corny

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Segunda parte de "affection" pedida por karo1GO ¡Gracias por tu apoyo! 💛💛

La respiración de su pareja la podía oír más cerca de lo que acostumbraba, no le molestaba, solo le resultaba un tanto extraño. Hasta que pudo agudizar sus sentidos y sentir como era rodeado por unos brazos que estaban por arriba de su abdomen y aparte de eso, pudo presenciar como es que no veía la espalda del pelirrojo, si no, que no podía verlo bien, pero en lugar de eso podía sentirlo y más los latidos de su humanezco corazón que escuchaba a la perfección por estar recostado en su pecho. El suave latido del corazón del demonio lo invitaba a entregarse a los brazos del morfeo nuevamente a lo cual cedió.

A la mañana siguiente, su cómoda almohada se había ido, abrió los ojos y vió que el otro lado de la cama estaba solo y escuchó ruidos fuera de la habitación.
Se levantó sabiendo que su novio se encontraba allá afuera haciendo el desayuno.
Estaba a punto de abrir la puerta si es que no hubiera sido abierta por alguien en el exterior, y era él, su amada serpiente con una bandeja de pan francés con distintos tipos de fruta, un café, un té y una rosa blanca en un pequeño florero.

"Buenos días, ángel." dijo de forma cantarina haciéndole una señal para que se fuera a sentar en la cama, lo cual el rubio acató de inmediato y con una sonrisa vió como el demonio acomodaba todo y le regalaba una preciosa sonrisa que hizo su contrario enrojecer. "No me veas así, ángel, sabes que no puedo con tu tierna sonrisa." y como si de un concurso de sonrojos se tratara Aziraphale enrojeció más que su contrario por el cumplido y el pelirrojo sonrió victorioso.

Todos los días eran así desde esa pequeña charla que habían tenido cuando 'Aziraphale estaba raro'. Iban de a poco trabajando en el desarrollo afectivo de Crowley, qué y como quería expresar eso. Y el rubio estaba más que feliz cuando esos abrazos regresaron junto con los besos que habían vuelto más cariñosos y cuidadosos, podía sentir mejor el tacto de su pareja y los cumplidos no se hicieron esperar.

"¿Cómo haces para despertar tan radiante y besable?, ¿hm?" no tuvo tiempo de responder ya que su contrario lo atacó a besos causando que riera entre sus labios.

El desayuno transcurrió entre caricias inocentes, palabras lindas, el más bajo alimentando ocasionalmente a su pareja ofreciéndole una porción en el tenedor. Todo era tan adorable.

Y parecía que el desayuno no sería la mejor parte del día, ya que después de que ambos se vistieran y prepararan, el pelirrojo tomó de la mano al rubio para decirle que dieran una vuelta por Saint James, luego lo dejaría en su propia librería si así el ángel lo deseaba lo cual por supuesto que aceptó.

Iban tomados de la mano, nada los separaba aunque eso intentaran, fueron por helado y con una gran sonrisa, Aziraphale vió como Crowley veía con detenimiento a los patos.

"¿Dónde demonios tienen las orejas? Yo sé que nos escuchan." dijo el pelirrojo haciendo a su contrario reír, lo amaba demasiado.

"¿Por qué no investigas sobre la anatomía de ellos? Puede que encuentres algo interesante, ¿no lo crees?" le sonríe.

"Ngk, puede ser..."

"¡Sí! Y puedes ir conmigo a la librería, algo de compañía nunca me viene mal, y menos si es la tuya." el demonio se bajó levemente las gafas para verlo.

"Eres tan cursi, no puedo igualarte aunque quiera." rió entre dientes acomodándose los anteojos.

"Oh, tonterías, también puedes serlo."

"¿Ah, sí?" asiente y su contrario ve a otro lado. "¿Ves lo que haces? Sacas lo mejor de mi y es tan... agh."

"¿Acaso no te agrada?"

"¡No, no, no! No es eso ángel, solo que se siente tan bien que, ugh, soy un demonio, se supone que no tengo que ser bueno ni mucho menos sentir algo, pues, bueno..."

"Querido, que seas un demonio no quiere decir que tengas que vivir en agonía."

"No, pero antes sí lo pensaba." el pelirrojo lo toma por los hombros para acercar a su novio hasta donde él y verlo con una sonrisa de lado. 'Pero tú me hiciste cambiar de parecer, porque tu sola presencia me hace muy feliz."

"Aw, querido." besó lleno de ternura su mejilla. "¿Ves que también eres cursi? No te quedas corto con tan encantadoras palabras que tienes para decir."

"E-es tu culpa..."

Rió silenciosamente jalandolo de la mano para que se levantara y fueran de camino al Soho para que el rubio pudiera pasar un rato en compañía de su pareja.

Las horas pasaban y estaba tan concentrado en el millar de frases que hacían un párrafo que olvidó que no estaba solo hasta que un infantil '¡De ahí escuchan!' de Crowley se escuchó. Este le había tomadole la palabra a Aziraphale y se dió la tarea de buscar por dónde escuchaban los patos.

"¿Encontraste algo interesante, cariño?" este asintió y con libro en mano fue a su lado a mostrarle la azaña que había encontrado. El rubio lo vió con parsimonia observando los labios del pelirrojo trazar palabras.

"Por eso no tienen orejas que se vean a la vista." concluyó esbozando una sonrisa la cual tomó como señal para plantarle un dulce beso que fue correspondido de inmediato con un simple pero precioso abrazo por la cintura dando señal a otra sesión de besos vespertinos que a nadie le caía mal.

Luego fue hora de ir a casa ya que estaba oscureciendo.

El pelirrojo corrió a la cocina gritándole a Aziraphale que se metiera a duchar lo cual sin chistar aceptó, ya sabía que haría de todas formas, ya se le había hecho costumbre.

Salió del baño recién duchado, se puso su cómoda pijama de tartán y caminó a la cocina cuando pudo percibir el fuerte y relajante olor a la cena que el demonio había hecho para él.
Fue a rápidos pasos para abrazarlo mientras Crowley servía vodka en un vaso que sabía que era innecesario ya que no era un secreto para ninguno de los dos que el de gafas terminaría tomando directamente de la botella mientras que Aziraphale degustaba de los últimos bocados que quedaran de la comida. Y así fue para sorpresa de nadie.

Crowley había puesto al lado de la silla de su pareja la propia y lo veía más de cerca, viendo los delicados movimientos que hacía y los sonidos que soltaba cuando terminó el último trozo del pastel de chocolate que le había comprado. Esperó a que terminara de limpiarse la comisura de los labios para cargarlo a la habitación que compartían.

"Es hora de los abrazos y besos para mi ángel ¿Mi ángel quiere?" este asintió bajando la mirada un tanto apenado. "Parece que nunca son besos y abrazos suficientes, ¿no es así?" su contrario estaba a punto de contestar pero no sin antes ser replicado de nueva cuenta por el pelirrojo. "Sé que no, cariño, y entiendo, una ternura como tú necesita mucho amor y cuidado."

Sí, tampoco es como que a Crowley no le gustara comerle el rostro a Aziraphale, su rostro era tan terso y cálido que disfrutaba cada beso que le daba, junto con ver como es que solo él podía darle tanta cantidad y sin medida de amor.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora