𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢ

traitors (i feel love)

Pedido por Fleurelina, ¡Gracias por el apoyo! 💛💛

Ineffable Bureaucracy

Bajó presurosamente las escaleras con el miedo a flor de piel, tenía la piel de gallina y el terror se reflejaba perfectamente en su rostro. Resbaló en un punto ya que no estaba viendo al camino, cosa de la cuál se percató cuando ruidosamente tropezó con alguien.

"¡Se más precavido, hijo de puta!" escuchó y se alejó casi a zancadas al reconocer la voz.

Quien estaba frente suyo se estaba arreglando las desgastadas ropas que tenía con algo de furia pero con manos temblorosas.

"Lord Beelzebub, n-no es un gusto volvernos a encontrar." arregló su saco ansiosamente.

"Lo mismo digo, Gabriel." volteó a verle y trató de relajarse un poco. "Odio preguntar pero, ¿qué tal salió tu ejecución?"

"Oh, que te puedo decir, fue." trató de sonreír pero tenía muchas cosas en la mente como para lidiar con una pesada mentira. "Un fracaso ¡No lo puedo entender!"

Beelzebub se sorprendió por la similitud de sus casos, más cuando pudo observar con sus propios ojos como el arcángel tenía un escalofrío. "¿Qué sucedió exactamente?" se sorprendió a si misme por la serenidad con la que preguntó, más fue su sorpresa cuando el pelinegro accedió sin chistar a decirle, tal vez era el momento de debilidad por lo que había pasado, o porque en sus pocos encuentros desarrollaron una fuerte confianza por el otro.

Se sentaron en el piso al lado de las escaleras que daban con cielo e infierno, con el peligro de que algunos de los seres que iban por esos rumbos les vieran. Cosa que en ese momento era irrelevante tanto para el príncipe como para el arcángel.

"Todo iba como estaba perfectamente planeado, Uriel y Sandalphon fueron por Aziraphale y lo arrastrar al cielo, uno de los tuyos fue para aportarnos fuego, Aziraphale iba hacia el fuego ¡Y se supone que moriría en ese momento! ¡Porque es un ángel por amor a Dios! O al menos eso creo..."

"Gracioso que algo así me sucediera."

"¿Tampoco pudieron con el demonio Crowley?" negó haciendo una mueca.

"El bastardo sigue vivo. El agua bendita no le hizo nada, solo se burló de nosotros pidiéndonos un patito de hule."

"Ugh, que desagradable, aunque bueno, es un demonio, está en su naturaleza." rió entre dientes para recibir una mirada fría del señor de las moscas.

"Ustedes no son mejores, cabeza de pájaro. Así que ni siquiera hables."

Se quedaron en un silencio que era ni incómodo ni agradable, era simplemente, neutral.

"¿Crees que su inmunidad se deba a que convivieron por mucho tiempo?" soltó Gabriel después de un rato.

"¿Insinuas que no murieron solo porque son unos acaramelados tórtolos?" rió sin gracia. "No sabía que eras un cursi, Gabriel."

"¡No hablo de eso! Ni siquiera sabemos si en realidad son pareja."

"Si viste los mismos archivos que yo, ¿verdad? Es muy obvio."

"¡Pero está mal! Aunque tú no eres nadie para juzgar que es lo correcto."

"No vuelvas con esa mierda, arcángel de cuarta. Sé que no se ve bien, todos en el infierno sabemos que no está bien, o mal, si es lo que tratas de decir, es algo que pasó nada más."

"¿"Algo que pasó nada más'?"

"Tú eres el ser hecho de amor, tu deberías de saber."

"Ahora dices que es amor lo que sienten uno por el otro."

"Por satán, Gabriel." se levantó de forma precipitada y jaló de la mano al de ojos púrpuras. "Demos un puto paseo." fue arrastrado hacia la salida del edificio por la pequeña figura que tenía una fuerza bestial, se limitó a mirar su nuca y sentir un revoltijo en su estómago ¿Qué era?, no tenía idea. "Se supone que los ángeles perciben el amor, ¿no?, o eso fue lo que escuché una vez."

"Sí, eso hacemos." no recordaba bien cuando fue la última vez que percibió amor en algún ser. Solo recordaba que fue hace muchos siglos atrás, cuando María dió a luz al que proclamaban el hijo de Dios. Los ángeles podían percibir cualquier tipo de amor, y ese era un gran amor maternal.

Trataba de recordar cómo se sentía mientras seguía siendo arrastrado, hasta que el sentimiento que tanto buscaba recordar le pegó como si fuera una enormes ráfaga.
Vió frente suyo y observó que estaban en un parque de la ciudad, donde a la distancia, un ángel y un demonio caminaban con una gran sonrisa en sus rostros. Supo de inmediato que la ráfaga venía de esos dos traidores que hace poco habían causado pavor en él y en el Lord. Ese amor era uno romántico, intoxicante y hasta anormal. Lo irradiaban los dos, uno al otro, por la gran felicidad de estar ahí, uno junto al otro yendo a quien sabe dónde.

"¿Ves de lo que hablo?" la voz de Beelzebub le interrumpió y solo pudo verle sin decir palabra.

"Se aman." tenía duda tras duda la cuál no podía formular por la embriagante sensación. "¿Pero cómo?"

"No tengo la menor idea. Pero son unos traidores muy felices."

"Están llenos de dicha, a pesar de lo que hicieron."

"Porque a ellos no les importamos, Gabriel, a lo que a ellos les importa es el otro, su bienestar, y sabiendo que no les pasó nada, los llena de esa dicha de la que hablas."

"N-nunca pensé que un demonio supiera sobre esas cosas." el más bajo resopló.

"Cállate, ¿Quieres? Solo quería mostrarte eso, ahora me voy."

"¡Espera!" gritó antes de que el príncipe se fuera. ¿Qué estaba haciendo?, no tenía idea, pero estaba siguiendo un instinto que no sabía que tenía. "¿Ya te irás?"

"Duh."

"¿Tienes que regresar ya?"

"No realmente pero-"

"¡Salgamos!"

"¿Qué?"

"Salgamos, dije." se enderezó y vió a su contrario. "Solo para, despejar la mente, ¿sí? He oído que eso hacen los humanos."

"¿Y desde cuándo sigues creencias y costumbres humanas?"

"Lo hago cuando tengo que mezclarme si me permites aclarar."

"Uhum... ¿no te parezco desagradable y malo?"

Recordó sus pláticas anteriores com eso, pero no dijo nada al respecto solo un:

"¿Aceptas o no?"

Suspiró algo exhausto. "¿A dónde iremos?"

Su corazón humano saltó de felicidad lo cual le sorprendió sin saber que eso podía hacer. Menos sabía que era porque estaba feliz de que el demonio aceptara su invitación a pasar más tiempo a su lado.

Los ángeles pueden sentir el amor de otros seres, claro que sí, a excepción del propio, así que, Gabriel no sabía algo que Aziraphale percibió.

"Siento amor." dijo el rubio dejando de caminar al lado de Crowley.

"Oh no, no eso otra vez, ¿enserio?"

"Sí." le sonrió al demonio. "Es un amor apenas floreciendo. Oh Crowley, es maravilloso."