No quiero estar sola

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Grace

Leí y releí el mensaje de Anthony, era indescriptible la emoción que sentí al leer cada frase y que él me echaba de menos.
Tenía razón a pesar de la distancia, emocionalmente estábamos unidos. Eso nos hacía únicos, mis sentimientos hacia él cada día eran más fuertes, solo estar a su lado sin necesidad de hablar ya era feliz.
Respondí a su mensaje:
—Eres muy dulce. Yo también te echo de menos, deseando verte el fin de semana. Y dime ¿cómo sigues de tu espalda?
Quizá, yo no era tan buena expresándome, él siempre se había mostrado más directo y más cariñoso.
Al día siguiente, hice mi rutina como siempre, pero sería diferente.
Llegó nuevo personal para apoyo y mi jefa se acercó con paso firme hacia mí, obviamente manteniendo las distancias y las dos con nuestras mascarillas.
—Grace, ven un momento. Voy a presentarte a la que será tu apoyo por cuatro horas.
Me dirigí con ella hacia una joven rubia, por la mascarilla que llevaba no podía ver su sonrisa. La expresión de sus gestos daba la impresión de que era bastante simpática. Su nombre era Deborah y era estudiante por eso lo de las cuatro horas de apoyo.
Nos dejó solas y yo le empecé a explicar que a primera hora se hacían las reposiciones. Cada una teníamos una tablet que verificaba los precios y mirábamos las nuevas promociones de cada día por si había una modificación que, normalmente, salía como «oferta del día».
—Grace, ¿entonces solo somos dos personas para todo esto?
—No. Somos ocho personas solo que cada uno tiene su sección e intentamos no cruzarnos por lo del distanciamiento ya sabes... Ahora mismo porque te estoy enseñando a llevar esto, pero normalmente cada uno tiene su pasillo y sin hablar, ya que a la supervisora no le gusta.
—¿En serio?
Se puso seria y abrió los ojos de par en par, me percaté que tenía unos ojos azules muy bonitos.
—Sí, Dominic es una persona bastante estricta y si no acatas sus órdenes simplemente te echa y contrata otra persona.
—¡Joder! ¡No, qué necesito el trabajo!
«Todos aquí lo necesitamos» pensé, estaba muy difícil la situación fuera y los que teníamos un trabajo éramos afortunados.
Terminé de explicarle un par de cosas más y cada una nos pusimos manos a la obra, ella terminaría mi faena, ya que hoy llegaba un camión para descargar.
Llegué reventada a casa, fue un día sin parar. Al llegar lo primero que hice fue quitarme la mascarilla y los zapatos en la entrada e irme a duchar.
Comí y me eché en el sofá, estaba tan cansada que simplemente cerré los ojos y caí en un profundo sueño.
Al despertar, miré la hora y eran las siete de la tarde, había dormido cuatro horas del tirón. «¡Ahora quién duerme esta noche!» pensé.
Mi cuerpo lo necesitaba, corrí al ordenador, podría acostarme un poco más tarde y con suerte podría ver a Anthony.
Entré a Avis y fui a la tienda, vi que Anthony tenía puesto precios en sus objetos, lo más probable que lo hubiese hecho esa mañana.
Yo también me puse manos a la obra, recibí un mensaje de Vladik...
—Hey, amiga mía, ¿qué haces?
—¡Hola, Víctor! Avanzando en la tienda. ¿Quieres venir a verla?
—Sí, ¡por favor! —suplicó.
Le envié teletransporte y llegó mi amigo con otro look y se había cambiado un poco el tono de piel, estaba moreno y su cabello rubio.
—¡Qué moreno estás!
—Soy moreno realmente, pero me he puesto los ojos azules para estar más apetecible a los chicos...
Soltó una carcajada que me hizo reír a mí también.
—¡Ay, amiga, esto es una pasada! Es enorme... Vais a triunfar ya lo verás.
—¿Tú crees? Yo estoy nerviosa, y ya el domingo es la inauguración. Espero verte aquí.
—Claro que estaré. Deberías comprarte un pelo para ese día, con un peinado más formal. ¡Vamos a la tienda de compras! —gritó Vladik.
Tenía dinero y no me parecía mala la idea, así que acepté y fuimos a mirar diferentes cabellos.
Escogí una cola alta bastante formal de color marrón y por la compra de ese pelo me daban un descuento para otro peinado, así que elegí el mismo tono de color, pero esta vez suelto.
Cuando me lo probé... Vladik chilló por el audio.
—¡Guapísima!
—Vas a tener al guapo de tu novio  babeando.  ―Reí  nerviosa—. ¿Todo bien con él?
—¡Sí! ¡Me gusta mucho!
—Parece buen tío, pero igualmente cuídate mucho, aquí en Avis hay mucho tramposo. Te cuento que ayer tuve una cita con Frank.
—¿¡Qué!? Al final sí que estaba interesado en ti...
—Le gusta las dos cosas creo, no sé, pero fue una cita donde coqueteamos mucho y hemos quedado esta noche en su casa... Nada formal, necesitaba hablarlo con alguien, Graver, porque me encuentro hecho un lío.
—Vladik, sé que te gusta mucho, pero ten amor propio que no juegue contigo, ¡joder!
Terminé de decir eso y vi que Ryuk se conectaba, me puse mi pelo rubio otra vez y le dije a Vladik.
—Ryuk está conectado, voy a verlo a la tienda que llevo varios días sin coincidir con él.
—Vale, guapa, y pórtate bien.
Me guiñó el ojo y yo busqué el enlace de la tienda, llegando rápidamente para poder verlo. Cuando llegué, lo vi en el área de animaciones, se giró y dijo:
—¡Grace! Te he visto conectada y justo te estaba escribiendo.
Una tonta sonrisa se me formo en los labios y respondí...
—Quería verte, aunque solo sea un momento...
Después del mensaje tan bonito que me dejó era lo mínimo que podía hacer.
Su avatar venía con paso firme hacia mí, me abrazo por la cintura, elevándome ligeramente y dándome un beso tierno en los labios.
Amé esa animación, ver la escena de nuestro beso era tan emocionante que me sentía que me faltaba el aire.
—Yo también tenía muchas ganas de verte, mi chica preciosa.
Me sentí la más bonita de Inglaterra al escuchar esa sencilla y simple palabra. ¿Cómo podía ser? Que una palabra me hiciera sentir tantas emociones. Callé, solo quería seguir viendo el beso que disfrutaban nuestros avatares.
—¿Cómo estás de tu espalda?
—Mejor, el médico me dio un tratamiento y está funcionando a la perfección. ¿Y tú? ¿Todo bien?
—Sí, hoy me han puesto compañera nueva y he trabajado muy duro teníamos camiones por descargar y ahí estado para arriba y para abajo... He llegado tan cansada que me he quedado dormida y hace una hora que me he levantado. Pensé por eso en quedarme más tiempo al menos para verte un momento.
—Creo que trabajas demasiado y encima yo te hago trabajar aquí en Avis...
Me reí por su comentario.
—Trabajar aquí me divierte y entretiene, no es lo mismo.
—Te prometo que después de la inauguración, lo celebraremos juntos y te recompensaré.
—¡Me gusta la idea!
Quería darle un beso, pero no tenía animaciones de esas, pensé en el próximo día ir con Vladik a comprar.
—Por cierto, has avanzado muchísimo en estos días... Yo ahora me pondré manos a la obra y avanzaré todo lo que pueda. He tenido también mucho trabajo para la nueva actualización de Avis.
—¿Eso también hacen los Cops? Ayudan en las actualizaciones.
—Realmente soy programador, pero para mantenerme aquí sin echarme de la organización me ofrecieron ser Cop.
—¡Madre mía! Sabía que eras un chico listo, pero ahora creo que eres un genio de la informática.
Él se empezó a reír y dijo:
—No soy un genio, me gusta y se me da bien. Genios los que crearon Avis que están forrados con todo el dinero que ganan y saben muy bien lo que hacen.
Me sentí muy afortunada de conocer un chico tan inteligente, tan sencillo y de buen corazón, me entraron los miedos de las mentiras que le dije.
Supuse que mi conciencia me decía que fuera todo lo sincera posible.
Tendría que hacerlo después de la inauguración, hemos trabajado tanto que si se enfada y no quiere verme al menos ya he trabajado en la tienda y si le tenía que dejar todos mis tatuajes pues se los dejaba. Me había quedado callada por no sé cuánto tiempo, entonces su voz me sacó de ese trance...
—¿¡Grace!?
—Sí, perdona. Anthony es que tuve que ir a mirar mi móvil...
¡Mierda mentí otra vez!
—¿Mirando la hora?
—¡Madre mía, sí! El tiempo vuela aquí.
Dije sin más, realmente ya era tarde y tenía que irme a dormir.
—Ya sé que estás mejorando de tu espalda y que estás bien, así que me tengo que ir a descansar...
—¿Mañana te conectarás? Yo quizás pueda venir más temprano.
—Normalmente, estoy hasta las siete, pero me puedo quedar como mucho una hora más...
—Genial haré todo lo posible por estar antes y así puedo verte un rato.
Se acercó otra vez hacia mí, acariciando mi rostro y dándome un beso de despedida.
—Buenas noches, Anthony.
—Buenas noches —me susurró.
Me desconecté emocionada como salgo últimamente cada vez que estoy con él.
Mi rutina sin ninguna novedad, Debby la chica nueva, se estaba adaptando muy bien e intentaba hablarme cuando podía, supongo que se agobiaba de estar todo el día sin poder hablar.
Ya por la tarde, cuando entré a Avis, fui directa a la tienda y pude ver que Anthony había avanzado mucho también, ya quedaba poca cosa, quizás decorar con algún cuadro la entrada, no sé el viernes que estaríamos los dos, se lo comentaría.
Me acordé de ir a comprar una animación de esas que tenía Ryuk, miré mis contactos y estaba Bratzdul conectada. Seguro que ella me podría ayudar así que sin pensarlo mucho se lo comenté.
Rápidamente me envió un enlace. Al llegar, pude ver que era una especie de almacén.
—¡Hola, amiga mía!
—Hola, Bratzdul.
—Las animaciones son bastantes caras, pero este es un almacén que hay en Japón que los creadores de animaciones dejan objetos gratuitos aquí. Quizá alguno te guste.
—¿Japón? ¿Estamos en Avis Japón?
—Sí, y este es el almacén para novatos, un chaval que conocí de Londres me lo recomendó cuando yo era una novata y bueno aquí hay de todo un poco.
Empecé a mirar todas las cosas que había e iba cogiendo, encontré animaciones de abrazos, había uno de saltar en los brazos de mi pareja me gustó mucho... Lo cogí también.
—¿Y por qué buscas animaciones?
No sabía si decirle, pero no me puede aguantar.
—Pues, Ryuk siempre me abraza cuando nos encontramos y yo, en cambio, nunca hago nada, no tenía ninguna animación.
—¿Quieres tú tomar la iniciativa? ―Me dijo con picardía.
—Sí, a veces he tenido ganas de abrazarlo y ahora ya lo podré hacer sin problema.
—Es tan bonito sentirse querido... Toby y yo no estamos muy bien, hemos tenido muchas peleas por la tonta esa de Shylagirl y ayer me conecté y decidí ir por mi lado. Él tampoco me ha dicho nada, así que interpreto que es un adiós.
—Jo..., lo siento, Brat.
—No lo sientas, tú tenías razón hay más peces en el agua y estoy haciendo nuevos amigos... Solo que ahora me voy a otros países.
—¿Vendrás a la inauguración del centro comercial?
—¿Cuándo es?
—El domingo, me encantaría verte allí...
—¡Claro que sí! Te iré a apoyar, amiga mía.
Decidí usar mi animación de abrazo con Bratzdul. La abracé y le dije:
—Gracias, eres la mejor.
—De nada, cielo, para eso estamos las amigas.
Me sentía contenta por todas las amistades que había hecho en tan poco tiempo.
Regresé a la tienda, Bratzdul había quedado con un amigo y yo me puse a trabajar en lo que me faltaba de la tienda. Vi que se hacía ya muy tarde y Anthony no se había conectado.
Quizá, le surgió algún imprevisto, siempre había cumplido, me sentí un poco triste por eso. Decidí dejarle un mensaje.
—¡Hola! Supongo que has tenido algo urgente que atender. ¡No pasa nada! Ya no puedo quedarme más tiempo. Mañana no creo que me conecte, que hago horas extras, así que decirte que te voy a echar de menos.
Le dejé varios emoticonos de besos y con las mismas me salí.
¿Qué le habrá pasado? Quizá se quedó trabajando más tiempo.
Mi cabeza se hacía miles de preguntas y se respondía a ellas.
Solo sabía una cosa que cuando no lo veía, mi soledad volvía a aparecer, me atrapaba y me envolvía como una nube gris en un día lluvioso.

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Foto de Grace Vander.

Una fotografía de las animaciones gratuitas que cogió Graver para interactuar

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Una fotografía de las animaciones gratuitas que cogió Graver para interactuar.

Una fotografía de las animaciones gratuitas que cogió Graver para interactuar

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El abrazo de Ryuk a Graver...

El abrazo de Ryuk a Graver

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