~•~•21•~•~

686 84 34
                                    

—¿Seguro que ya se encuentra bien? —. Se atrevió a preguntar el menor.

Luego de que ambos terminaran de cenar y salieran del restaurante, el mayor quiso ir a caminar un rato para calmar aún más esas ganas de golpear algo hasta hacerlo pedazos, Wooyoung tenía razón, debía aprender a controlar sus impulsos, al menos eso se lo había dicho el rubio cuando estaba pagando la cuenta. Aunque le iba ser muy complicado, tendría que auto-controlarse para no causar un daño que tal vez no quisiera hacer pero que lo realizaba sin pensar; nada le era fácil, y mucho menos ahora que tenía que estar soportando el simple hecho de ver caras conocidas que prefería no volver a ver durante el resto de su vida.

Soltó un suspiro lleno de cansancio y, de reojo, observó al menor que caminaba a su lado esperando la respuesta a su pregunta. San no era de estar dando explicaciones del cómo se sentía, de lo que le hacía daño y de lo que no pero, al estar junto al menor, había algo que le decía que lo hiciera, que le dijera como estaba y que preguntara cómo se encontraba él, no era fácil de asimilar algo así pero intentaba acoplarse a la situación.

—Ya estoy mejor, no te preocupes —. Contestó el pelinegro.

Wooyoung le miró con sorpresa y luego esbozó una sonrisa llena de felicidad, aquella respuesta le hacía sentir satisfecho.

—Me alegro por ello —. Aseguró con semblante alegre.

—¿Y tú?

—¿Disculpe?

—Pregunté, ¿Y tú? ¿Cómo estás? —. Volvió a decir ocasionando que el rubio parpadeara varias veces sin poder creer lo que sus oídos estaban escuchando. —¿No piensas responder? —. Cuestionó de mala manera el pelinegro.

—No no. Yo... Yo estoy bien, gracias por... preguntar, jefe Choi —. Se apuró a decir mientras agitaba sus manos a modo de negación.

—Que bueno que estés bien

—Si pero... ¿Por qué la pregunta?

—Si no quieres que pregunte cómo te sientes no lo haré mas —. Aclaró Choi con el ceño un tanto fruncido y con tono de voz seco.

El rubio lo miró y negó rotundamente ante eso, no le molestaba en absoluto que su mayor le preguntara por su estado de ánimo pero era algo que se le hacía un poco raro ya que su jefe no era el tipo de persona al que le importaba saber como se encontraba la gente a su alrededor, San era todo lo contrario a eso. Sin embargo, a pesar de que no era común que su jefe le hiciera ese tipo de pregunta, le sonrió y luego hizo un puchero tierno a la vez que se colocaba frente al mayor para interrumpir su paso. San lo observó a los ojos, estos seguían manteniendo el mismo brillo, lo miró y sonrió.

No se dio cuenta de cómo fue que llegó a hacer eso, no se percató en que momento todo el esfuerzo que estaba haciendo para no aprovecharse de la situación se fue a la basura de un segundo a otro. No pudo saber cómo es que esa tierna mirada, aquellos labios formando un lindo puchero y ese gesto adorable le ocasionó una sensación tranquila en su pecho, algo cálido se formó dentro de si y perdió el control; simplemente no pudo más, no pudo resistirse ni un segundo más. Acunó las mejillas del menor entre sus manos y... lo besó debido a que... no podía contenerse más. Por fin, aquello que estaba anhelando sin darse cuenta, se hizo realidad, estaba besando esos belfos que tanto deseaba probar, lo besó con dulzura y cariño. El menor abrió los ojos por la sorpresa, su cuerpo comenzó a temblar y su corazón empezó a dar palpitaciones rápidas sin detenerse mientras sentía como una corriente eléctrica le recorría todo el cuerpo por completo, su respiración se volvió lenta, muy lenta. Eso era algo que no se esperaba pero tampoco era algo malo, al menos para su persona. El mayor se separó lentamente para mirar al rubio directo a los ojos, el contrario estaba anonadado y no podía evitar que sus mejillas se tornaran de color rojo, tenía sus labios un poco separados, su respiración era agitada debido a la impresión mientras que su mente estaba en blanco. Él no podía hacer otra cosa mas que quedarse inmóvil en su lugar a la vez que el pelinegro no le apartaba la mirada, estaba tan nervioso y al mismo tiempo tan feliz que no sabía con certitud a cuál emoción hacerle caso omiso.

Lo intenté // SanwooWhere stories live. Discover now