13: ¿Aceptas?

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Anna

Aunque quieras negarlo y fingir como si todo fuera normal, todos necesitamos a Dios, aunque hoy negarlo es felicitado.

  Pero ninguno es ateo bajo fuego.
Porque todos necesitamos creer algo y darle algún motivo para latir  nuestro corazón.

Johan.

Faltan tres días para que me vaya, pero en los últimos días anduve pensando mucho, en las estrellas o lunas de Saturno. 

El frío de la noche era de esperarse, y también desde pequeño levantarme y buscar agua era común.

Como les dije baje a tomar agua, pero una pequeña silueta se ve en el patio, ¿quién era?.

— ¿tú tampoco duermes?— su voz sonaba suave y aunque no le veía el rostro, sabía que era un mujer.

— ¿qué?— pero algo no era normal, las chicas siempre me dicen "Johan" quien sea esa persona daba miedo.

— ¿ así que aceptas ser Cristiano? — no decía quien era y eso me hacía asustar.

— ¿quién eres?— le preguntó, se levanta y se dirije hacia mi.

Compostura pequeña y medianamente gordita, cabello color marrón oscuro, con mechones blancos, traía la cabeza baja cubriendo su rostro y en un su pelo había un broche dorado de forma de mariposa.

— ¿aceptas ser Cristiano? — levanta su rostro y yo quedo atónito — ¿hijo? — un frío viento recorre la ventana lo que hace que tenga escalofríos, pero al verla otra vez estaba seria y con una expresión de frialdad.

La mire pero no podía formular palabra alguna de tanta impresión que tenía.

— ¿tienes miedo? — pero esta vez su voz sonaba siniestra con aquella frase.

Desperté del sueño, mi corazón latía fuertemente y estaba sofocado, asi que abrí la ventana para calmarme un poco, los demás dormían; mi cabeza estaba doliendo y mi boca estaba seca, alcanzo ver en la poca visibilidad una botella de agua al lado de Daniel, la agarro y empiezo a beberla.

Pero no al poder quedarme dormido, decido bajar para buscar algo que beber.

Y no era el único que no dormía.

— ¿pesadilla? — pregunta mirando su té y yo asiento levemente con mi cabeza.

— ¿cómo lo sabes? — me miró fijo he hizo una seña para que fuera a sentarme, la cual obedezco.

— Dani, Leo y Emma, tienen que volver antes de las 6 a.m a los cuartos de la militancia— ahora entendía porque a veces llevaba días sin verlos, eran militares.

— comprendo— no no lo entendía para nada, pero el día que me rescataron iba para allá para convertirme en uno del resto, cuando sabía que no era como todos los mortales.

— Johan, sabes las reglas del pais— las sabía, porque me las enseñaron e incluso inculcaron hasta la fibra de mi ser.

— ¿por qué están aquí?— hago una pausa con un suspiro — ¿Por qué decidieron estar con Dios?—.

Pero ella me evade tomando otro trago de té, que seguro está más frío que la noche, pero ve como la miro fijo esperando mi respuesta así que con un suspiro y resignación, decide contestar.

— Johan ¿sabes algo? — hace una pausa y me mira con una sonrisa — aceptar a Dios es lo más hermosos que hice— pero une sus labios y sus ojos destilan un brillo que conocía, ese brillo de querer decir la verdad.

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Where stories live. Discover now