🌸Un pasado más oscuro que la noche🌸

12 5 0
                                    


La noche transcurrió lentamente durante el viaje a Heiyu, el plan iba tal como esperábamos, tal vez demasiado tranquilo como para ser cierto. Había salido con dos guardias sombra camuflándome como uno de ellos, por primera vez usando tan libremente mi figura hereditaria, el rostro tras la máscara marcaba inusualmente mis orígenes, y las doradas flores que recorrían mi cuerpo daban un toque inusual de la presencia de mi progenitor. Por primera vez en mi vida sentí que pertenecía a un lugar, entre dos desconocidos, pasando totalmente desapercibido, viajado rápidamente entre las sombras bajo una máscara, pero el solo hecho de pertenecer, de ser parte de algo, fue por completo satisfactorio.

Cuando llegamos a las orillas de DíYú, no paso mucho tiempo para ser notados y capturados, a pesar de la vaga energía que desprendíamos, la vigilancia del imperio infernal había sido extremadamente meticulosa desde que Feng Xù irrumpió DíYú. Aparte de mi madre, estaba seguro de que fue algo mucho más importante que profano en las tierras infernales, de otra forma no lograba entender la ira irracional del gran Rey Lío Huó. Durante todos estos años, jamás había actuado tan precipitadamente, más aún conociendo su propia situación, él simplemente no es alguien que lleve las cosas al extremo actuando precipitadamente. Pero por alguna razón aparente, Feng Xù había logrado que Liu Huó proclamara la guerra el mismo. Los cielos serán arrasados una vez más, pero esta vez será el fin del Dao si alguien no detiene los planes de Feng Xù.

Fuimos arrastrados y llevados a las fosas de la Torre Yánluó, muchas caras conocidas pude ver en aquellos calabozos y una sonrisa irónica se formó en mi rostro cuando recordé a que tipos de juegos solía recurrir Zhou Yan, esto era precisamente algo que tenía que suceder, era un pequeño precia que pagar ante la gran tormenta que habíamos desatado, y al fin de cuenta, todo iba tal como se había planeado.

Me llevaron a un cuarto alejado, solo había una silla estropeada y un pequeño fajo de cuero encima de una mesada de madera. Sabía muy bien que era ese lugar, incluso quien lo manejaba. La historia de los tres reinos es particularmente impuesta y necesaria si quieres gobernar, mucho más si eres el supuesto hijo del gran emperador jade. Los pasos fuera de la habitación, sonaron con un eco un poco aterrador y respire profundamente mirando hacia la puerta. No pasaron más de cinco segundo antes de que esta se abriera lentamente, un hombre joven se paraba frente a mí mirándome con seriedad, su cara era neutra, no había ni un rastro de emoción en sus facciones y sus fríos ojos calculaban todo a su paso. Estaba particularmente familiarizado con esos ojos, con ese ser frente a mí, y fue por ello que sentí una leve punzada en mi corazón. «Era un poco atemorizante el hecho de descubrir que conocía mucho más a los seres que siempre repudie, que a los que intente llamar mi hogar» El hombre frente a mi camino lentamente hacia la mesada, con un ligero movimiento expandió el fajo de cuero en ella, una hilera de finas agujas se dio a relucir con la tenue luz que desprendían las antorchas. Sentí como los latidos de mi corazón se aceleraron cuando el paso lentamente sus dedos por el borde de las agujas, se detuvo casi a un extremo, deslizo con calma y elegancia dos de sus dedos sobre la aguja elegida, lentamente la deslizo por el cuero hasta desprenderla de su lugar. Sentí un pequeño suspiro escapar de los labios de la persona a mi lado cuando miro con fervor aquel pequeño objeto punzante en sus dedos, camino tres pasos hasta ponerse delante de mí e hizo una leve reverencia mirándome a los ojos. —Su Alteza Fu Ming, espero que no me guarde rencor en su corazón, esto es completa y únicamente parte de mi trabajo.

Una sonrisa se formó en mis labios al escuchar aquellas palabras, era en un sentido irónico qué tal persona adulará con tanto respeto a su víctima antes de empezar con la tortura. Pero fuera de toda interpretación personal de los recuerdos del pasado, por primera vez en mi vida, aun en tal situación, se me mostraba tal respeto. Era como si el karma simplemente estuviese cobrando su jugada, un dulce néctar que deja probar antes de darte un trago amargo de realidad. —Ming Zu, ha pasado tiempo...

Bai Lian HuaWhere stories live. Discover now