🌸Nueva Era🌸

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Sentía frío, mucho frío, no entendía lo que pasaba, mi cabeza dolía y había un zumbido molesto en mis oídos, aunque al mismo tiempo sentía como si estos estuvieran totalmente tapados bajo el agua, no veía nada, pero tampoco sentía miedo

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Sentía frío, mucho frío, no entendía lo que pasaba, mi cabeza dolía y había un zumbido molesto en mis oídos, aunque al mismo tiempo sentía como si estos estuvieran totalmente tapados bajo el agua, no veía nada, pero tampoco sentía miedo. Era la misma sensación de tranquilidad que da estar flotando en un lago apaciblemente.

No sabía cuánto tiempo llevaba aquí, pero tampoco me preocupaba saberlo, es como si el tiempo corriera rápidamente, pero en un ritmo constante y de vez en cuando, solo por unos minutos, sentía su voz. Aquella voz suave, pero profunda, le podía oír durante horas y jamás me cansaría de aquella voz, no me di cuenta en qué momento empecé a esperar con ansias que viniera a contarme lo que transcurría en sus días.

Pero aquella voz siempre habla con un ápice de tristeza y melancolía, a veces sus palabras parecían cansadas, a punto de darse por vencido y por más que sabía que aquellas palabras no estaban dirigidas a mí, sentí un deseo enorme de poder responder a ellas, incluso rece más de mil veces porque sea quien sea a quien vallan dirigidas esas palabras, por favor respondieran. Jamás paso, aquel ser que escuchaba a lo lejos, jamás obtuvo una respuesta, aun cuando en cada palabra estaba el corazón y el amor desbordante que le ofrecía sin cesar.

Dolía, dolía escucharle, y para cuando me di cuenta quien era aquel hombre, él se despedía de mí, sentí sus labios en mi frente, como desde hace un tiempo había empezado hacer, fue cuando tomo mi mano, que lo descubrí, aquellas palabras, aquella voz, esas horas incesantes y el amor desbordante, todo era para mí y no pude responder jamás, quería gritar, quería llorar y sentí mi alma resquebrajarse. Pero aquel hombre como cada día que venía a mí, tomo mis manos, las puso en sus mejillas y beso mi frente calmando mi atormentado corazón. —Alteza, soy yo, soy su guardia... Liú Xin

No, él no era solo mi guardia, no era solo Liú Xin, ¿Por qué sentía su nombre tan lejano?, ¿Por qué sentía su presencia tan borde? No, no quería eso, quería las dulces palabras de siempre, el amor desbordante y el cariño melancólico que calmaban la tormenta en mi corazón. Liú Xin, quería a mi dulce Liú Xin... y fue entonces que su voz se suavizó. —Xuě Tiān... tranquilo, está bien aquí, me aseguraré que pueda volver pronto, no tema, solo espere un poco más...

Aunque quería responder no pude, pero su voz calmada y suave fue suficiente para disminuir el tormento que había provocado. Y aquellas palabras, me pedía esperar y eso haría, esperaría, esperaría tranquilamente hasta el día que pudiese responder a cada una de sus palabras, que pudiese decirle que lo amo, lo amo tanto como él lo ha hecho, como lo ha demostrado en cada una de esas incesantes horas que me dedica cada día.

Fueron unos segundos después que volví a sentir el cálido toque de su piel en mis manos, beso mi frente como siempre y se despidió. — Gracias... por dejarme saber que me escucha, prometo traerte pronto de vuelta... adiós Alteza.

Pero había algo en aquel adiós, algo amargo, algo que me dejo totalmente intranquilo e hizo doler mi corazón. Ese adiós parecía una verdadera despedida, una de esas para no volver a vernos, y aunque me dije mil veces que eso no pasaría, no podía dejar de pensar en qué tal vez jamás pudiese corresponder a aquel amor que mantuvo mi corazón en calma durante tanto tiempo.

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora