sempiterno ❜ ❪ ron anderson, carl grimes ❫ ✓

𔘓 05. The time.

𓂃 愛 SEMPITERNO. . .
chapter five : the time !!!

SOLÍA REPETIRME QUE EL TIEMPO lo cura todo, pero apesar de que los años pasaban aún tenía ataques de pánico cuando recordaba las sucias manos de mi tío en mi. Y eso me llevaba a esto, a salirme en la madrugada por la ventana de mi habitación, para luego entrar a escondidas por la ventana de Ron, el me comprendía, me abrazaba hasta que volvía a dormirme y me susurraba que todo estaría bien, que el ya no estaba para dañarme.

- Está bien Fey.- Murmuró mientras me metía en su cama, el cuerpo me temblaba y sentía mi respiración agitada, sus brazos me estrecharon con rapidez y cuidado cuando me acomodé.- Estás bien, estoy contigo, él no volverá a hacerte nada.- Susurró contra mi cabeza, mi rostro estaba escondido en su cuello mientras sentía como los sollozos escapaban débilmente de mis labios.

- Fui tan estúpida por no decirle a mis padres.- Gemí con pena, el dolor inundaba mi pecho al recordar las amenazas que recibí cuando pequeña, al recordar el como mi inocencia fue arrebatada tan rápido.- Ninguna niña de ocho años merece saber lo que yo sabía a esa edad.- Susurré lo suficientemente bajo para que Ron no me escuchara.

- No fuiste estúpida, eras una niña, tenías miedo, y no fue tu culpa, no fue tu culpa que el fuera un pedófilo y violador.- Dijo besando mi cabeza, sentía sus brazos temblar, sabía que a él le dolía verme así.

Pero Ron lograba darme calma, el solía lograr que todo el mundo se fuera al carajo, y solo fuéramos él y yo.

Ron Anderson era la paz que necesitaba en este mundo de mierda.

CAMINABA DE MAL HUMOR POR las calles de Alexandria, Ron me había obligado a ir a la fiesta de bienvenida de los nuevos, y no me interesaba en lo más mínimo estar con ese grupo. Me había arreglado un poco, pero solo porque me gustaba, no me interesaba dar una buena impresión. La gran casa donde solían hacer las bienvenidas estaba frente a mi, bufé para mí misma pensando si el enojo de Ron sería soportable o mejor entraba a la fiesta.

Finalmente cedí y abrí la puerta frente a mi, ya había una gran cantidad de gente dentro de esa casa así que no se dieron cuenta de mi presencia. Una vez dentro busqué con mi mirada a mis amigos o a Aaron y Eric, pero al único que ví fue a Carl junto a su grupo. Decidí ir a la mesa de comida, saqué un poco de soda y observé la puerta esperando a que llegara alguien que me agradara, pero antes de que eso sucediera el insoportable de Carl se acercó a mi.

- Hola Fey.- Me saludó, no me sonreía pero al parecer estaba siendo amable.

- Hola Carl.- Dije seca, mi mirada viajaba por el salón intentando encontrar algo para irme.- ¿Cuál es tu apellido?

- Grimes.- Dijo, notando que yo había sacado tema de conversación, me di una bofetada mental por eso.

- Okay Grimes ¿El líder de tu grupo es tu padre?- Pregunté mirando disimuladamente al que creo se llamaba Ricardo, el ojiazul asintió.- ¿Cómo se llaman?- Pregunté curiosa.

- El de ojos chinos es Glenn, la mujer a su lado Maggie, la morena es Sasha, la de su izquierda es Tara.- Dijo viendo al primer grupo, después miró a otro.- El que parece no haberse bañado nunca es Daryl, mi papá Rick.- Pues al parecer no se llamaba Ricardo.- La de pelo corto es Carol, la morena es Michonne, la bebé es mi hermana Judith.- Luego siguió nombrando pero por alguna razón terminé por perderme en lo atractivo que él era, tenía ojos preciosos, de un azul tan fuerte que parecía el mismísimo cielo, de pronto dejó de hablar para mirarme curioso.

- Hola bonita.- Unos brazos rodearon mi cintura evitando una incómoda situación, reconocí el olor a chocolate y café de Ron y sonreí.

- Hola.- Le dije, volteando a verlo, se veía bastante bien, y eso era decir mucho, el peliclaro era sumamente atractivo.- Te ves bien.- Alagué y me sonrió de manera tierna, pronto un color carmesí apareció en sus mejillas.- ¡Hola bestie!- Dije viendo a Enid y ella me saludó con la mano, Carl observaba las manos de Anderson en mi cintura con recelo, y yo elevé una ceja.

- Oh no...- Susurró Mikey mirando hacía mi derecha.

- ¿Qué pasa?- Pregunté, pero Ron agarró mi cabeza antes de que mirara.- ¿Qué pasa?

- Promete que no enloqueceras.- Dijo Anderson y observé sus verdosos ojos casi hipnotizada, asentí embobada. Y cuando soltó mi rostro logré ver hacia mi derecha.

Alguien estaba comiendo malditos Cheetos y no era yo.