CAPÍTULO 22

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Tentación.


Yan Junxun lanzó a un costado la vara de acero y caminó por todo el suelo con los fragmentos de cristal destrozado para abrir la puerta del auto de la otra parte. El parabrisas ya había sido aplastado en pedazos. No había nadie adentro. La alarma de emergencia del sistema a bordo se volvió cada vez más suave hasta que, eventualmente, se convirtió en un "beep–" electrónico.

La otra parte no estaba aquí en lo absoluto.

Yan Junxun extrajo bruscamente la carpeta de clip en el auto. Había un montón de notas impresas en el interior con un "vamos a jugar" escrito en todas ellas. Apretando las notas firmemente, él notó un juguete de peluche con una sonrisa torcida en su cabeza ladeada, el cual estaba sentado en el asiento del pasajero. La otra parte parecía conocer los detonadores de Yan Junxun; incluso colocó unos lentes sobre el peluche y lo vistió como Huo Qingjun en el retrato de su familia. De pronto, el sonido de "beep" del sistema a bordo se estancó y, automáticamente, cambió a una voz.

—Quiero verte con tanta urgencia... oh, te conozco. Te he conocido durante mucho tiempo. —La otra parte se acercó más al dispositivo de grabación y dijo con un tono exagerado—: Eres el hijo de la cazadora.

(N/T/E: debe referirse a Artemisa, quien es la diosa de la caza en la mitología griega.)

Se burló un poco y se alejó del dispositivo de grabación. Yan Junxun lo escuchó caminando a su alrededor. Él estaba portando unos zapatos de cuero, los cuales hacía un sonido cuando caminaba sobre el suelo. Parecía saber que Yan Junxun no omitiría ninguno de los detalles, así que se situó ante el dispositivo y bailó claqué por un momento.

—No te molestes en encontrarme mediante la grabación. No serás capaz de hacerlo —la otra parte rebuscó casualmente en los objetos a su alrededor, como si estuviera en su propia casa—. ¿Por qué debes escuchar las palabras de Fu Chenghui? Yan Junxun, será mejor que pienses cuidadosamente en tu respuesta para mí. También puedes pensar en esto como un juego. En cualquier caso... —tocó la mesa— ... nada de esto te importa. Fu Chenghui piensa que puedes ver la "verdad". Él es demasiado estúpido. Claramente, tú solo eres una falsificación fallida, unidimensional y poco interesante. Engañas a todos con tus pobres habilidades de actuación. Eres un payaso que es puro espectáculo y nada de sustancia.

Contento hasta este punto, no pudo evitar morder la punta de su lengua y se rio. Era un sonido muy extraño.

—Regresa, Yan Junxun. Vuelve a tu guarida sombría y estrecha, y enfurécete como un ser humano. ¿Piensas que eres la diosa de la justicia? Maldita sea —su sonrisa se volvió aún más extraña—. Solamente eres un bebé que todavía no se ha destetado de la leche. A la fecha, aún no entiendo qué diablos estás haciendo al esconderte ahí afuera. Eres una total basura aquí, una que ni siquiera puede ser de ninguna utilidad. Tu perfilado –¿esa mierda siquiera puede llamarse perfilado? Lo siento, maldije —irritado, ralentizó su tono—, no debería utilizar profanidades. Pero no puedo evitarlo cuando pienso en ti. Nunca entenderás mi odio por ti, como una hormiga que no puede entender a un humano pisoteándola. Quiero que entiendas que debes pagar el precio por todo lo que has conseguido. Debes comprender tus propios fracasos. Te haré entender.

Él se sentó, tiró de su camisa y, en el proceso, sus dedos golpearon contra el borde de la mesa.

Estaba portando un anillo.

El sonido que Yan Junxun escuchó en ese breve momento –del anillo golpeando contra el borde de la mesa– provocó un diminuto temblor en la oscuridad ilimitada, como una onda en la superficie del agua.

—Estoy negando tu existencia. ¿Qué lugar tienes aquí? —En este punto, la otra parte parecía un poco perpleja, como si aún no hubiera pensado acerca de un buen seguimiento—. Nadie en este mundo te necesita. Aunque deseo demasiado decirte "vete al infierno, Yan Junxun", no quiero ser tan simple. Sufres crisis nerviosas, ¿cierto? Incluso si haces todo lo posible para imitar a un sistema, tu núcleo interno aún es tan frágil que no puede soportar un simple golpe. Quiero que te desmorones, que te desesperes... "desesperación" es una palabra muy buena. Posee más poder que "muerte" y puede acoger toda la malicia que yo albergo hacia ti. Ya he comenzado. Por cortesía, quise saludar. Casi tuve éxito la última vez. Desafortunadamente, hay un bastardo. Ese bastardo llamado Shi Shanyan. Otra jodida Pantera Negra. Por favor, respóndele en mi nombre: no quiero morir y no lo haré —ya exhausto de reírse, se tornó glacial al mencionar a Shi Shanyan—. Quiero que él muera. Pensaré en un método. Él es bastante engreído–

El dispositivo principal del sistema a bordo, el cual sobresalía desde el costado del asiento del conductor, explotó abruptamente, destrozado con facilidad como un globo lleno de aire. Dios sabía cuánto tiempo Shi Shanyan había estado apoyado contra la puerta del auto escuchando la grabación. Sus ojos ya se habían entrecerrado por el brillo del sol.

—¿Quieres sentarte aquí y charlar con él? ¿Escuchando las descripciones confusas e incoherentes de su propia historia inenarrable más recóndita? —Shi Shanyan arrojó los cables que había tirado junto a sus pies y limpió sus manos con papel de baño. Observó a Yan Junxun y golpeó la puerta del auto maltrecho con la mano que tenía apoyada sobre esta—. Te sientas aquí tan obedientemente con la paciencia y amabilidad, como si yo fuera el que destrozó esta puerta. No lo escuches. No intentes entenderlo.

Shi Shanyan era demasiado alto; bloqueó toda la luz de Yan Junxun. Cuando se inclinó sobre él, el interior del auto pareció extremadamente pequeño y estrecho. Extendió una mano para cepillar el cabello negro que se suspendía por encima de los ojos de Yan Junxun hacia un lado. La expresión en estos ojos era como la de una persona que observaba atentamente a un trabajo artístico. Su mirada acarició a lo largo del lunar de lágrima y la mejilla de Yan Junxun, como un hombre enamorado.

—Puedes aplastar su cabeza —Shi Shanyan dijo con una voz baja y profunda—. ¿Quién puede detenerte? Pequeño genio, no le prestes ninguna atención.

Había una vara de acero bajo el asiento de Yan Junxun e incluso una daga de puño en su bolsillo. A medida que él aplastaba un cigarrillo, inexplicablemente, quiso reírse.

Le era realmente difícil controlarse. No podía dejar de fumar como deseaba hacerlo. Había algo codicioso en su naturaleza que le hacía crearse excusas de manera constante. ¿Qué debía hacer exactamente? Artemisa no se había hecho clara. Nadie se lo había mencionado ninguna vez. No obstante, a menudo se sentía fatigado y somnoliento, y, en caso de no estarlo, contemplaría al espacio y se desconectaría. Además, estaría pensando en hacer algo. Sin importar dónde se encontrara, se sentía incómodo. Parecía no haber ningún lugar en este mundo en el cual pudiera relajarse por completo. Él siempre estaba manteniéndose en vilo en todo momento.

Jodida Pantera Negra. Jodido Fu Chenghui.

Ellos habían dejado salir a un elemento peligroso para tentarlo. Shi Shanyan se mantenía diciéndole "haz un poco de algo" en cada segundo. ¿Un poco de algo como qué? ¿Suplicar por atención como ese lunático en la grabación? Yan Junxun no era esa clase de persona. Él escribía en la pizarra, mecánica y resolutamente.

No era esa clase de persona. No era la clase de persona que pensaban que era.

—No lo morderé, ni lo tocaré. —Yan Junxun se dio la vuelta para acercarse más a Shi Shanyan. No evitó su mirada estremecedora. Levantó sus manos para sujetar el cuello de Shi Shanyan y dijo, como si estuviera haciendo un juramento—: Deja de tentarme. Yo sé lo que debo hacer.

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Notas de Ada:

Ufas, yo pensé que otro tipo de tentación. (?)

Caza de Tiempo Limitado [XSSL]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant