fat bottomed angel |nsfw|

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Oh, los 80', como adoraba esta época. Ir conduciendo por las calles del Soho a toda velocidad mientras el Bentley reproducía de forma frenética los tracks de la banda del momento -y la favorita del auto- Queen.
Era tan entretenido escuchar cada letra, eran tan pegadizas y movidas las melodías de cada canción que simplemente estaba hipnotizado.
se dirigía a la librería de su ángel a pasar el rato, todo pintaba bien. Hasta que cierta canción empezó a reproducir, como si fuera una señal.

'Oh you gonna take me home tonight
Oh down beside that red fire light
Oh you gonna let it all hang out
Fat-bottomed girls you make the rocking world go round'

¡Adoraba esa canción! El ritmo, la armonía y... ¿la lírica? Puede ser... era... pícara y traviesa, desde el primer momento lo supo y más de una ocasión la había escuchado, pero, por alguna razón esta vez se sintió diferente escucharla.
Puede ser por el hecho de que no tenía tanto frenesí en si mismo en las anteriores ocasiones o que sonaba más alto que otras veces o puede ser que se le hizo imposible recordar cómo una vez el rubio, en un intento de recoger algo que estaba bajo un estante con libros se había agachado a tal punto que su trasero había quedado en un ángulo perfecto en dónde él pelirrojo podía verlo y wow... sí que le había gustado ver eso.

Se mordió el labio inferior sintiendo como su cuerpo sentía una calidez no muy dulce, sus mejillas se colorearon un poco y sintió un cosquilleo en la parte baja de su cintura. Sí, ahí.

Llegó y salió despavorido del Bentley entrando a la librería dando un portazo asustando a su contrario.

"¡Crowley! ¿Qué te sucede?"

"Oh, e-emh, n-nada, n-nada ángel, sólo... abrí muy fuerte la puerta, sí, eso. Perdón Aziraphale." sentía como si su interior se estuviera incendiando lenta y tortuosamente. Era peor sabiendo que su condición no se hacía mejor al tener frente suyo al culpable de su enfermo delirio, a quien tenía unas palpables ganas de besar con desespero mientras le arrancaba la ropa sin descuido.

"¿Te encuentras bien, Crowley?" escuchó la voz de su acompañante romper su fantasía pecaminosa. Solo se limitó a asentir dejando que sus pies lo llevaran a la ya muy conocida trastienda del celestial el cual lo siguió con duda.

"Ya que supuse que vendrías aquí, me permití ir a buscar una de las reservas de vino de las cuales sé que son tus favoritas." le dijo después de que vió a su contrario sentarse en su asiento de siempre.

"Uh, eso es muy tierno de tu parte, ángel." vió como este servía en una copa una considerable cantidad de vino para posteriormente dársela.

"Ya sabes que cuando vienes aquí me gusta complacerte lo más que pueda." y su mente viajó más allá de lo que esas simples palabras podrían significar, logrando que el cosquilleo regresara e incrementara por ver al rubio relamerse los labios para quitar el resto del vino que había quedado después de beber; y para rematar se había quitado su larga gabardina y su vista se coló a esa parte que había empezado su pequeño inconveniente en primer lugar.

"¿N-no importa que cosa tengas que hacer...?" mencionó titubeante.

"Si eso te hace feliz, seguro." rió un poco pensando que el demonio le pediría algo imposible que hiciera solo para molestarle, pero lo que realmente pasó no se lo esperaba.

El pelirrojo tenía su cintura aprisionada con ambas manos por mientras besaba rápidamente sus labios. Se sintió adormecido por eso, más no lo alejó, en lugar de eso lo atrajo a él posicionando sus brazos en el cuello del más alto.
Cerraron los ojos dejándose llevar por el momento hasta que Aziraphale sintió su cuerpo caer con delicadeza en el sofá y sentir las largas manos de Crowley acariciar con un poco de descaro su trasero, acto que en absoluto le desagradó. De hecho, dejó que siguiera mientras a tientas le quitaba el saco al más alto.
El pelirrojo no se quedó atrás, de hecho este ya había terminado de quitarle la ropa de la parte de abajo al ritmo que marcaba con los besos que dejaba en el pálido cuello.

"Essspera un momento." siseó involuntariamente aturdiendo al ser celestial que lo veía respirando con dificultad. "No podemos hacerlo aquí... por másss que muera por hacerte mío aquí misssmo." sonrió de lado acariciando la cintura descubierta del más bajo. "No puedo permitir que nuestra primera vez sea aquí." y antes de que pudiera replicar el chasquido de dedos de Crowley se escuchó y ya no estaban en su despacho, estaban en la extensa habitación del pelirrojo.

Los besos no se hicieron esperar, como si hace no mucho sus labios hubieran estado juntos provocando que la ropa no durara mucho.
El más alto no paraba sus escurridizas manos de todo el cuerpo del rubio quien lo recibía gustoso enredando sus dedos cuidadosamente en el cabello del otro, el cual ya era un desastre al igual que su propia integridad que no daba más del cosquilleo que hacía cada vez más grande. Soltó un jadeo ahogado mientras repartía mordidas cuidadosas en la suave piel de su amante, su excitación aumento al ver como los rojos labios de Aziraphale le jadeaba en respuesta.

Casi con urgencia acarició la zona donde sabía que estaba su entrada, con sus largos dedos entró de a poco en él llevándose la grata sorpresa de que esta ya estaba un tanto dilatada por los propios fluidos del ser celestial.

Rió entre dientes viendo al más bajo. "Oh, ángel eresss todo un traviessso." este solo enrojeció en respuesta sintiendo como los dedos de su contrario seguían en su interior dilatandolo más.

Cuando al fin sintió que ya estaba lo suficientemente listo el interior del rubio posicionó bien su miembro entrando lento para no lastimarlo lo cual el otro se dió cuenta y no escondió la gran sonrisa que se le escapó entre sonoros jadeos y gemidos ahogados.

No pasó mucho para que la cordura de ambos se fuera al carajo en ese mismo instante. Cuando el pelirrojo entró por completo en el rubio.

La sensación les ganó desenfrenadamente. Crowley abrió las piernas de Aziraphale al lado de su cintura y mientras las embestidas iban rápido, el ángel no había experimentado algo así en los casi seis mil años de su existencia y cada año que pudo esperar para un contacto así con el demonio valió cada momento, los humanos lo describían que es como 'tocar el cielo' o 'tener el cielo en la tierra' pero el de antemano sabía que el estar en el cielo no se comparaba nada a lo que el demonio lo hacía sentir con su tacto, su sensual anatomía y las embestidas que hacían su ser temblar de placer en su más puro estado logrando que en un acto de exasperación arañada la tonificada espalda de Anthony.

La sensación fue cortada por el mismo Crowley que salió de él.

"¿C-crowley?" dijo apenas ya que en todo el rato lo uno que salia de su boca eran sonidos obscenos. El mencionado no contestó, solo lo volteó tomándolo delicadamente por la cintura dejándolo de espaldas.

Acarició con tortuosa lentitud el trasero de Aziraphale y sonrió ante la textura de este, era tal y como lo imaginaba, bueno, no, ¡era mucho mejor! Podría estar todo el día acariciando esa zona si es que no tuviera una erección que todavía no estaba complacida aunque haya estado tiempo en el estrecho y cálido interior de su amante, quería más por lo cual, con la misma delicadeza que tiempo atrás, entró en ese precioso interior deleitándose aún más con los gemidos que soltó su contrario.
Pudo seguir acariciando su trasero mientras que lentamente -para que el momento durara- lo follaba ahí. Ver como Aziraphale arañaba con desesperación las obscuras sábanas como si nuevamente se tratara de su espalda le dió el impulso de ir más rápido repartiendo besos y mordiscos en la parte posterior de su cuello y espalda.
El momento les duró poco cuando ambos seres lograrlos correrse y con la poca energía que le quedaba al ángel logró ir por su camisa, colocandosela y abrochandola torpemente para tumbarse al lado del pelirrojo quien lo tapó con una sábana limpia que había hecho aparecer, por simple inercia se recostó en el pecho todavía desnudo del demonio y cayó dormido de inmediato.

Sonrió un poco viéndolo y por simple morbo le quitó un poco la manta de la parte de abajo a su acompañante, la camisa no lograba cubrirle toda la extensión de la cintura baja por lo cual daba una hermosura de vista para el más alto.

Le encantaba tener a su ángel de gran trasero, lo tenía más que flechado, no sólo su físico, él era simplemente fascinante.

Posó una mano en el esponjoso cabello del ángel y besó su frente, luego durmió con el calor abrigante de Aziraphale.

𖤐⤸₊˚we are an angel and a demon • ⁱⁿᵉᶠᶠᵃᵇˡᵉ ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗˢWhere stories live. Discover now