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—¿Por qué traes esa cara? —. Preguntó la mujer con un tono de preocupación al notar el semblante decaído de su hijo.

El menor soltó el aire que no sabía que estaba sosteniendo. Había tenido un día bastante difícil y lleno de problemas ya que el presidente de la empresa se había molestado bastante con Ren y con él por estar platicando en lugar de ponerse a trabajar.

El presidente Park no era amable, tal vez lo era pero no lo demostraba, de eso podía estar seguro pues él y el jefe se llevaban muy bien. Eran tal para cual.

—No fue un buen día en la empresa —. Sinceró al mismo tiempo que colocaba una bolsa de plástico sobre la barra de la cocina para luego ir a sentarse al lado de su madre.

El cansancio podía verse reflejado en aquellos ojos color café y ese dulce semblante. La mujer no podía quejarse de ello pues bien sabía ella que el trabajo siempre es pesado y hay veces en que te dan ganas de mandarlo todo a la basura pero al final no lo haces.

—Me imagino. Por la cara que te cargas, seguramente tu jefe esta involucrado, ¿Cierto? —. Habló como si fuese lo más común del mundo.

—No. Bueno... Si. No puedo lidiar con su terrible carácter, a veces me habla bien y otras veces me habla mal y... Ashhh, es muy tedioso —. Confesó mientras pasaba ambas manos por su cara con un poco de frustración.

—Ya veo —. Murmuró la mujer para luego quedarse pensando en algo.

Su hijo podía ser el más amable y obediente de todos, pero había algo que era muy desagradable para ella y para el menor. Wooyoung se desesperaba con bastante facilidad y eso, evidentemente, no estaba bien ya que eso le traía problemas.

—Y... ¿Por qué no lo ayudas con eso? —. Propuso con una sonrisa, su voz sonaba un poco débil.

—No entiendo —. Sinceró el joven al no comprender bien del todo las palabras de su madre.

—Dices que tu jefe se molesta muy fácil, entonces, ayúdale a controlarse —. Mencionó.

El menor frunció el ceño, no en respuesta a la propuesta de la mujer si no porque había notado que la voz de su madre sonaba seca y un tanto apagada, algo que por supuesto no pasó desapercibido por él.

—¿Te sientes bien? —. Dijo mirando con preocupación a su madre, quien comenzaba a tener una mirada un tanto cansada.

—Estoy bien —. Dijo con calma a la vez que se acomodaba en el sofá.

Wooyoung se alarmó en el momento en que la mujer comenzó a toser, no era normal en ella puesto que sólo había estado sintiendo mucho cansancio.

Su tos era seca. La fuerza que la mujer ejercía era demasiada, tanto que su rostro se pintó de un color rojo; su pecho comenzaba a doler por la presión en este, le costaba un poco de trabajo respirar con normalidad.

El menor corrió hasta la habitación de su madre para ir por el tanque de oxígeno que tenía guardado y llevarlo hasta donde ella estaba para luego colocarle la mascarilla. La tos seguía presente pero al menos su respiración era mejor que hace unos instantes.

Ya no sabía que hacer, estaba muy desesperado y preocupado ya que el rostro de la mujer se había vuelto pálido, sin mencionar que su semblante y su cuerpo se veían sin fuerzas.

—Madre...

—No te... P-preocupes, Wooyoung, e-estoy b-bien —. Dijo interrumpiendo las palabras de su hijo.

Le costaba trabajo hablar y eso sólo logró que el menor se sintiera nervioso. La salud de la mujer estaba empeorando aún más y no era una buena señal, tenía que hacer algo, tenía que llevarla al médico.

Lo intenté // SanwooWhere stories live. Discover now