Capítulo 30 [+18]

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Conway no me contestó, simplemente hizo que me apoyase en su amplio escritorio, colocándose detrás de mí. Se detuvo a lamer mi culo durante un par de minutos, lo suficiente para que mi erección volviese a crecer y mis gemidos comenzarán a oírse de nuevo.

Se lamió los dedos y metió uno sin previo aviso, lo que hizo que reaccionase de manera repentina por el dolor que fugazmente se convirtió en placer. Comencé a moverme para sentirlo más, pero ante aquella acción metió el segundo consiguiendo que mi espalda se arqueara, no estaba tan acostumbrado como Horacio.

Gustabo: ~Joder, super...~
Conway: ¿Vas a negarme que soy el que más te pone? -comenzó a hacer movimientos de tijera-

Su otra mano acariciaba mi glúteo y lo tocaba como él quería. En aquel momento era suyo, sólo suyo, y debía admitir que me sentía muy bien. Era imposible no sentirse sumiso frente aquel dios, todo mi ser parecía arrodillarse ante él y no podía evitar moverme bajo sus acciones y deseos. Me tenía atrapado.

Conway: Ahora vas a saber quien es tu puto jefe.

De un momento a otro metió su miembro hasta el fondo, pude notar el dolor, mis paredes trataban de dilatarse lo más rápido posible pero mis gemidos eran los únicos inevitables en la escena. Por tanto, él aún dentro de mí me tapo la boca mientras de mí salía una pequeña lágrima al tratar de acostumbrarme a su tamaño.

Conway: Joder Gustabo, tu interior. Está tan prieto. -formuló en un gruñido- 

Mientras esperaba a que mi interior se acostumbrase, comenzó a darme besos por la espalda lo cual me provocó pequeños escalofríos por el contacto de sus suaves labios. Joder, realmente me ponía.

Gustabo: ~Conway ya, muévete. Fóllame.~ -dije al cabo de unos pocos minutos-

Comenzó a embestirme lenta y sensualmente, con un ritmo marcado y cuidadoso, dando un ambiente más caliente. El dolor había dejado vía libre a únicamente placer, el cual me estaba obligando a emitir gemidos en alto. Conway salió de mí, por lo que noté un gran vacío el cual se volvió a llenar cuando me embistió de nuevo desde una posición distinta. Yo tumbado boca arriba en su mesa y el encima de mí, joder menudas vistas.

Mi erección rozaba con sus abdominales y aquello provocó que mi líquido preseminal cayera en estos. Él lo notó y agarró mi miembro para masturbarme al ritmo de sus embestidas. No aguantaría mucho más.

Gustabo: ~Me voy...~
Conway: ¿A correr? ¿Tienes puta idea de lo bien que se siente mi polla en tu culo Gustabín?
Gustabo: ~Sus palabras no ayudan, Conway.~
Conway: Superintendente. Sigo siendo tu superintendente recuerda.
Gustabo: ~Que el superintendente de esta ciudad me esté follando no ayuda tampoco.~

Conway notó aquel morbo que me causaba la situación y por el cual no aguantaría mucho, por lo que sonrió y me embistió fuerte y rápidamente hasta que mis gemidos se volvieron lo suficientemente altos como para escucharse fuera, por lo que me calló un un profundo beso haciendo que ambos nos corriésemos al mismo tiempo, él dentro de mí y yo en su mano.

Nuestras respiraciones agitadas poco a poco trataban de recuperarse, pero aquello no evitó que me diera una última caricia en la mejilla para a continuación limpiarse tanto a él como a mí. Se colocó la ropa y sin apenas mirarme salió del despacho dejándome allí solo mientras me terminaba de vestir.

Mi corazón latía apresuradamente y escuchaba internamente mis latidos procesar una situación que mi mente no podría olvidar. El jefe me dijo el otro día que mi prioridad era ganar su confianza, daba igual de qué forma, pero debía posicionarme como uno de sus hombres más cercanos para llevar a cabo el plan de la mejor manera posible y eso haría. Mi ego se estaba yendo a la mierda por esto, estaba dandole mi culo a Conway solo por poder. Pero necesitaba conseguir mi objetivo.

[...]

Gustabo: Vamos a patrullar, Horacio. -me dirigí a él-
Horacio: Está bien, hay un código 3 en la licorería, ¿vamos antes ahí?
Gustabo: Vamos.

Atendimos el atraco que acabó en un tiroteo del cual Horacio salió algo perjudicado. Una bala había alcanzado su hombro, su vida no corría peligro pero debía llevarlo al hospital para que lo atendieran los EMS.

Gustabo: ¡EMS por favor, un médico!
Médico: ¿Para su amigo?
Gustabo: Sí, le dieron un balazo en el hombro.
Médico: No se preocupe, lo atendemos inmediatamente. Espere aquí fuera o venga dentro de un rato para que podamos hacer nuestra labor, por favor.
Gustabo: Vale, gracias. 

Se llevaron a Horacio en una camilla hacia una de las salas y yo salí del establecimiento, luego volvería a verle. Caminé lentamente hasta el patrulla pero en ese momento me encontré a dos de mis compañeros..

Moussa: Señor Gustabo, qué alegría verle.
Greco: Gustabo, ¿qué haces por aquí? -me sonrió-
Gustabo: Buenas, venía de dejar a Horacio, le han dado en un código 2.
Greco: Dios mío, ¿pero está bien?
Gustabo: Sí, no os preocupéis, una bala en el hombro.
Moussa: Uf, cierto es que podría haber sido peor.
Gustabo: Así es. Bueno, iré a patrullar y luego vendré a ver a Horacio. -les sonreí para pasar por su lado-
Greco: Gustabo. -me giré- Te acompaño a patrullar, de todas formas Moussa iba a ir a su turno de multas en comisaría ¿no? -le miró algo forzado-
Moussa: Bueno, sí. Tenía que irme ya. Les dejo que se vayan a patrullar, ¡nos vemos luego!

Nuestro compañero se subió al patrulla para irse dejándonos de nuevo en aquella situación en la que nuestros ojos se observaban mutuamente. Él me ofreció de nuevo una sonrisa para lentamente acercarse, sintiendo nuestras respiraciones chocar. Su mano rozó la mía para tomarla lentamente y guiarme hasta el patrulla.

Greco: ¿Quieres conducir tú o yo?
Gustabo: Conduce tú mismo. -dije con el rostro bajo por el pequeño sonrojo que había notado en mis mejillas-

Me subí en el lado del copiloto y él en el lado contrario. Comenzó a conducir por las calles, ninguno de los dos hablaba y era una situación un tanto extraña hasta que en una pausa agarró su móvil para mandarme un mensaje.

>>Greco

G: Los patrullas tienen cámaras y micrófonos, no quiero que Conway se vuelva a poner "celoso" o deje de tener los cojones católicos pero...¿quieres que vayamos a cenar esta noche?  C/ Grove St. nº 8, a las 20:00h.

G: 👍🏼


Mi superintendente [INTENABO]Onde histórias criam vida. Descubra agora