Capítulo 1

3K 190 26
                                    

Narra Gustabo

Conduje durante las 2 horas y media que duraba el trayecto desde Miami a los Santos dado que Horacio se durmió. No sólo tuve que cargar yo todo el equipaje mientras él lloraba en su cuarto sino que además me tuve que comer el marrón de conducir.

Aunque, a pesar de alguna putada que me hacía siempre, estaba ahí cuando lo necesitaba, no teníamos secretos ni nos guardábamos rencor. Sólo nosotros entendíamos las bromas que hacíamos o las tonterías que se nos pasaban por la cabeza, en eso éramos muy parecidos. Lo miré dormir como un bebé. Desde luego no niego que se me estaban ocurriendo unas bromas espectaculares para hacerle como pitar, poner la radio a todo volumen, gritar que nos estrellábamos... y es que eso último estuvo a punto de pasar por no mirar la carretera y haberme distraído en mis pensamientos.

Mierda.

Inevitablemente vi delante de mí como estaba a punto de estrellarme contra un joven que se percató de mi despiste.
Giré el volante lo más rápido que pude como acto reflejo y quede a un centímetro del viandante que quedó paralizado en posición fetal. Pocos segundos después levanté mi mirada y busqué al chaval con mis azulados ojos, rezando por los dioses que no le hubiese pasado nada y ahí se encontraba, intacto.

Horacio: ¿QUE COÑO HACES TÍO?
Gustabo: Menos mal... -dije resoplando-
Horacio: ¿Tú eres gilipollas? Casi nos matas y a mi doblemente por el puto susto que me has dado. -se puso la mano en la zona del corazón-
Gustabo: Créeme que te daría la razón si no llevase 2 horas y pico conduciendo. -dije alzando un poco la voz al final de la frase-
Horacio: Te recuerdo que esta noche no he dormido casi nada por el pesado del perro del vecino.
Gustabo: Bueno, ahora el perro de los huevos es mi culpa.
???: ¡Tú, de que coño vas, que casi me matas, subnormal!

Aquella voz interrumpió nuestra discusión, haciendo que enfocase mi mirada en la procedencia de la misma. Tenía un acento muy característico de la zona de Galicia, lo que me dio cierta explicación de las pintas que llevaba el joven.

Gustabo: Perdón, de verdad que lo siento, me he distraído un momento y sé perfectamente que ha sido mi culpa.
???: Joder tío ya podrías llevar más cuidado.
Gustabo: Mil disculpas, es que acabamos que llegar ahora mismo, llevo casi 3 horas de viaje y el inútil de mi compañero me ha hecho conducir todo el trayecto, entre eso y el calor que hacía por las carreteras mi cabeza estaba baja de reflejos.
???: Bueno, por lo menos has tenido los suficientes para evitar atropellarme.
Gustabo: Sí, ya te digo que por lo menos aún estoy activo.
???: ¿Y de dónde venís? Que por lo que decís sois nuevos por aquí.
Gustabo: Venimos de Miami y nos vamos a mudar aquí por ciertos motivos, entre ellos que queremos empezar una nueva vida alejados de nuestra ciudad natal.
???: Coño, pues aquí os vais a encontrar de todo chavales. -rió amablemente el gallego- Por cierto, que no me he presentado, me llamo Segismundo García, encantado.
Gustabo: ¿García? Compartimos apellidos. Yo soy Gustabo García, pero Gustabo con B, de Bombón -dije guiñándole un ojo bromeando mientras le daba la mano- y mi compañero es Horacio.
Horacio: Horacio Pérez, ya disculparás al viejo de Gustabo que está perdiendo reflejos. -le dio la mano-
Gustabo: Si nos llevamos 7 meses, inútil.
Horacio: Shh, 7 meses más bebé que tú.
Segismundo: Bueno, Gustabo y Horacio, se nota que os tenéis mucha confianza.
Gustabo: Sí, llevo viviendo al lado de este pesado 22 largos años. -le di un puñetazo-
Horacio: Nos conocimos con 3 añitos na'más. -me dio otro-
Segismundo: Pero locos que os vais a hacer daño.
Gustabo: No hombre, que lo hacemos de broma y no duele, mira.

Le di uno y se frotó la zona pero inmediatamente me dio otro a mí.

Gustabo: ¿Lo ves? Lo hago a veces porque me gusta picarle.
Segis: Sí, ya veo. Pero antes de nada, yo que vosotros apartaría el coche de aquí por el atasco que estáis formando...

Me giré y observé un cúmulo de coches de gente sin mente que nos gritaba.
Gustabo: Mierda, ven Segismundo, sube y hablamos tranquilamente.

Nos subimos los 3 al coche y comencé a conducir sin rumbo por las calles de los Santos dado que no me conocía el mapa.

Gustabo: Y bien Segis, ¿tú eres de Galicia, no? Se te nota por el acento.
Segis: Exactamente Gustabo, yo era de un pueblo de Galicia y pastoreaba por el monte con las cabras, las de mi abuelo que a mi primo y a mi nos tenía casi como esclavos trabajando.
Horacio: ¿Y eso que te viniste aquí?
Segis: Me vine aquí con mi primo el Rogelio, os lo presentaré más tarde. Queríamos cambiar de aires porque trabajábamos 12 horas al día y como comprenderéis eso no es vida.
Gustabo: Joder, ya te digo. ¿Y cuánto tiempo lleváis aquí tu primo y tú?
Segis: Si llegamos ayer, apenas me conozco tres calles, -bajo el tono de volumen- pero por lo que me han contado existen varias mafias en la ciudad , bandas organizadas que tienen buena mercancía, así que si queremos podemos tratar de integrarnos en alguna.
Gustabo: Yo lo veo, eh.
Horacio: ¿Además aquí qué trabajos hay?
Segis: Pues aparte de sicario/traficante está el otro bando que son los maderos, pero sinceramente la policía aquí por lo que he oído es muy corrupta y los tienen a todos enchufados, así que por mucho que queramos no sé si estarían dispuestos si las teorías son ciertas.
Horacio: ¿Y ya? ¿Nada más?
Segis: No hombre, puedes ser agricultor, minero, buzo,... Yo ahora mismo soy basurero, es el trabajo más recomendable para empezar.
Gustabo: Dinos dónde está el ayuntamiento y nos hacemos basureros nosotros también.

Mi superintendente [INTENABO]Where stories live. Discover now