walk

1.2K 98 76
                                    

Human AU

Siempre había pensando que unos de sus logros más grandes en la vida sería saberse el hospital de memoria sin siquiera haberlo recorrido a pie.
Pero después de cierto tiempo había conseguido algo que verdaderamente era su logro más grande en la vida: haber tenido la oportunidad de conocer un ángel en la tierra.

Realmente no estaba consciente de cuánto tiempo había estado en esa cama de hospital esperando que sus pulmones no se jodieran por algo.

Era gracioso cómo el mundo hizo todo lo pensable para que él desarrollara EPOC.

Él nunca sintió tentación por fumar alguna vez en su vida, muy diferente a su padre que fumaba como chimenea frente suyo sin importarle que. Esa era uno de los primeros motivos.
El segundo era que su madre nunca había ventilado bien su hogar a la hora de hacer comida, todo se encapsulaba y claramente llegaba a asfixiarlo.
Lo tercero fue el trabajo de su padre el cual nunca supo de que trataba concretamente, lo único que sabía es que siempre llegaba apestado a azufre y a otros químicos de procedencia dudosa que marchitaban sus frágiles pulmones.
Lo que nos lleva a la cuarta razón: sus preciosos e inútiles pulmones no producían suficiente proteína alfa-1 antitripsina.

En pocas palabras: Anthony estaba postrado en una cama de hospital desde Dios sabrá cuánto tiempo por la preciosa negligencia de sus progenitores y sus tontos pulmones que no lo ayudaban.

Encantador.

Afortunadamente el chico había sido un tanto listo para reportar legalmente esa negligencia a las personas indicadas, logrando que sus padres gastaran todo su dinero en las necesidades de su buena recuperación, así que el dinero de los tratamientos no eran problema suyo.

Cuando alcanzó la mayoría de edad sus padres vinieron a verlo por primera y única vez para darle la hermosa noticia de que si se libraba del EPOC, él no tendría donde quedarse, posteriormente dejaron sus pertenencias en su habitación y se fueron.
A él realmente no le importaba eso, era lo que menos le preocupaba, pero que a él no le importara no significaba que al cuerpo médico tampoco.

En poco tiempo, Anthony había creado lazos con cada persona que venía a ver su condición -bueno, no todos, odiaba a los estudiantes-; era prácticamente imposible no encariñarse con él. Siempre te recibía con una sonrisa traviesa, un mal chiste y los buenos '¿Cómo estás?', se había hecho imposible no formar parte de la rutina de cada empleado, también cuando les hablaba de algún tema aleatorio.
Así que, en agradecimiento por tan gran corazón que tenía, cada persona que trabajaba ahí había donado un poco para poder conseguirle un pequeño departamento cerca de allí al cual se mudaría cuando se recuperara lo mejor que pudiera.

Y fue así, unos meses después de haber sido echado de su 'hogar', su condición parecía haber mejorado significativamente. Por lo cual pudo mudarse a su pequeño piso y al que sí consideraría un hogar que no fuera sólo el hospital.

Pero no todo era color de rosa, por supuesto. Lo fue por unos cuantos años, pero no para toda una vida.

Una fría mañana de invierno Crowley poco a poco volvió a sentir que el aire se le escapaba, su cuerpo se volvía frágil y con lo poco que pudo tomar de aire, pidió ayuda. Siendo milagrosamente resucitado, pero con la mala noticia de que tendría que regresar a estar internado.

Lo volvieron a instalar en su vieja habitación y fue sometido a cirugía para extirparle las partes dañadas de sus pulmones.

Todo salió bien, pero eso no garantizaba que estuviera en su totalidad a salvo de volver a perder el aire.
Muchos tenían miedo de que el pelirrojo volviera a tener un episodio como ese de nueva cuenta y que esta vez nadie lo pudiera ayudar, provocando que llegaran a un acuerdo de no dejarlo volver a salir y hacer el hospital como una casa oficial para él.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢWhere stories live. Discover now