25: Fe disminuyendo.

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Sí eres sensible, odias la violencia y te enojas por todo... no leas esto... pero si eres alguien que rompe reglas y quieres hacerlo, adelante, yo te advertí.

Anna.

¿Que pasa si dudamos de Dios? Pues estaríamos dudando de nuestro Creador, y si hacemos eso, estaríamos dudando de nosotros.
¿Acaso la vasija duda de lo que el alfarero hace?.
O ¿el pincel duda de la mano del pintor?.

Daniel.

Hacia un mes y 3 semanas que no veía al resto, solo en los trabajos, ni siquiera charlamos, solo cargamos leña o la cortamos hasta que sea hora de comer o de dormir. 
 
Siempre nos pedían caminar, para llegar a nuestros puestos de trabajos, por cenizas que eran apretadas contra la tierra por nuestras botas, esas cenizas eran de cuerpos cremados que en algún momento fueron personas, como dicen todos >> nadie sale con vida de este campo<< ¿desde cuando yo quería salir?, yo lo único que deseo es que me digan, te vamos a matar y contento voy a esperar a que lo hagan.

— Daniel... — escucho su voz, mientras dejo caer mi hacha sobre la leña— ¿que pasa contigo?.

— especifica, Samuel— lo mire como agarraba un pedazo y se lo daba a un compañero suyo.

— a eso voy, se siente tu frialdad espiritual, ¿tengo que preocu... — no deje que termine de formular su oración, bufé de molestia y me fui a ser mi siguiente actividad.

¿Que le importa? Es mi relacion con Dios y a nadie le debe de interesar.

Hace un mes se me dio la noticia de que mi padre, mi tío, los padres de Luciana y los de Leonel, todos ellos acabaron en una cárcel y luego murieron, no me dijeron en cual, probablemente este pisando la cenizas de mi padre y nunca me di cuenta, sí así fuera me tiraría a llorar sobre dicha.

A Seung le golpean y le quitaron la medalla que tanto quiso ganar.

¿ se dan cuenta que no? Nos estamos muriendo en este lugar, y no hay oración que nos salve.

— ¡te odio!— golpeé la pared con tanta rabia y ahí me largue a llorar.

No soy fuerte Dios y lo único que hago es quejarme, no estoy soportando nada más y ya me estoy cansando, mis pies ya queman en la arena, mi garganta ya se ha secado de tanto hablar y gritar, ya no recuerdo tus promesas solo miro al sol y maldigo.
No era así, yo no era así, pero me he convertido en esta persona que quiere respuestas, pero no te quiere a ti.

— Dios.. — no paraba de llorar ante todo un mes vivido —perdón.

Luciana.

— número 40— era mi número, pero me parecía raro que me llamen a mi, la ultima paliza que me dieron, fue hace dos días y aun me duele la pierna a causa de eso.

No le di importancia, tampoco sentía nada fuera de mi que me diera indicios de miedo o que algo saldría mal.

En fin, ese soldado me llevo a la sala de tortura y no había uno, sino cuatros hombre ahí en esa misma sala.
Me incline como señal de respeto y ellos hicieron lo mismo.

— ¿ocurre algo?— uno de ellos cerro la puerta y aun no comprendía lo que pasaba.

— señorita ¿niega a Dios?— ¿me habían traído otra vez para que niegue a mi Dios?.

— no, Dios es el Creador del Cielo y de la Tierra, envió a su Hijo Jesús para Salvarnos ¿por qué negaría a mi felicidad? — queria  volver a decir algo pero un soldado tapo mi boca con un pedazo de tela.

Escrito en lo Oculto ( Libro 1)Where stories live. Discover now