08-Comienza el Juego

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—¿Mamá porque nos debemos ir? —preguntó Sarada a su madre mientras esta terminaba de arreglarla.

—Porque la gente que no nos quiere juntos sabe que estamos aquí, y si nos ven puede que nos quieran separar. ¿No queremos eso verdad? —la infante movió su cabeza rápidamente de un lado a otro con espanto pintado en todo su pequeño rostro.

Sasuke se acerco a donde su mujer e hija ya listo con su atuendo que usaba normalmente en sus misiones: botas negras, pantalón y chaleco azul marino sobre una cómoda camisa blanca, un cinturón manteniendo en su lugar su pistola, espada y algunas armas blancas enfundadas, acompañado de un abrigo elegante color vino de varios botones y uno que otro bolsillo, ocultando su armamento y por último un sombrero y su capa marrón oscuro para ocultar su identidad en los momentos que se aproximaban.

Sakura iba vestida con el atuendo que Karin le había dado hace muchos años y la pequeña Sarada llevaba un vestido simple, que no llamaba mucho la atención de color café oscuro y sin adornos, ya que lo ultimo que sus padres querían era que alguien notara a su pequeña hija. La pelirrosa tomo su bolsa con las pocas pertenencias que cargaban para la noche, se puso al igual que su marido su capa color crema y abandonaron la habitación.

Al llegar a la parte de abajo de la posada, para su suerte y sorpresa esta se encontraba llena de gente. No perdieron el tiempo y tan pronto pagaron su estancia y algo extra para negar que alguna vez estuvieron ahí, se acercaron a la puerta trasera de la posada.

En ese momento, la puerta principal se abrió y por ella entraron un hombre bien uniformado con ropas verde esmeralda y varias medallas adornando su atuendo de ojos cafés y cabello negro en un peculiar peinado que parecía las hojas de una piña y una barba de chivo adornando su rostro y un par de guardias reales, todo mientras el cuarto era inundado por una pesada tensión y silencio ensordecedor. Los Uchiha sabían perfectamente que ese era la mano derecha del rey, así que de inmediato ocultaron sus rostros con el gorro de sus capas mientras escondían entre ellos a su hija, confundida y asustada, ordenándole que no se moviera o hiciera ruido alguno.

El hombre de verde le dio una examinada al cuarto con su vista, para luego ordenar a los hombres acompañándolo que hicieran preguntas a los empleados y a la gente de ahí, abrió la puerta una vez más y ordenó casi a gritos a los hombres que rodearan la humilde posada.

La pareja Uchiha intercambio miradas preocupadas y se tomaron de la mano mientras se ponían más juntos para asegurarse de que su hija estuviera bien escondida, inciertos de lo que podrían hacer ahora.

El noble oji marrón azotó la puerta, dándole un susto a algunos de los ciudadanos dentro de la posada y comenzó a caminar a paso firme por toda la posada. A medio camino logro ver las capas marrón oscuro y crema al fondo de la habitación con una clara diferencia de altura. Curioso, se acercó para darle una mejor mirada a las siluetas que había encontrado.

Al acercarse, observó cómo se removieron algo incómodos, pero se congelaron tan pronto y él llegó frente a ellos. Ahora que los tenía frente a él, noto que las capuchas de las capas no le permitían más que ver la mitad inferior de los rostros pero aun así podía notar que por la complexión de los individuos, la más pequeña era una mujer de baja estatura adulta, y el más alto un hombre claramente fuerte; descripción que encajaba perfecta con la de los individuos que buscaba. Comenzó con su interrogatorio.

—Disculpen mi intromisión, ¿Pero qué los trae a Foliis Oculta? —no hubo respuesta, aun así continuo

—Vinieron para la Feria supongo, ¿De donde son? —tampoco hicieron sonido alguno la pareja de encapuchados. El noble comenzó a perder la paciencia, así que probó algo más atrevido para intentar confirmar sus sospechas.

Dinastía de FuegoWhere stories live. Discover now