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Caminaba con lentitud por aquel largo pasillo para poder llegar a la oficina que le habían dicho, estaba decidido a buscar trabajo en aquella empresa.

Tenía que hacerlo puesto que su madre estaba muy enferma y debía, de alguna manera, ayudarle. No le gustaba ver a la mujer irse todas las mañanas y volver hasta tarde con una tos bastante fuerte. Su padre había desaparecido de un día a otro y no volvieron a saber de él, posiblemente se había ido porque no quería hacerse cargo de una mujer enferma que, como él hombre había dicho una vez, ya no le quedaba tanto tiempo. Los meses anteriores fueron bastante malos tanto para él como para su madre ya que una deuda bastante alta se les presentó de repente, estaba muy desesperado y molesto pues, a su parecer, no era justo que aquel hombre sacara dinero del banco y no se haya tomado la gentileza de pagar hasta el último centavo.

Al llegar al lugar indicado, tocó dos veces aquella puerta que tenía una pequeña placa color dorada en la que estaba grabada la palabra "subjefe" en letras mayúsculas.

-Adelante -. Escuchó la voz de un hombre.

Soltó un suspiro y se acomodó la ropa antes de entrar a aquella oficina. Abrió la puerta y se adentró para luego cerrarla detrás de su espalda. Un hombre un poco más alto que él estaba sentado del otro lado del escritorio, su cabello era negro y llevaba puesto un traje color azul marino. Sus nervios comenzaban a jugarle una mala broma pues sus manos estaban empezando a sudar por lo mismo; no sabía si le darían el trabajo ya que pedían varios documentos y él a duras penas los logró juntar todos aunque... No sabía si estaban bien y en orden.

-¿Qué se te ofrece? -. Preguntó el hombre manteniendo la mirada en los documentos que estaba revisando.

El contrario sonrió nervioso y se dispuso a hablar.

-Vengo por... El trabajo de asistente, señor -. Dijo mientras trataba de ocultar los nervios en su voz.

El hombre despegó la mirada de los documentos para fijarla en aquel chico que iba por el empleo. Lo miró de arriba a bajo a la vez que recargaba su espalda en el respaldo de la silla.

-¿Sabes ordenar documentos? ¿Tienes experiencia en computación? ¿Sigues estudiando? -. Preguntó de golpe el hombre señalándolo con la punta de un bolígrafo que sostenía en su mano derecha.

El joven se quedó por un pequeño instante un poco anonadado por las repentinas preguntas que habían salido de la boca del mayor. Por alguna razón quería irse de ahí y buscar otra cosa en la que trabajar, pero sólo se limitó a si mismo a no hacerlo por ningún motivo.

-Se ordenar, archivar y manejar documentos importantes. Tengo un poco de experiencia en cómputo y... No. Terminé de estudiar hace unos meses -. Respondió con dificultad pues aquel hombre no dejaba de mirarlo.

-Toma asiento -. Ordenó el mayor señalando una silla frente a su escritorio a la vez que extendía su mano para que el contrario le diera sus documentos y revisarlos.

El joven caminó al frente y se sentó, aún manteniendo ese semblante que sólo daba a entender que estaba muy pero muy nervioso. Sentía incluso que sus piernas temblaban y que en cualquier segundo terminaría besando el suelo de aquella oficina.

-Si sabes poco de computación, entonces... ¿Cómo estoy seguro de que harás un buen trabajo? -. Cuestionó el mayor con el ceño ligeramente fruncido mientras miraba los papeles que había llevado el joven. -Además, ¿Por qué un joven como tú trabajaría sin antes haber tomado un gran descanso luego de haber culminado con sus estudios? -. Preguntó.

No sabía que responder ante eso. Intentó pensar en algo para decirle al hombre pero no se le venía nada a la mente, no quería contar lo que le pasaba a su madre pues, tal vez, le darían el trabajo por lástima.

Lo intenté // SanwooTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang