Capítulo XXXVI

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Jane:

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Jane:

Ya habían pasado 15 días de nuestra conversación con John Chester y las cosas marchaban bastante bien. Travis en esos días logró conseguir algunos nombres para que el hermano de Cameron fuese trabajando, incluso hizo una especie de ¨amigo¨ ahí dentro el cual hablaba hasta por gusto.

En cuanto a las mujeres compradas por mi hermano, fueron entregadas a las fuerzas policiales, quienes les hicieron atenderse con especialistas. Yo no tenía mucha información de lo que acontecía, pero según las conversaciones que escuchaba, ninguna de las chicas se animaba a decir nada sobre su estancia en ¨Búho¨.

Además de eso, el control sobre mí aumentó drásticamente. Ya ni podía salir, si no era acompañada de Travis, no me dejaban acercarme a las ventanas y antes de entrar a casa me mi hermano me revisaba como si estuviésemos en un aeropuerto.

Mi único espacio ¨libre¨ era la escuela, la cual se había encargado de ocupar todo mi tiempo con exámenes y tareas. Ya casi entrábamos a las finales y si pretendía aprobar, debía centrarme a más no poder en mis deberes.

Para que decir lo que trajo consigo esa situación: aumento de mi medicación, pues, no lograba mantenerme ecuánime con nada, aumento de los niveles de ansiedad, así como de las marcas en mi cuerpo. Por más que estas seguían siendo pequeñas, ya aumentaban en cuanto a su profundidad y eran cada vez más reiteradas las ocasiones en las que me autolesionaba.

Cualquier objeto filoso era una tentación, desde la máquina de rasurar hasta el cuchillo de la cocina. La verdad, sentía un retroceso enorme en mi situación, porque incluso los dolores en el pecho se acrecentaban, tanto en intensidad como en frecuencia.

Añadir a eso, el hecho de que llevaba 15 días sin ver a Matteo. Él ignoraba mis llamadas y contestaba algún que otro mensaje, pero ya. Muchas veces me encontré a punto de derribar su puerta para saber qué demonios le pasaba, pero siempre terminaba por rendirme.

—Ya no puedo más —llegaba de clases en el auto de Yudy y me encontré a mi hermano en el suelo, hecho un mar de lágrimas.

—Kelly, espérame en la habitación —le indiqué a ella y lo hizo sin protestar.

—Hey —me senté frente a Travis, intentando que levantase la cabeza, pero no lo hizo—, ¿qué pasó esta vez?

—Voy a ir a verlo.

—No, Travis, no vas a ir a ninguna parte —usé mi tono de voz más fuerte—. Hemos pasado por mucho para llegar hasta aquí, no te puedes rendir ahora.

—Todo me queda grande, te lo dije al principio y te lo repito ahora —apretó sus puños y por un momento pensé que iba a darle a algo—. Mira.

Me volteó su celular para que pudiese tener un mejor campo de visión. Ahí se veía una niña, de unos diez años como máximo. Tenía el cabello todo despeluzado y magulladuras por toda la piel que debería ser lozana.

Cuervo // Vínculo // ✓Where stories live. Discover now