Capítulo XV: Todo arde

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♪♫♪♫ Fire drill, what would happen if a nuke just hit? Would you say "bye" to your family? Would you post about it? Fire drill, if it all went up in flames one day, would you give your mom a hug before your house burned away? ♪♫♪♫

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♪♫♪♫ Fire drill, what would happen if a nuke just hit? Would you say "bye" to your family? Would you post about it? Fire drill, if it all went up in flames one day, would you give your mom a hug before your house burned away? ♪♫♪♫

El sonido de la melodía que reproducía mi celular logró sacarme de mi estado inconsciente, no sabía qué hora era ni cuánto había pasado desde que perdí el conocimiento luego de observarme directo en el espejo, pero el escenario me revelaba que pasaba de media noche. Las luces apagadas, el silencio del otro lado de la puerta y la suave brisa que entraba por la ventana que estaba abierta... ¿La ventana que estaba abierta?

— ¿Qué mierda está pasado? — me cuestioné al percatarme que no estaba en lo duro y sucio del piso, sino mi cama y con el pijama puesto.

Aun cuando la sorpresa seguía presente, preferí ignorar el hecho sabiendo que todo tipo de rarezas ocurrían a mi alrededor, empezando por el hecho de reencarnar. Me estiré lentamente mientras contenía un bostezo y cerraba el reproductor de música.

—Apenas son las 3:06 am.

Luego de bloquear la pantalla, levantarme a cerrar la ventana y volverme recostar para dormir fui consciente de mi ausencia de sueño. Bostezaba debido al cansancio y la reciente sensación de estar durmiendo, pero aun si cerraba los ojos y me quedaba divagando no podía regresar a aquel estado inconsciente que visité hace un par de horas.

—Terrible mierda.

Poco después de maldecir a la nada me levanté con la intención de sopesar todos los eventos que transcurrían. Encendí la luz con ayuda del interruptor y me senté frente al escritorio, cuestionándome qué acción debía realizar. Dentro de mí tenía presente tres ideas, la primera era salir a visitar el instituto, la segunda era terminar de husmear en los secretos de Camila y la tercera tomar una comida ligera y esperar que comenzaran las noticias mañaneras.

Salí de mi habitación silenciosa, dejando la puerta entreabierta para que la luz no se escapara y filtrase donde mi madre e hice aquel ritmo matutino que me acompañaba. Evitar chocar con los muebles, servirme un poco de leche y prepararme un sándwich de atún con un poco de fruta picada. Era fundamental tener el estómago lleno si querías realizar una investigación de campo.

Con mucho cuidado llevé el plato que contenía el sándwich y la fruta picada a mi habitación, encerrándome nuevamente en mi pequeño rincón personal para empezar a comer y volver a ojear el diario de Camila. La primera vez que llegué y leí un poco entre líneas cada página de esta libreta, pasé por alto muchos detalles marcados por aquella adolescente y solo la catalogué como grosera e inmadura.

Error.

Sí, puede que fuese un poco tonto y retorcido su amor hacia Diego, y que mantuviese resentimientos hacia su madre por todo el abuso escolar no era digno de admirar, pero el orden de sucesos e investigaciones personales estaban tan bien redactados que mientras leía sentía todo tan real. Como si yo hubiese tomado el bolígrafo y retratara todo lo que veo.

AmeliaWhere stories live. Discover now