~•~•30•~•~

538 57 49
                                    

—¿Qué le ha hecho a Wooyoung? —. Preguntó tan pronto como vió al mayor entrar a la oficina.

El pelinegro alzo una ceja y caminó hasta donde el contrario estaba, rodeó su escritorio, y tomó asiento, con un semblante despreocupado.

—Le diré una cosa... —. Habló, a la vez que acomodaba su saco. —... el que hace las preguntas aquí, soy YO, ¿Entendido? —. El más alto no contestó. —Bien, déjeme decirle que... no es mi culpa que Wooyoung se comporte así con alguien tan desconfiado como usted, joven Johnny —. Aclaró. —En primera, Woo es alguien asombroso y capás de resolver sus problemas solo, y segunda; no tengo que darle explicaciones a nadie, y mucho menos a una persona incapás de hablar sanamente con su mejor amigo —. Recalcó con tono tajante.

El mencionado frunció el ceño, y con paso firme, se acercó al pelinegro, golpeó el escritorio con la palma de su mano, mientras que con la otra señalaba al mayor.

—Usted no es buena persona para Wooyoung...

—¿Y qué le hace pensar que usted si lo es para él? —. Cuestionó como burla.

Eso hizo enojar más a Johnny, le estaba cabreando, y mucho.

—Le daré una advertencia, señor Choi, Wooyoung...

—¿Usted? ¿Me dará una advertencia? —. Rió con ironía. —Vaya que no me conoce, así que es mejor que no me amenace con sus absurdas advertencias

—No se merece a Woo

—No. Usted no lo merece. Interrogarlo tantas veces, incluso presionarlo para que le diga algo, no es algo sano, es deplorable y estúpido —. Aseguró. Observó la mano del menor, que aún lo señalaba, y la quitó con asco —. Señalar a las personas es de mala educación, por lo visto usted, joven Johnny, no tiene modales —. Dijo.

—Le diré a Wooyoung de esto, usted es malo...

—Puede decirle, no me importa, solamente no se le ocurra gritarle, o incluso tocarlo. Recuerde que él es una persona sensible, no querrá destruirlo con sus palabras, o sus actos —. Aseguró. —Ahora váyase, no quiero que vuelva a intentar "besar", de nuevo, a mi operario, y mucho menos, dentro de MI empresa —. Finalizó.

—Usted no es nadie para impedirlo —. Comentó con sonrisa ladina. —Él me gusta, así que puedo...

—No, usted no puede nada. Una persona que quiere algo a la fuerza, es porque a lo mejor está obsesionado con ese algo, y eso es repugnante —. Añadió, levantándose de su asiento. —En mi empresa existen reglas, y los empleados y visitantes, como usted, deben acatarlas sin ningún pero. Y si no le parece, le pido que no vuelva a entrar a este lugar —. Dijo y, como ultimátum, señaló la puerta de salida con la mirada.

Johnny captó lo que el mayor quería que hiciera, así que, aún con el ceño fruncido, salió de la oficina, no sin antes darle una mirada fulminante al pelinegro. Por supuesto que no había funcionado.

~•~•~

Y en mi defensa, no dije algo malo, ¿O si? —. Cuestionó sin un poco de importancia.

El rubio le dedicó una sonrisa nerviosa, y negó, manteniendo esa mirada tranquila.

—No, no lo hiciste. Johnny suele ser muy... exagerado, la mayoría de las veces, y creo que esta vez si se pasó...

—La verdad, no me importa saber nada de ese tipo que se dice llamar "tu amigo", es alguien en quien no confío, para nada —. Recalcó.

Lo intenté // SanwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora