10: Nuestro proposito

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Anna

¿ cuál es la función de los alimentos? Darnos nutrientes, ¿para qué sirven los ojos?, ¿Y los oídos?, ¿Que harán los pies?, ¿ y nosotros? ¿Cual es el propósito de Dios en cada uno?.

Johan

¿Para qué respiramos?, ¿por qué motivos vivimos?, ¿cuál es el deber que se nos dio?, ¿o la autoridad que se nos otorgó?.

...

Mientras desayunamos en esa mesa larga, el frío entraba por el ventanal, el viento hacia que te quedes en tu lugar intentando calentar tu mismo cuerpo, pero como siempre una conversación cálida y amena se hacía siempre y a cualquier hora con ellos.

— Leonel, la azúcar —Luciana lo mira y él solo extendió la mano  alcanzado un pote de azúcar a ella.

El único que no comía era Daniel, ¿le habra pasado algo?.

— Daniel ¿estás bien? Lo digo porque no comiste — me mira, tenía un pequeño libro el cual estaba leyendo, por lo que alcanzaba a leer era Salmos.

— estoy ayunando, Johan — lo miro  y mi expresión decía lo que pensaba, también como si él leyera lo que pasaba por mi mente — después te explico que es — dijo volviendo la mirada al libro.

Pasados unos minutos, de los cuales ya termine mi desayuno, veía como las chicas se levantaban. Ya estaba lo suficientemente aburrido, pasaba toda la hora aquí y me sentía completamente un inútil.

— ¡chicas! — grite para que me escucharan, corrí hacia ellas y me fui colocando mi abrigo y los zapatos — ¿puedo ir con ustedes? —pregunte, con mi manos entrelazadas y haciendo un ligero puchero, para que me digan que sí.

— si vas con nosotras, algunas tendrán que quedarse y una ir contigo — Soledad se cruzo de brazos, afirmaba de esa manera que lo que decía era verdad.

— pues entonces ven conmigo— dije formando otra pícara sonrisa en mis labios, quería molestarla un rato.

— no gracias — hizo un ademán con su mano mostrando un cierto rechazo. 

Empezaron a hablar de quienes se quedaría y quien iría conmigo.

— ¿qué tal Anna? — dice Emmanuel mientras lee un libro, Proverbios — ya que algunas no quieren.

Todos desviamos la mirada hacia ella quien estaba poniéndose su abrigo y unos guantes blancos por el frío.

— sabia que me elegirían — abre la puerta y sale hacia el exterior — ¡vamos Johan, ya que tanto quieres salir!.

...

El frío; el viento moviendo cada hebra de mi finísimo cabello marrón obscuro, pero también movía mi cuerpo temblando mis manos y pies.
  Anna estaba al lado mío, también temblaba, el viento movía su pelo negro azabache, dejando que atrape unas cuantas hojas accidentalmente.

— Johan, t~tengo... frío— sus labios temblaban y sus dientes crujen, miraba a mis costados no había nadie, ni adelante, ni a atrás mío.

Me arrime más hacia ella y la abracé; ella se acercó hacia mi poniendo su cabeza en mi pecho, mientras yo ponía mi cabeza sobre la suya.

—  no tenías porque hacerlo — dijo susurrando sobre mi corazón.

— eres mi amiga Anna, no es bueno que tiemble tu cuerpo —cerré mis ojos y mis fosas nasales olían el grato perfume lavanda de su cabello.

Al cabo de unos minutos nos separamos ya ambos nos habíamos calentado lo suficiente, le puse su capucha mientras caminábamos.

— así te hará menos frío —le dije con una sonrisa y tomando un poco de distancia empecé a caminar en mi mente.

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Where stories live. Discover now