𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢ

robber

Pedido por McSpirk_30, gracias por tu apoyo 🧡

Humans AU

Era otoño, así que venía envuelto en un gran abrigo con una bufanda que tapaba más de la mitad de su rostro y unos guantes a juego con la bufanda marrón que tenía. Venía vestido como acostumbraba: pantalones, camisa blanca, chaleco tejido, un pequeño moño y una gabardina larga en esquema de colores claros, haciendo que resaltara entre la multitud de personas que se dirigían a sus trabajos.
Iba tranquilo caminando por la acera con rumbo al Soho con un termo de café entre las manos, temblando, pero con una sonrisa rojiza -junto con sus mejillas- por el entusiasmo de llegar al local.
Nunca había entendido a esas personas que odiaban su trabajo. Bueno, tampoco es que tuviera el cien porciento de derecho para decir eso, ya que, a final de cuentas, el trabajo era temporal hasta que pudiera entrar a la universidad el siguiente año, pero se estaba dando el gusto.

Cuando encontró el anuncio pegado en la calle, su felicidad era descomunal. Dió saltos en media calle soltando sonidos emocionados. Más de uno seguramente había pensado que estaba loco, pero a él no le importaba... bueno, más bien no se dió cuenta, estaba más ocupado descolgando el anuncio y buscando la dirección.
Llegó casi de inmediato al Soho dando por poco con el lugar prontamente.

Habló con la propietaria, quien era una viejecilla muy amable que lo recibió con una buena taza de té y un par de postres. Inmediatamente obtuvo el empleo y una rebanada de pastel de frutas.
Era un sueño para alguien como él, por fin podría pasar horas en un lugar que adoraba y tener un pago al mismo tiempo.

Abrió la puerta principal recibiendo la bienvenida del hermoso olor a libros.
Nuevos y viejos ejemplares estaban viéndolo desde sus estantes en un órden que sólo él y la propietaria entendían.
Acomodó las pocas cosas que traía consigo atrás de la caja, paseó por los pasillos en busca de alguna cosa fuera de lugar o algún libro que no siguiera el orden habitual, pero nada, y eso le gustaba, odiaba cuando las cosas iban como todos los días, odiaba lo sorpresivo. Bueno, lo odiaba ya que siempre que algo sorpresivo pasaba, era algo realmente malo.

Giró el anunció que decía '¡Lo siento! Estamos cerrados' para que dijera 'Abierto. ¡Bienvenido!' tomó una pila de libros y se dispuso a ordenarlos en donde tenían que ir.
Los días siempre eran lentos en aquella tienda de libros de segunda mano. Y al rubio eso le gustaba, eran tardes largas de estar sentado en una silla -a veces el piso- comiendo la comida que su madre le preparaba una noche antes para que pudiera venir a laburar, y, por supuesto, lo mejor de todo, podía leer todos los libros que había en las repisas, las veces que quisiera, sin mucha interrupción.

La colección era basta, así que nunca se quedaba sin distractores. De todas formas, repetir sus novelas de confort nunca le venían mal.
Que el recinto estuviera la mayoría del tiempo prácticamente vacío le daba espacio para poder fantasear sobre miles de posibilidades. Muchas veces su madre le había dicho que debería de escribir un libro para aprovechar la habilidad que tenía de crear historias.
Era un gran fanático de muchos géneros aunque siempre se había acoplado al viejo y buen romance. A veces para burlarse de lo cliché que podría resultar algunas situaciones y de lo moralmente cuestionable que podría llegar a ser algunas actitudes de los personas, pero mayormente era fantasear. Aziraphale siempre había sido una especie de 'romántico sin remedio' aunque nunca había tenido algún tipo de relación.

No porque él no lo quisiera o porque nadie le hiciera caso, simplemente sus espectativas y estándares estaban en los cielos. Algunas veces pensaba que si no se casaba con un personaje sacado de alguna de sus obras favoritas, se quedaría sólo por siempre.

Suspiró cerrando el libro que leía, los pensamientos se hicieron demasiado ruidosos como para que le dejaran leer en paz.

Mientras todo eso pasaba dentro del local, había un individuo que estaba recargado en uno de los establecimientos del frente.