22: Soldados.

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Anna.

Ser soldados de Dios es muy difícil, no estamos acostumbrados  a tener una espada, a pisar desiertos, a caminar descalzos mientras nuestros pies son quemados por esa arena caliente, a estar de rodillas muchas veces en las batallas, para después agarrar la lanza y matar  a nuestro enemigo.

Ser soldado de Dios no es fácil, no es fácil cruzar los entrenamientos, y practicar dia y noche.

Ser soldado de Cristo, tomar la armadura, agarrar la espada, calzar las botas y salir a predicar, ser Soldado, ser Cristiano, ser tú y contar a los demás de esa persona que te salvo.

Johan.

  En mi piel se notaba los moretones, en mi labios se notaba todas las cortadas que tuve, en mi espalda los látigos de aquella vez, ¿donde sufriría más? ¿En mi casa o en los militares? Porque yo no conozco a los militares pero si a mi padre.

¿Que me causaria más dolor?
¿Que me costaría perdonar más?.
¿a quien podría odiar más y echar culpa? ¿A mi padre que nunca esta bajo ninguna orden? O ¿a los militares que deben obedecer?. 

— Dios mío... — susurró a duras penas pude levantarme y caer al suelo por el dolor.

— Seung... — mi "madre" abrió la puerta y me vio tendido en el suelo, sintiendo mi poca respiración, mis ojos cansados e hinchados, mi cuerpo débil y a punto de un desmayo.

No comía desde hace dos días, no dormía desde hace tres noches, todas esas noches, me despertaba mi hermano mayor tirando un balde de agua fría y les ordenaba a sus amigos (los cuales solo dejaba pasar) que me golpearan cuantas veces quisieran, más los interrogatorios y los látigos que me daba mi padre, sin contar el dolor de que no viera a Min Hye o a Jeong Soo.

Creo que en algún momento dude de ser cristiano, no recuerdo cual pero seguramente fue minutos antes de desmayar  delante de mi madre.

Johan... resiste... solo resiste en el desierto.

— Dios... —balbuceo nuevamente y veo como ella acaricia mi cabeza, estaba acostado en su regazo —que... — me pidió hacer silencio, extendió un vaso con agua y me ayudo a beberlo.

— tu padre se porto muy mal, no debió quitarte tu ración de comida— ella toma una pequeña cucharada con sopa y me da a comer, mientras aun tocaba mi cabeza.

Pero aun estaba débil, las heridas no se estaban sanando y yo ya quería desmayar nuevamente.

Anna.

Más de un mes sin noticias de él,  lo ultima vez fue en su bautizo y no se lo veía nada bien.

Dios de la creación, te pedimos delante de tu Trono que protejas la vida de Seung Hyo, dejamos todo en tus manos y que se haga tu Voluntad.

— aun estoy intraquila— mueve sus pies de forma rápida se nota que esta angustiosa.

— ya Luciana, él estará bien— Seung la abraza pero aun ella sollozaba.

— mi ultima pesadilla de él me da miedo aun.

Así es diario, Luciana tuvo una pesadilla con Johan, pero no quiero escribirla porque tengo miedo a llorar.

Solo dire que soñó a Johan herido y nada más.

— tenemos que saber como esta él por favor, Seung, por favor— le suplicaba a su esposo al parecer estaba aterrada.

Seung la abraza fuerte mientras ella llora sobre su cuello, no paraba, no quería que nadie este lastimado, desde que sus hermanos la apartaron a ella, no quería que nadie más de su familia en Cristo salga lastimado.

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora