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Una sonrisa se hizo presente en sus labios mientras una enorme sensación de echarse a correr como niño pequeño para admirar el hermoso paisaje que tenía frente a él.

Luego de llegar a su destino Park tuvo la idea de visitar el famoso big beng, aquel lugar era su lugar favorito pues era el reloj mas grande que conocía. Aunque el pelinegro se negó a perder el tiempo en una cosa tan insignificante como esa, terminó por aceptar debido a que necesitaba distraerse con algo por un momento.

—Parece un niño —. Comentó el más alto sin despegar la mirada del menor.

Choi lo miró sin expresión alguna en el rostro y luego volvió la vista a su celular.

—Ya esta bastante crecido para eso —. Contestó el pelinegro con un tono de voz duro.

—Wooyoung es joven...

—No me interesa —. Recalcó con mirada seria —. La junta será hasta Lunes, el señor Lee quiere que mañana asistamos a su "pequeña" fiesta —. Dijo cambiando el tema.

Park soltó un suspiro y asintió con lentitud no muy convencido de aquello.

—¡Wooyoung! —. Gritó el pelinegro con fuerza, llegando a asustar a Park y al mencionado.

Seonghwa lo miró con los ojos abiertos y una cara confusa, por lo visto a su amigo le importaba poco el que las personas que pasaban por el lugar se le quedaran viendo con semblantes de susto o de miedo, incluso unos lo observaban con cara de "esta loco".

—¿Por qué gritas así? —. Preguntó Park con curiosidad.

El contrario frunció el ceño ante eso.

—Porque me dio la gana —. Contestó.

El menor se acercó a ellos con una sonrisa aún presente en sus labios pero con el temor invadiendo su interior, esa era la primera vez que su jefe le gritaba de esa manera, una que de inmediato le hizo sentir vulnerable y con un poco de temor.

—¿Necesita algo jefe Choi? —. Dijo una vez que estaba al lado de su mayor, el cual tenía un semblante nada agradable.

—Nada. Nos hospedaremos en un hotel, así que vamos —.  Aclaró a la vez que tomaba su maleta y comenzaba a caminar junto con el más alto.

El joven, sin decir nada, empezó a seguirlos sin mencionar ni una sola palabra. En sus pensamientos solamente podía pasearse lo que su madre le había dicho días atrás pero seguía dudando con respecto a eso puesto que ahora estaba en otro lugar y tal vez el mayor se la pasaría todos los días ocupado y no tendría tiempo para siquiera descansar un rato. A pesar de ello, Wooyoung estaba seguro de que haría lo posible para que su jefe no se estresara por tanto trabajo.

El camino al hotel no había sido tan largo debido a que una persona que trabajaba con el señor los había ido a recoger para llevarlos al lugar en el cual se quedarían en esas semanas. El viaje era silencioso y solamente podía escucharse con claridad el motor de la camioneta blanca en la que iban.

El menor se sentía ahogado por alguna extraña razón. Al fijar su vista en la ventanilla pudo divisar un edificio grande de un color plateado con ventanas brillantes, tal vez se veían de esa manera porque estaban muy bien limpiadas.

—Hemos llegado —. Mencionó el hombre el conducía el vehículo a la vez que se adentraba a un estacionamiento subterráneo para luego aparcarlo en un lugar vacío.

—Gracias —. Agradeció Park una vez que estaba fuera de la camioneta y ayudaba al menor a bajar su maleta.

—No es nada. El señor Lee también me pidió que les entregara esto —. Dijo mientras buscaba algo en la guantera del vehículo. —Son las llaves de sus habitaciones

Lo intenté // SanwooWhere stories live. Discover now