Traje sensorial

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Anthony.

Habíamos estado reunidos más de cuatro horas, para poder enviar todos los datos encontrados en la red de Avis sobre el chico de Oxford.
Por lo que dijo Kim, este muchacho al comienzo se movía por las zonas públicas, pero algo pasó, no sabíamos en qué momento o qué encontró para salir de ahí y solo querer estar en la zona oscura.
Kim tenía órdenes por parte de los hermanos Brosedale de dar toda la facilidad a los informáticos de la policía para poder investigar el caso.
Todos hablábamos y dábamos nuestra opinión y llegamos a la conclusión de que lo más probable era que fuera un caso aislado, pero eso solo lo podía decir la policía.
Cuando termino la reunión, Kim me dijo que me quedara, tenía algo que hablar conmigo.
—Anthony, voy a ir al grano.
—Soy todo oídos.
—Necesitamos que te metas en la zona oscura de lleno, esa chica te quería por algo ahí o al menos los que están con ella. En la conversación que escuchamos, estaba claro que hablaban de un Cop y todos sabemos de quién hablaban… Obviamente que eres tú, ella...
Interrumpí lo que me decía.
—¿Me estás pidiendo que pase tiempo con ella?
—Te estoy pidiendo que te dejes llevar y ver lo que quieren. Es la única manera de saber acerca de ellos. Ya que no sabemos sus nombres porque simplemente saben escabullirse para no ser pillados.
—Kim, antes tendré que contarle todo esto a mi novia...
—¿Confías en tu novia?
«¿En serio me preguntaba eso...?»
—Por supuesto, además te puedo asegurar que ella no tiene ni idea de este mundo de la programación.
—Y Shylagirl tampoco sabe nada de informática, pero los que están con ella sí, así que ojo, Anthony.
—Te puedo asegurar que los amigos de Grace son muy normales y siempre se mueven por la zona pública. También ¿podríamos Hackear el ordenador de Shylagirl? ―le propuse porque sabía que podía hacerlo...
—Haré como que nunca he escuchado eso, más que nada porque esos datos están en Avis y si investigan, los problemas son para nosotros, pero también para la organización, añadiendo que esa chica es la hija de un inversor. Los datos están protegidos. Tú sabes el gran problema que tendríamos. Las multas serían millonarias. Por eso lo mejor es entrar como espías, está dentro de la ley.
—Entiendo, deja que le expliqué a Grace...
—Vale, pero nada por Avis, intenta que sea por el móvil o algún chat.
—¿Crees que ellos nos vigilan?
—A ti lo dudo, pero ¿a tu novia? ¡Quién sabe! Y si han podido darle algo para que te espie a ti como nosotros le dimos a Shyla, Sin que ella lo sepa...
—Mmmm ahora ya me haces dudar...
No dudaba de la honestidad de Grace, sino que, así como le dieron ese collar, se lo han podido colar con otra cosa, la única manera era metiéndome en su avatar, pero para eso tenía que contarle todo lo referente de Shylagirl.
El doctor me dio fecha para mi operación, en dos meses y medio mi vida cambiaría. Después de la rehabilitación mi madre me comentaba algunas cosas que pensaba hacer en el futuro.
—Anthony, estaba pensando en contratar a una persona para que se quede en casa porque Dorothy me ayuda, pero la mujer ya es mayor y creo que solo debería de ocuparse de ti… Y yo cocinando la verdad que no soy muy buena.
—Mamá has debido de hacer eso hace mucho. Es más, tú no deberías ni de ir al trabajo.
—Sí, lo sé, creo que lo haré cuando a ti te operen porque no estaré en la casa y así alguien mantiene nuestro hogar impoluto y si tengo que ir a comer al menos tendré un plato caliente.
—Perfecto.
 
Pasaron varios días...

Grace me había mandado un mensaje diciéndome que le había llegado el traje, que al día siguiente estaría libre y que podíamos quedar esa noche. Lo cual me pareció genial.
Esa tarde me tuve que poner el traje para esperarla y además que Dorothy estaría para ayudarme, ya que me costaba la vida ponérmelo y me conecté a Avis a la zona de peleas.
Había varias personas que también lo tenían y flipaban con la sensación que daba, vi que ella se conectó y le envié un teletransporte porque quería que probará el traje.
Cuando la vi me quedé sorprendido porque se había cambiado el avatar. Su avi era mucho más bajita, el pelo a media melena liso y con rasgos asiáticos. Parecía un personaje de alguna serie manga. Obviamente que me cogió por sorpresa, la elección de tener un Avi manga estaba guay, pero me hubiera gustado que viniera con su verdadero avi en 3D.
Reaccioné y fui abrazarla, aquí pude notar que, al tener contacto con ella, el traje desprendía calor, ella rodeó sus brazos en mi cuello y la sensación que me daba era exquisita parecía que la tenía delante de mí, notando el roce de sus manos sobre mi cuello.
Además, que su sonrisa y sus gestos eran impresionantes, me hablaba y gesticulaba perfectamente con movimientos suaves como la vida misma. Le di varios besos en el rostro y me dedicó la sonrisa más bonita.
«¡Joder cómo se puede ser tan perfecta!» pensé.
—¿Y ahora quieres hacer una película manga? —pregunté.
—¿Te gusta?
—Me hubiera gustado que vinieras con Grace en 3D, pero estás guapa con todo lo que te pongas —respondí.
Fui sincero, a ella siempre le decía lo que pensaba.
Ella se quedó callada, sus facciones cambiaron, sus cejas estaban fruncidas, parecía tensa por lo que le había dicho.
Entonces como su avatar era mucho más pequeño que el mío, la cogí de la cintura y la alcé hasta que llegara a mis labios y le dije.
—Así pequeñita estás muy tierna... ¿Por cierto cuánto mides?
Me entró curiosidad porque claro, realmente, eso nunca se lo pregunté.
—Soy bajita, 1.58 y ¿tú?
—¿En serio? Pues creo que sería como si estuviéramos en real... 1.80.
Le di un beso en los labios, vi cómo su avi cerró los ojos, realmente lo estaba disfrutando.
—¿Quieres pelear?
Sonrió y dijo:
—Sí, te daré una paliza.
Y me enseñó los puños.
―Ohhhh, pequeña gamberra, que sepas que no me dejaré. Si me ganas puedes pedirme lo que quieras, pero si ganó yo, haré lo mismo.
—No estoy de acuerdo, obvio que ganarás, que no estoy acostumbrada a las peleas, es más, es la primera vez que vengo.
—Vale, entonces primero practicaremos.
Y así fue empezamos a luchar le enseñé todas las maniobras que podía hacer con los mandos que había en el traje y estuvimos practicando, las patadas voladoras, los movimientos rápidos para evitar los golpes, sus reflejos eran buenos.
—Para ser la primera vez que juegas a la lucha lo estás bordando.
—Aprendo rápido —soltó una risita con su mirada puesta en mí.
Se levantó de forma rápida y se giró dando un salto y con la pierna izquierda me dio un golpe en el estómago, lanzándome hasta la otra pared. Sentí el golpe, pero era soportable, las ventosas ejercían una presión fuerte en el abdominal para que pareciera que te daban un puñetazo nada del otro mundo, pero yo quise dramatizar y pegué un fuerte quejido...
—Ahhhhhhhh, ¡joder!
Ella se incorporó, se acercó corriendo y me dijo:
—Anthony, ¿estás bien? Lo siento... Yo...
—Ouchhhh, duele...
—Aishhh, lo siento...
Y me empecé a carcajear. Su rostro se volvió ceñudo y soltó:
—¡Jo! Pensaba que te había hecho daño de verdad.
—Sí que siento el golpe, pero es soportable, si hubiera sido como la animación estaría sin aliento y retorciéndome, lo más probable.
Su rostro se volvió infantil y mirándome fijamente dijo:
—Me has engañado vilmente.
Y me dio varios golpes en los brazos que me hizo carcajear, la rodeé, la tumbé dejándola inmóvil con mi cuerpo encima de ella, desde esta posición podía visualizar como su pecho subía y bajaba, sus ojos rasgados mirándome, una de sus cejas la elevó ligeramente más que la otra y una sonrisa en sus labios que me decían que ella también disfrutaba de las vistas.
Sus labios me llamaban como un imán, solo quería devorarlos y desgastarlos. Sin embargo, cuando estaba prácticamente rozándolos, se escuchó un ruido que nos interrumpió. Y caímos en que no estábamos solos, sino que había más gente que se había quedado mirando el espectáculo.
—Aquí solo se viene a luchar —dijo una chica
—Sí, sí —dije levantándome rápido.
Entonces Grace me dijo en privado susurrando:
—Vamos a tu casa...
No lo pensé mucho y fuimos hacia allí, al verla llegar, no nos contuvimos mucho, nos fuimos a nuestra habitación y nos empezamos a besar apasionadamente.
Esta vez podía notar sus brazos acariciarme, mis manos acariciaban su espalda y una de sus piernas, deslizándose lentamente que hasta la parte alta de su muslo.
Solo se me ocurrió empezar lo que una vez hicimos y nunca terminamos, iba a guiarla y que me dejara llegar hasta donde ella quisiera.
Estaba claro que nos deseábamos y ella quería lo mismo que yo, entregarse por completo y dejándonos llevar por el fuego que ardía en nuestros cuerpos.
Fui guiándola y preguntándole cosas muy íntimas, quería saber todo de ella, al comienzo la noté muy nerviosa, pero después continuó mi juego. Una cosa que le propuse esta vez era quitar los sonidos de nuestros avatares, esta vez quería escucharla, sentir sus suspiros, sus gemidos. Las emociones estaban a flor de piel porque cada vez que tocaba una parte de su cuerpo, sabía que lo sentía. Al igual que yo sentía sus manos sobre mí... Me volvía loco el pensar que por primera vez se dejaba tocar por un desconocido de la red que a su vez se sentía hechizado por cada caricia y cada beso que me regalaba.
Esa noche llegamos muy lejos, mis oídos se deleitaban de su respiración agitada, mis ojos podían ver sus expresiones y mis manos notaban su cuerpo. Ambos llegamos al clímax más ardiente de nuestras vidas, realmente era así.
Las semanas pasaron rápidamente y nos quedábamos encerrados en mi casa, intercambiando frases e insinuaciones picantes. Vamos que el traje lo aprovechamos muy bien, nuestros juegos sexuales eran cada vez más osados.
«¿Qué ropa interior llevas? ¿Qué te gustaría probar en la intimidad? ¿Te gustaría hacer esto o aquello?»
Estas preguntas salían cuando veíamos a nuestros avatares haciendo el amor, había variedad de posturas y caricias.
Siempre respondía a todas sus preguntas, a ella le costaba más, pero al final me decía todos sus deseos. Lo cual me fascinaba porque era una señal de confianza...
—Sabes que, si estuviera allí contigo, no te duraría mucho esas dos prendas.
Estaba en ropa interior blanca.
—Pero no estás...
Su voz era juguetona y me miraba con una leve sonrisa...
Con solo decir estas últimas palabras yo ardía y estaba a sus pies. Fui a por su avi para desnudarla y hacerla mía una vez más... Habíamos jugado, experimentado y liberado nuestras tensiones, pero, sobre todo, nos habíamos complacido mutuamente.
Nuestras mentes hacían lo suyo, jamás pensé que mi imaginación fuera más allá del juego y de la realidad. Me di cuenta de que estaba enamorado de Grace, que la necesitaba y que definitivamente debería de dar un paso más a este noviazgo virtual.
Después de tener cibersexo, nos quedábamos hablando de mí o de ella, esa noche le dije que tenía que decirle algo importante, era lo de Shylagirl.
Había dado un poco de largas a Kim con lo de ser espía, pero sí me había puesto en contacto con Shylagirl. Ella seguía insistiendo con lo de la foto.
—Grace, entonces me das tu correo o tu número —dije sin más.
—Te daré mi correo, pero no entiendo qué es lo que me tienes que decir, que no me puedas decir por aquí.
Me decepcionó que no me diera su número, no la iba a presionar, así que acepte lo del correo...
—Te lo diré por correo.
—¡Qué misterioso estás! Pues mi correo es... GraceVND@gmail.com
Lo apunté, no me pude contener y se lo dije…
—Me gustaría algún día hacer una videollamada contigo y poder vernos.
Ella se quedó callada... Su rostro parecía triste, eso ¿qué significaba? Quizá no quería llegar a ese punto.
—No crees... que... es muy pronto.
—¿Pronto? Prácticamente nos conocemos más de un año a lo tonto.
Todo había ido lentamente y muy fluido.
—Anthony, tienes razón, solo déjame estar preparada y lo haremos...
Lo último lo dijo en un susurro prácticamente para ella, pero lo pude oír...
—Te esperaré lo que haga falta, tampoco te digo que sea mañana o pasado, pero si me gustaría formalizar un poco más todo esto que nos está pasando.
Conocía su timidez y quizá sí que había presionado, pero yo quería algo serio con ella y creo que era lo correcto. Además, decirle a la cara que estaba enamorado de ella. Escuché su voz sacarme de mis pensamientos...
—Ahora me tengo que ir que es tarde, mañana trabajo ya sabes.
—Sí, te escribiré para decirte eso que no puedo decir por aquí.
Se sonrió y me dijo...
—Vale, adiós, Anthony.
Se acercó y me cogió con sus dos manos el rostro, besándome suavemente.
—Adiós, Grace, y sueña conmigo.
—Sabes que me cuesta dormir después.
—Lo sé, y ¿quién no? —Sonreí tontamente.
Escuché un suspiro y desapareció de mi vista.


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Espero que os haya gustado, si es así ya sabéis comentarios y votos 👇

Como siempre imágenes de AVIS.

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¡Quedate en casa! Como estos chicos virtuales 😉

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