freckles

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"¡Hey Beelz!, ¿me extrañaste?" musitó alegremente mientras observaba como el nombrado hacia una mueca de disgusto acomodándose en su trono.

"Demonio Crowley, no es para nada un gusto verte por acá, pero no hay de otra, no puedo deshacerme de ti, aunque lo intente." gira los ojos para ver que en todo el rato, el pelirrojo no había borrado su gran sonrisa. "¿Qué mosca te picó? ¿Acaso lamiste la pared mientras no te veía?"

"Nah, que va. ¿Qué acaso no puedo sonreír?"

"Me irrita."

"Mejor aún." el príncipe lo vió con detenimiento, notaba algo extraño en él -aparte de la fastidiosa sonrisa-, eran manchas que tenía en las mejillas.

¿Granos?, nah. ¿Espinillas? ¿Manchas por el sol que había en la tierra?, pero el bastardo vivía en Inglaterra y casi nunca hace sol... entonces... ¿cómo se llamaban esas mierdas?

Oh, pecas.

¿Pero de dónde habían aparecido? Que recordaba, el idiota no las tenía.
Bueno, puede ser que hizo un milagro demoníaco o algo por el estilo, pensó.
Sí, eso debía ser.

El tiempo pasó y Crowley pudo regresar a su departamento con tranquilidad.

Bueno, si no era antes atacado por...

"¡Querido! ¡Regresaste!" apenas pudo atravesar la puerta antes de que su cuello fuera envuelto por los cálidos brazos del más bajo y con sus labios atacara sus mejillas con felicidad.

"Hey, ángel, parece que me extrañaste." expresó alegre mientras envolvía la cintura del rubio por sus manos.

"No te he visto en todo el día Crowley, por supuesto que te extrañé." el pelirrojo besó sus labios y tomó su mano para llevarlo a la cocina.

"¿Qué tal si hago la cena y tú lo mientras me ayudas a besar mis mejillas...?" carraspeó tratando de seguir. "Me gusta cuando haces eso." Aziraphale sonrió viéndolo, no escuchaba mucho a Crowley decir ese tipo de cosas.

Con gusto siguió besando sus mejillas sin parar mientras su contrario cocinaba.

Ahora algo curioso.

¿Sabían que las pecas también tienen otro nombre? Besos de ángel, adorable, ¿no lo creen?
Bueno, a estos no se les llama así por nada.

Había humanos a los que les aparecía así de la nada o porque en algún momento de sus vidas se cruzaron con un ángel quien les dió un cariñoso beso en la mejilla. Así como los que Aziraphale le regalaba a Crowley millares de veces.

El demonio nunca se había percatado de eso, él simplemente disfrutaba el tacto de los suaves labios de su novio mientras que Aziraphale estaba más que consciente de que cada peca que poseían las mejillas del más alto era obra suya.

"A Beelzebub le jodía que estuviera sonriendo todo el día, juro que más de una vez me quiso tumbar los dientes." estaban sentados en la mesa cenando lo que Crowley había hecho.

"Ow, pero si tu sonrisa es preciosa." el pelirrojo balbuceó mientras sus mejillas enrojecian, habló de otra cosa para no agrandar el tema.

Pasó la noche después de un par de copas de vino, el pelirrojo vió su reflejo en la botella y por fin pudo divisar las pecas.

"¿Á-ángel?"

"¿Sí, querido? ¿Pasa algo?" este asintió.

"¿Desde cuándo tengo pecas?" Aziraphale lo vió y sus mejillas se tornaron rojas.

"Amh, ¿no lo sé?"

"¿Es pregunta o afirmación?" entrecerró los ojos viendo como es que jugaba con su copa.

"¿Afirmación?"

"Ángel."

"¿H-hm?"

"¿Ya sabías de las pecas?"

"Puede ser..."

"Eres muy malo mintiendo, ya dime desde cuándo." el rubio suspiró rendido.

"Desde que somos pareja..."

"¿Y eso es hace...?"

"Hace casi un año, Crowley." obvió rodando los ojos y este lo vió sorprendido.

"Wow, eso es genial-, espera un segundo... ¿y por qué no me dijiste de las pecas?"

"E-es que..." el demonio lo vió expectante.

"¿Bien...?" el ángel se mordió los labios con nervios.

"Tenía miedo de que te pudieras enojar conmigo por dejarte pecas..." tomó con lentitud el resto del vino de su copa mientras su pareja lo veía incrédulo y un tanto burlesco.

"¿Enserio?"

"Lo siento..."

"Aziraphale, no me enojaría por algo así, si lo hubiera sabido antes, con gusto te dejaba, no es por presumir, pero se me ven lindas." el rubio ríe suavemente haciendo al pelirrojo sonreír.

"En tus mejillas se ven preciosas, pero... ¿Qué tal si descubrimos si en otro lugar puedo dejarte pecas?" vuelve a rodear sus brazos en el cuello del más alto enredado sus dedos en su cabello.

El demonio lo vió un poco aturdido ante la propuesta nada inocente de su ángel, pero prontamente cambió de cara y atacó los labios rozados de Aziraphale.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢOnde histórias criam vida. Descubra agora