Prólogo

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Mienstra corría pensaba si este sería su final, sí, o eso creía...
Se va perdiendo entre la gente y las calles, su respiración es cada vez más agitada. Mira para atrás y ve que ya no lo siguen, entonces se detiene a descansar.

— esto no será siempre— seca su sudor con su antebrazo, mienstra recupera el aire poco a poco.
—tenes razón no será siempre.

Gira lentamente su cuerpo y ahí ve a la persona que lo seguía estar parada frente a él, con una arma en su mano y le sonreía de forma siniestra.

— porque capaz que hoy se termine todo — le dice y aún con esa sonrisa macabra, le apunta con el arma.

Él cierra sus ojos y piensa:

¿Y si hoy a la mañana, le hubiera dado un beso a mi esposa antes de irme?

¿Y si...ella me espera en su ventana esperando que vuelva?.

Sí aún no es tu voluntad que me vaya, intercede; pero sí lo es, será para mí un gusto encontrarte allá en el cielo, Dios.

En un momento siente una mano en su hombro y al abrirlos se encuentra con un militar, sonriendo, pero él no comprendía nada.

— no te preocupes, el hombre ya fue llevado ante la Corte — no hablaba, estaba lo suficientemente anonadado por la noticia
—. Disculpa pero ¿ sucede algo? — le movió su hombro y se lo tocó para ver si reaccionaba pero no lo hizo.

Otro se acercó hacia ellos y lo examinó; unos golpes, el sudor en su frente y la palidez en su piel era de notarse.

— este hombre estará bien — lo mira y le sonríe — vete a tu casa y descansa muchacho.

Asiente con su cabeza y empieza a correr hasta llegar a dicho lugar. Antes de entrar piensa nuevamente:

Si aún estoy aquí es porque aún tienes un propósito para mi, Señor, gracias.

Abre y cierra detrás suyo la puerta, sus amigos e incluso su esposa estaban felices por verlo de nuevo.

— Seung — corre hacia él y lo abraza, levanta su rostro y lo mira —. ¿ qué te ocurrió? Estas pálido y sudoroso — se aleja un poco, pero él la acerca hacia sí abrazándo su pequeña cintura.

— solo se amor, que Dios siempre me protegerá y hoy lo demostró — la besó en sus delicados y suaves labios.

— déjame hacerte un té para que te sientas mejor.

— ya estoy bien amor, porque Dios me ama y eso es más que suficiente para mi.

Porque siempre nos protege a pesar de todo.

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Where stories live. Discover now