Capítulo 24

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Volkov: Hombre Horacio ¿se encuentra mejor?
Horacio: Un poco, ya no me mareo. -el contrario le sonrió y éste se acercó a su lado- ¿Qué haces?
Volkov: Pasando los datos al informe mensual. Ser policía no sólo consiste en andar por la calle y detener a la gente.
Horacio: Mmm...parece interesante. Aunque si fuese policía me gustaría ir a robos. Se ve más emocionante que pasar datos. -rió-
Volkov: También es cierto. Pero si esto no lo hago yo, no lo hará nadie. -continuó escribiendo-

Horacio se colocó detrás de él y apoyó con los brazos en el respaldo de la silla. A pesar de que anteriormente iba peor que Gustabo, le había bajado hace bastante el alcohol y por ello se podía mantener con una actitud normal ante el comisario. Aunque ello no evitaba que dejase de estar nervioso por su presencia.

Horacio: Oye y fuera del trabajo ¿cuáles son tus hobbies?
Volkov: ¿Mis hobbies? -dijo el ruso un poco extrañado- No me suelen hacer esa pregunta.
Horacio: Bueno no tiene nada de malo conocer a las personas con las que trabajas ¿no?

Volkov nunca había dicho sus hobbies a nadie dado que nunca se lo habían preguntado y tampoco era de su interés compartirlos. Todo el mundo lo trataba como el comisario del CNP, un superior frío que apenas mostraba indicios de cualquier sentimiento. En la mayoría de casos se mantenía inexpresivo, mandaba a sus inferiores pero era mandado por sus superiores Conway y Michelle.
Nadie se atrevía a preguntarle cualquier cosa fuera del ámbito profesional o laboral por miedo a su seriedad, pero en el fondo era todo lo contrario a las creencias que había sobre él.

Volkov: Bueno yo... nunca le he hablado acerca de mis gustos a nadie. Soy bastante reservado en ese sentido, pero si quiere le puedo contar...
Horacio: No se preocupe, yo soy una tumba. Se lo puede decir Gustabo, tengo secretos de él que no diría a nadie ni aunque me amenazasen con matarme. Si en algo puede confiar en mí es en mantener los secretos bajo llave. -soltó el de cresta-
Volkov: Bien... -rio sencillamente- A ver mis gustos son un poco especiales. En el fondo, me gustan los animes y todo lo relacionado con el mundo otaku y lo japonés...

Horacio abrió la boca y los ojos de par en par al escuchar aquella declaración. Sin duda lo último que se esperaba de aquel comisario era su preferencia por el mundo del anime. Sus ojos brillaron al ver que tendría una forma de conquistar a aquel hombre.

Horacio: ¡No me digas! Pues yo no he visto ningún anime pero me quería ver alguno como Attack on Titan o algunos más que me dijeron pero no sabía con quién vérmelo.
Volkov: Attack on Titan me gustó mucho, pero antes te recomendaría Monthly Girls' Nozaki-kun. Además este último hace mucho que lo acabe y estaba pensando en volverlo a ver, es cortillo.

Los ojos de Horacio brillaban como las estrellas en medio de una oscura noche. Sólo de imaginar que podría ver algo que le gustase a su acompañante y estar junto a él le hacía sumamente feliz.

Horacio: ¡Pues nos vemos ese! ¿Cuándo quieres? ¿Mañana? ¿Por la tarde? Y podemos pedir en un restaurante japonés donde hacen un sushi buenísimo, tiene 5/5 estrellas y podemos pedir para llevar y...
Volkov: -rio- Tranquilícese Horacio. Mañana por la tarde estaría muy bien y está bien que lo digas porque me encanta la comida japonesa.
Horacio: ¡Perfecto! ¿En tu casa o en la mía?

Ambos se miraron uno al otro. Aquella pregunta había sonado con segundas intenciones sin Horacio percatarse antes de decirlo.

Horacio: Es decir, ¿qué dónde prefieres ver la serie mañana? -se rascó la nuca nervioso-
Volkov: Bueno igual en tu casa molestamos a Gustabo. Si quieres en la mía, total vivo solo y tampoco es que tenga vecinos.
Horacio: Muy bien.

Sin duda aquel sería uno de los días más felices que no olvidaría. En ese momento, Conway entró al vestuario con Gustabo inconsciente en su hombro y lo colocó con cuidado en el suelo.

Horacio: ¡Gustabo! -dijo mientras corría hacia él-
Conway: Tranquilo supernena. Se ha quedado dormido de la cogorza que llevaba encima.
Horacio: ¿Gustabo? Pero si normalmente se le pasa al rato.
Conway: Claro, como la nochecita en la fiesta del vicio. ¿Necesitáis que os llevemos a casa?
Horacio: No se preocupe, ahora vienen nuestros amigos.
Conway: Está bien. Mañana es vuestro día libre, pero por el robo del coche tendréis que venir.
Horacio: ¿Puede ser a las 5? -preguntó y miró a Volkov con una sonrisa-
Conway: Está bien.

Horacio asintió y Conway se retiró.

Volkov: Bueno pues mañana a las 5 y luego vamos a ver la serie.
Horacio: Por mí genial. -dijo entusiasmado- Ahora voy a tratar de llevar a Gustabo hasta el coche de fuera, que nos están esperando.
Volkov: ¿Necesita ayuda?
Horacio: No tranquilo. Puedo solo.

Se despidieron y el de cresta cargó al rubio hasta el coche para volver a su casa tras una larga noche que éste nunca olvidaría.

Mi superintendente [INTENABO]Where stories live. Discover now