipe era que lo compararan con su padre, pero eso no quitaba el hecho de que era increíblemente impulsivo y eso disminuía sus probabilidades de salir de ahí.

—Bueno, ahora que tenemos al príncipe puede que tengamos una ventaja

—¿A que se refieren? —pregunto Shikadai interviniendo al oír lo último dicho por el oji violeta.

—Buscamos algo oculto en esta galería, y su alteza puede ahorrarnos tener que buscar.

—¿A que se refieren? No hay nada más que pinturas viejas ahí —mintió el ojiazul creyendo que se referían a los pasadizos. Suigetsu rodó los ojos.

Dinastía de FuegoWhere stories live. Discover now