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—¿Estás seguro de que llevas todo? —. Preguntó la mujer con un semblante triste pero mirada preocupada.

Le dolía tener que separarse de su hijo por algunas semanas, no le gustaba el simple hecho de que tuviera que irse sólo por trabajo. Lo extrañaría demasiado.

El joven dejó salir aire de sus fosas nasales mientras repasaba mentalmente su lista de las cosas que debía llevar para que no se le pasara nada.

—Eso creo... —. Murmuró a la vez que volvía la vista a su maleta y enumeraba cada cosa con la mirada.

Por lo visto todo estaba bien y no le hacía falta nada.

—¿Y bien? —. Insistió la mujer.

—No te preocupes madre, llevo todo y no se me olvida nada —. Aseguró cerrando la maleta para luego colocarla en el piso.

—¿Estarás bien?

El menor miró a su progenitora, la mujer tenía los ojos llenos de lágrimas que no quería derramar. Wooyoung esbozó una sonrisa alegre para luego atrapar a su madre en un fuerte abrazo. No quería alejarse de ella pero tenía qué.

—Claro que si. Además, regresaré pronto, en el tiempo que esté allá te llamaré seguido para saber cómo estas —. Aclaró con voz suave.

Luego de separarse de aquel abrazo, el menor tomó su maleta y una pequeña bolsa en la cual llevaba su celular, billetera, llaves y otras pequeñas cosas.

Ella miró a su hijo irse en un taxi, poco a poco aquel vehículo fue desapareciendo de su vista. Respiró profundo para calmarse y enviar un mensaje al amigo de su hijo para informarle que ya se había ido.

El camino al aeropuerto era un poco lento pero no bastante como para llegar tarde. Observó la pantalla de su celular, eran las seis con veinte, sólo tenía diez minutos para llegar a su destino y encontrarse con su jefe a la hora que le había indicado. Su vista fue hasta un parque un tanto solitario ya que era muy temprano como para que los niños jugaran o las personas pasearan por el lugar.

Unos minutos después pudo divisar a lo lejos la entrada del aeropuerto por lo que soltó un suspiro de alivio, aún estaba a tiempo.

Le pagó al chofer lo debido por el viaje y descendió del auto para poder sacar su maleta de la cajuela del taxi y adentrarse a aquel lugar, en el cual ya había demasiadas personas caminando, yendo y viniendo y otras esperando a que su vuelo saliera o llegara con sus familiares o conocidos. A pasó lento empezó a buscar con la mirada al mayor pero no lo veía por ningún lado, no hasta que logró divisar a una cabellera color negra, el dueño de ésta caminaba a paso normal mientras hablaba por teléfono.

Si mal no recordaba, el nombre de aquella persona era Seonghwa, él era el presidente de la empresa, al cual sólo había visto unas dos o tres veces.

—¿Presidente Park? —. Habló una vez que estaba junto al hombre.

Sus palabras habían salido más como una pregunta.

—¿Sí? ¡Oh¡ Wooyoung —. Dijo con sorpresa deteniendo su andar.

—Usted... ¿Va a donde el jefe Choi está? —. Preguntó y el mayor asintió con una sonrisa a la vez que colgaba la llamada y guardaba su celular.

—Si. Por lo visto tú igual, así que vamos —. Mencionó con tono serio continuando su caminar.

El menor comenzó a seguir al mayor con su vista posada en el suelo, una hermosa loseta color blanca con bordes negros. Por mantener la vista en el suelo no se percató de que el contrario se había detenido y a consecuencia de eso, su cabeza terminó chocando contra la espalda de su mayor.

Lo intenté // SanwooWhere stories live. Discover now