notes

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Había muchas invenciones humanas que siempre agradeció que existieran. Como los autos, los discos de vinilo y el alcohol. Pero, había algo en particular que no sabía si agradecería o no su existencia, y esa era la escritura.

La escritura ha existido desde hace milenios, se crearon vocabularios y distintos lenguajes, era algo revolucionario.
Con la escritura se empezaron a crear manuscritos en piedra al igual que otras alternativas al papel que todavía no había sido creado en concreto, posteriormente papiros, para llegar a la invención de las hojas y luego la imprenta para la creación masiva de libros.
Obviamente esto siempre llamó la atención del ángel que tenía miles de escritos y empezó su colección de libros desde eras muy tempranas.

Por su parte él... no era su hobby número uno el leer, pero la escritura por otro lado... siempre tuvo una especie de 'amor-odio' a eso. A veces agradecía su creación, a veces la aborrecía y a veces simplemente se olvidaba de que existía.

No es que él fuera un escritor que creaba libros cada cuanto y los publicaba con un nombre falso; llegó pensar en hacerlo, pero lo que escribía solo eran cosas sin estructura que no podían llegar a hacer un libro. Y menos si llegaba a quemar las pequeñas notas donde escribía.

¿Por ser dramático? No, por seguridad, y una mala costumbre que tomó por los primeros años del papel.
Recordaba estar pensando en cierto ser celestial mientras que con un guijarro de carbón escribía por primera vez, de forma concreta, que espectacular era el tono de cabello del rubio. Todo marchaba bien mientras buscaba que palabras usar para completar su oración, hasta que:

"¡Crowley!" escuchó tras suyo.

"Ehng." las palabras se le atoraron en la garganta soltando sonidos asfixiados, volteó a observarle mientras escondía el trozo de papel. "Aziraphale, hey, ¿qué... haces... por aquí?"

"Bueno, ahora que lo preguntas, ¿puedo acompañarte un momento?"

"Claro, sólo déjame..." apretujó con fuerza la hoja, arrugandola y dándole forma de una bola para lanzarla rápidamente al fuego de la fogata que estaba frente suyo. "listo."

"¿Qué fue eso que lanzaste?" preguntó mientras tomaba asiento un tanto separado del demonio.

"Basura, no importa." mencionó viendo como el trozo de papel en donde contenía una letra desastrosa con faltas de ortografía hablando del blanco de sus rizos del que se supone es su rival, se desvanecía en las cenizas.

Una cosa por la cual las quemaba, como se había dicho ya, era por su mala costumbre a repetir las cosas.

Millones de años, millones de cosas que ha visto, millones de personas a las que ha conocido, millones de situaciones que había experimentado, y siempre escribía de como el cabello de Aziraphale brillaba a la luz del sol y como su silueta resplandecía a la luz de la luna.

Porque, sí, sobre lo único que escribía era Aziraphale, ya que era lo único de lo que valía la pena escribir.

Esa era la parte buena.
La mala era cuando escribía algo con frustración acerca de él.

No que le dijera maldiciones o algo así, sólo que era si mismo enojado por tantos sentimientos acumulados, que no le dejaban dormir en paz, con los que soñaba cuando al fin podía cerrar los ojos y descansaba en los brazos del morfeo.

Era una mierda como despertaba al medio de la noche a escribir pequeña nota tras pequeña nota sobre el rubio.

Se sentía el ser más tonto en el universo por hacer tales cosas, por repetir lo mismo una y otra vez y quemarlo de la misma manera. Pero a veces se alentaba a seguir gracias a una voz en su cabeza que le decía que era una práctica de qué podría decirle al ángel cuando por fin le expresara sus sentimientos, porque sus habilidades para escribir habían mejorado y eso quería decir que cuando le dijera, sería la cosa más preciosa que los oídos contrarios escucharían.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢWhere stories live. Discover now