16: De ellos es el Reino

45 9 58
                                    

Anna

  Los niños son tiernos, sin prejuicios, ni siquiera creo que saben que es esa palabra usada por los adultos, "prejuicios"; anda alegre, es simpático, no miente y sueña siempre en grande, !vaya que Dios no se equivoco al decir que de ellos es el Reino!.

Johan

Me levante de madrugada a orar por toda mi familia, tanto terrenal como en Cristo.

— protege Señor esa casa y a los que habitan en ella— sigo orando en susurros, tal como inicié —amén— me levanto después de estar arrodillado y siento leves golpes en la puerta.

Fui para abrirla y me encontré con su pequeña figura, su cabello marrón chocolate que poseía algunas canas, y como siempre, su sonrisa. Le doy el pase para que entre y ambos nos sentamos en la cama.

— ¿pesadillas?— apoya su mano caliente en mi mejilla helada y yo niego con mi cabeza —entonces ¿qué hacías despierto?— le sonrió y un rayo de luz, que entra por mi ventana, deja que aprecié ese color obscuros de sus ojos.

— solo no tenía sueño— me encogí de hombros, tomándome ligero el asunto de despertar temprano.

— antes de despertar soñé algo abrumador— me mira nuevamente — ¿te lo puedo contar? — sonrío, otra vez, y asiento con mi cabeza.

Estaba en un campo de trigo, paseando, hasta que escuché tu voz, sonaba aterrada y no dejabas de llamarme constantemente pero lo curioso es que no te veía, entonces corrí para empezar a buscarte, hasta que en un momento, me hallé con un hombre.

El hombre de mi sueños era hermoso y llevaba puesta como ropa del medio Oriente, con un manto cubría la mitad de su rostro y no dejaba de sonreír.

— ¿quién eres? — más no respondió — ¿qué hiciste con mi hijo? — se limitó a contestar ambas preguntas, en cambio solo había un silencio y una sonrisa por su parte.

Cuando ya se estaba marchando, se detiene por segunda vez para mirarme, pero su vista se fija en mi costado, giro mi cabeza y allí estabas tú. Llevabas un hanbok blanco, con detalles dorados en tu jeogori¹,  también llevabas un po² de color amarillo claro, pero lo tenías abierto, y me sonreía.

— Hijo ¿ qué sucedió? — también te limitas a contestar, miras al hombre y corres para saludarlo, ambos se abrazan algo raro de tu parte — ¿lo conoces? — te pregunto y después de despedirte de esa persona, corres nuevamente hacia mi.

vámonos mamá — me hablaste sereno —aún me falta un largo camino—  expresas y caminamos por aquel campo de trigo. 

  Luego de eso fui despertando lentamente.

— ojalá fuera José— dije sin pensar y ella me miró.

— ¿quién?— arqueo una ceja.

— nadie mamá—  la miré mientras rascó mi brazo izquierdo — tu sueño es curioso.

Se levanta de su lugar, me da un beso en la frente y se despide de mi para irse a la cocina, dentro de pronto, todos se despertarán y tendrá que alimentar a seis personas. 

En cambio, yo en mi cuarto, veía el amanecer desde la ventana, los colores rosado, naranja y celeste se apreciaban en ese extenso cielo, mientras el sol aparecía desde el horizonte. Ahí me quedé admirando eso, metido en mis pensamientos. No había que ser un genio para saber que mi madre soñó con Jesús y conmigo, pero hacia falta ser José para saber su significado

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Where stories live. Discover now