𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 ❛estábamos jodidos, pero no importaba porque te tenía conmigo.❜
Feyla Brigton había vivido en carne propia los peores sucesos a su corta edad, al ver la oportunidad de tener una vida a salvo de los caminantes la tomará sin pensa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
╭┈˖⋆ ❁ only pain┊ ˖⋆࿐໋₊ ☆
EL CORAZÓN DE Feyla bombeaba con rapidez, casi podía sentirlo estrujarse de forma dolorosa cada vez más en su pecho, sus piernas temblaban y en más de una ocasión tropezó, pero nada de eso le importaba, seguía corriendo con todas sus fuerzas en dirección a donde creía que podía estar su amigo, las lágrimas corrían con libertad por sus mejillas dejando un rastro de tierra en la palidez que envolvía su piel, y los sollozos eran callados por su respiración agitada. Vió a Michonne y Rick a lo lejos, pero no veía a su mejor amigo, soltó un jadeo, creyendo que había llegado tarde.
- ¡Feyla, corre, está adentro!- Gritó Michonne al verla correr, eso impulsó aún más las piernas de la rubia a moverse con rapidez, su corazón parecía querer salirse de su pecho y sentía que se asfixiaba, pero nada le importaba, solo el hecho de que debía despedirse de su mejor amigo. Subió una escalera de la casa, pero antes de poder entrar, un disparo acallado por un silenciador resonó como afilados cuchillos en sus oídos, se paralizó, su cuerpo completo quedó estático mientras sentía las voces lejanas de Rick llamarla, sintió unos brazos envolverla y en ese exacto momento reaccionó.
Gritó, un grito que heló la sangre en sus venas y que hizo que cada uno de sus cabellos se erizara, gritó sabiendo que Carl Grimes había muerto y ella no pudo despedirse, gritó de tal manera que su voz rompió totalmente su garganta desgarrada mientras que Michonne intentaba atraerla hacia sí misma, pero Fey luchaba por ir en busca del cuerpo de su mejor amigo, en busca del cuerpo de su alma gemela.
── ¡Carl! ¡NO! ¡CARL! ¡Mierda, mierda!- Gritaba dolorosamente, sintiendo sus huesos crujir bajo sus oídos debido a los movimientos bruscos que daba, sus ojos ardían ante el esfuerzo que hacían las lágrimas de resbalar por sus mejillas, sentía que moría, sentía que su cuerpo pedía a gritos que se desvaneciera, sentía como cada articulación en su anatomía se extendía de tal manera dolorosa que hacía que todo a su alrededor se quebrara abruptamente.
Otro grito salió del fondo de su garganta, dejándose llorar de forma desconsolada en los brazos temblorosos de Michonne.
── ¡Carl! ¡El no puede...!- Sollozó audiblemente, apretó su camisa alrededor de su pecho, creyendo de forma ingenua que eso quitaría la presión presente en todo su cuerpo, sin embargo, fue en vano, porque sentía que se estaba asfixiando, sentía que el alma se le caía de la caja torácica y terminaba por desaparecer en un polvo espeso.- Carl... No, no Carl, no pude despedirme.
Luego de la muerte de Carl Grimes, lo único que se escuchó en ese triste día nublado fueron los gritos llenos de agonía de Feyla, sus alaridos de dolor y su llanto quebrado, Rick Grimes había perdido un hijo. Pero lo que sentía Feyla era igual de doloroso, había perdido a su mejor amigo, a su alma gemela, y eso jamás dejaría de perseguirla.
Nunca se perdonaría no haberlo acompañado aquel día.
Nunca se perdonaría haber confiado tanto en sus habilidades.
Nunca se perdonaría por no impedir la muerte de su padre.
Nunca se perdonaría por no prohibirle a Eric ir a esa guerra.
Nunca se perdonaría por dejar que su mejor amigo muriera.
Nunca se perdonaría no poder despedirse de su hermano y su padre una última vez.
Nunca, pero nunca, lograría perdonarse.
⁺ ˖˚ ੈ✩‧₊ ೃ .° ꣠ ⊹ ೃ° ༉‧₊ ·˚• .✦
TODO ESTABA SUMIDO en el silencio, lo único que se escuchaba eran los pasos arrastrados del grupo, las puertas de Hilltop se abrieron frente a ellos, todos estaban felices de verlos. Maggie apareció buscando entre la gente a Feyla.
Y solo se encontró con la mirada perdida de la chica.
Ron la llevaba cargada en sus brazos, Feyla no reaccionaba, estaba completamente paralizada, sus ojos solo denotaban llenos de agonía y dolor, lo único que lograba sentir eran aquellas ganas inexplicables de morir.
Y luego apareció Carol, quien miró a Daryl, quien, traía a Judith en sus brazos y a su lado Emily cargaba a Theo.
Y ellos negaron.
- Eric y Carl murieron.- Susurró Emily pasando por el lado de Maggie, sin permitirse más estar junto a aquel grupo de corazones quebrantados.
Ron se alejó aún con su novia en sus brazos y se sentó en el pasto, tocando el rostro de la rubia con cuidado, intentando alguna reacción, algún movimiento de parte de ella.
Pero no había nada.
Luego de que Feyla Brigton se quebrara completamente en los brazos de Michonne, se paralizó, quedó totalmente perdida sin reaccionar, enterraron a Carl, pero ella estaba ahí, sentada en el suelo sin siquiera moverse o pestañear, tuvieron que cargarla todo el trayecto hasta Hilltop.
Definitivamente nunca se le había visto a Fey de aquella manera, incluso Theodore supo que algo iba mal al punto de romper a llorar.
- Feyla, hey Fey.- Maggie se arrodilló a su lado, hablándole suavemente a la rubia, sabiendo muy bien que aquello en algún momento le pasó con Beth.
No hubo respuesta.
- Cariño...- Susurró Ron, pero Fey miraba el cielo, sus ojos no se movían, ni tampoco pestañeaba, y no escuchaba aquellos llamados, seguía paralizada.
Pero estaba consciente de cada doloroso sentimiento y recuerdo que la carcomía. El azul en el cielo se propagaba por sus retinas, reflejando en el cielo la mirada de Carl, de su mejor amigo, de la persona que se volvió casi su hermano. También recordó a Eric, su padre, la persona que estuvo ahí desde que llegó a Alexandria a sus quince años, quien la acogió y protegió como si fuera su hija.
Nunca podría devolverles lo que hicieron por ella.
Siempre sucedía de la misma manera, por eso siempre estuvo asustada, temerosa de amar a alguien en aquel mundo, porque todos, absolutamente todos morían.
Aquel nuevo mundo estaba plagado de desesperanza, lleno de la muerte que en un solo parpadeo podría apresarte entre sus crueles garras. Todo desaparecía, todos desaparecían ante sus ojos, todos se desvanecían convirtiéndose en la nada, como si nunca hubieran existido, como si sus vidas no importaran absolutamente nada. Y estaba tan arrepentida de olvidarlo, de olvidar en el mundo en que se encontraba.
Siempre tuvo en su mente que al entrar a Alexandria no podría olvidarse del mundo que la rodeaba, porque si lo olvidaba le pasaría aquello, sentirse tan sumergida en la agonía y con tantas ganas de morir ante una pérdida.
Y mierda, lo olvidó todo en el momento en que Eric la amó como una hija, en el momento en que Ron la miró como si fuera la mujer más perfecta en el mundo, en el momento en que Carl la trató como su persona favorita y en el momento en que Enid se convirtió en su única amiga.
Y ahora todo se estaba rompiendo de forma lenta, cruel y dolorosa.
Había olvidado sus principios básicos de supervivencia.
No ames a nadie en el fin del mundo.
¿Cómo no amar cuando solo la calma se la daban las personas que conocía?
