𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 ❛estábamos jodidos, pero no importaba porque te tenía conmigo.❜
Feyla Brigton había vivido en carne propia los peores sucesos a su corta edad, al ver la oportunidad de tener una vida a salvo de los caminantes la tomará sin pensa...
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SANGRE, EL LUGAR estaba lleno de sangre, aquel líquido espeso escurría por todo el suelo, y Feyla estaba en el medio, sus guantes estaban repletos de la sangre de los caminantes.
De su familia.
Levantó la mirada, sus mejillas estaban llenas de lágrimas, frente a ella habían varios cuerpos, muchísimos.
Su madre, su padre, Eric, Carl, Sam y Jessie.
Tuvo que asesinarlos, uno por uno, viendo sus rostros, tuvo que rematarlos viéndolos fijamente a los ojos, y apesar de que ya no tenían vida, casi pudo ver un destello de quienes fueron en sus iris amarillentos.
Y otro ruido captó su atención.
Levantó la mirada aún arrodillada en el suelo, alguien daba pasos arrastrados frente a ella, una vez se acercó lo suficiente pudo notar aquel cabello rubio oscuro, esos ojos verdosos ahora casi blancos, el rostro atractivo y las mejillas pálidas. Sollozó con fuerza viendo a su novio avanzar con lentitud, el caminante se detuvo frente a ella, agarró su rostro entre sus manos como si aún tuviera vida.
- No lo haré, no a ti.- Susurró temblorosa, y en ese instante la imagen cambió.
Y ahora estaba el caminante de Ron devorando un cuerpo diminuto, un niño de ojos oscuros y cabello castaño gritaba dolorosamente.
Y despertó. El sudor caía con lentitud por su espalda dándole escalofríos, se abrazó a si misma sintiéndose mareada por aquella pesadilla que la había estado rondando las últimas noches, estaba sentada en la cama, definitivamente se levantó de forma muy brusca, porque al instante Ron a su lado se removió y la atrajo hacia él, sabiendo de lo que pasaba en las noches, de las pesadillas que tenía Feyla.
- ¿Es la misma de siempre?- Preguntó el peliclaro con suavidad, arropando entre sus brazos a Feyla con cariño y suavidad, casi como si fuera un frágil cristal. Fey asintió aún temblando, dejándose llevar por las caricias que su novio estaba dando, nada más concentrándose en él, dejando que el olor embriagante de Ron se deslizara por sus fosas nasales, sintiéndolo, temiendo de que aquella pesadilla se volviera real.- No es real, estoy aquí, Theo también.
- Pero todos los demás ya no están.- Murmuró con sus ojos clavados en la pared, sintiendo como Ron la abrazaba por sus espaldas.
