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Human AU

Su madre siempre le había dicho que el momento más feliz que una persona puede tener es el día del nacimiento de sus hijos y el día de su boda. Pero él no pensaba en tener algún tipo de hijo que no fuera algún gato, así que todavía estaba en pie tener una linda boda con el hombre de sus sueños.

Tenía la primera parte, aunque la segunda era muy dudosa.

No es que Gabriel no fuera atractivo, estaría mintiendo horriblemente porque cualquier persona que tenga la habilidad de ver, puede estar seguro de que estaría mintiendo, el idiota era atractivo y vestía asombroso, pero eso no contrarrestaba lo demás.

Siempre nos dicen que una persona, cuando te causará problemas, lo sabes desde el primer momento. Y él había sido lo suficientemente tonto como para negarlo.
Existían los constantes peros que lo frenaban a cortar relación con él -que eran siempre los mismos de siempre.-

¿Y qué podía tener ese ser que parecía ser el hombre más perfecto que la tierra tenía? Pues empezando que desde un principio había negado algún tipo de relación romántica con él. Todavía recordaba que hace aproximadamente un año descubrió una buena cantidad de invitaciones extra a comidas que la compañía en donde el pelinegro trabajaba. Claro que él sabía de las comidas, a las cuales claro que no, por nada del mundo, iría como su acompañante. Siempre se excusaba con que solo había recibido una invitación y que eran demasiado estrictos con el número de invitados. Algo que era en parte cierto pero no en su totalidad, sin mucha excusa fácilmente hubiera usado ese boleto extra que Gabriel le escondió en cada ocasión.
Aunque también existía el otro escenario en donde el pelinegro decía: '¿E ir contigo? ¿Ya viste cuanto haz ganado de peso últimamente? Mejor hay que ahorrarnos burlas, ¿no lo crees?'

Y él se resguardaba en que sabía que no lo decía enserio, que los constantes reclamos que hacía sobre su cuerpo eran por su bien y que quería que estuviera sano.
Por esto se había sometido a dietas estrictas en donde no comía más allá de una ensalada y un vaso de agua.
Tenía la esperanza de que así Gabriel no sintiera pena cuando lo presentara con sus colegas del trabajo, que lo presentara como su pareja con la cual llevaba más de cinco años juntos y con el que estaba a punto de casarse.

Y por supuesto que eso no pasó.

Su relación nunca había sido pública, siempre tenían que verse a escondidas de todos. Tuvo prohibido decirle a alguno de sus amigos por más de dos años, hasta que un día le permitió decirle solo a un par y a sus familiares. Pero eso no siginificaba que también podían empezar a actuar como una pareja cada que salían, por más que el rubio se había esforzado en moldearse como su pareja deseaba. Nunca fue suficiente, y siempre pensó en dejarlo.

Pero las excusas surgían automáticamente en su memoria cada que pensaba en eso:

'¿Pero quién se fijaría en mí? Nadie realmente ha querido algo conmigo, no me quiero quedar solo por siempre. Tal vez cuando nos casemos todo cambie, tal vez ahora pueda ir a esas comidas o tomarlo de la mano en la calle o simplemente actuar como una pareja en frente de las personas.'

Eso era lo que mantenía todo a flote, a pesar de que tenía un mal presentimiento cada que los días avanzaban y la fecha se acercaba.

Sim embargo, a esas alturas seguía buscando una señal que le dijera que todo eso era una pésima idea.

"¿Y dónde se supone que está?" murmuró Crowley, su mejor amigo, en su oído viendo como es que el personal acomodaba todo lo necesario para la recepción.

"Ah, en una reunión muy importante."

"¿Otra vez?" dijo tajante, escupiendo levemente. "Es como la quinta reunión importante de la semana."

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢOnde histórias criam vida. Descubra agora