Capítulo 25

1.2K 119 17
                                    

Narra Gustabo

Desperté con cierto dolor de cabeza en mi cama. Por la luz que entraba a la habitación diría que eran las 11 de la mañana. Miré a mi reloj y efectivamente marcaban las 11:14.

Me levanté y fui al baño a asearme e iba a avisar a Horacio para desayunar cuando escuché gemidos provenientes de su habitación.

Abrí silenciosamente la puerta para pillarle en medio del tema pero cuando me asomé vi que se estaba masturbando con unos boxers negros. Nunca había hecho eso y no porque lo haya observado más veces, aunque es cierto que teníamos una extraña costumbre de espiar al otro cuando se autosatisfacía. Cómo no, escuché que gemía el nombre de Volkov.

Horacio: ¿Gustabo?
Gustabo: Hombre, buenos días.
Horacio: ¿Me estabas espiando?
Gustabo: Me he levantado y escuchaba gemidos, como para no asomarme a ver el espectáculo.
Horacio: Que guarrrro eres.
Gustabo: Lo dice el que se queda dormido para ver cómo me masturbo. -me crucé de brazos-
Horacio: Ay tonto, ya sabes porqué lo hacía. Por cierto ¿qué tal ayer con Conway?
Gustabo: ¿Cómo que qué tal? ¿Acaso ayer estuve con él?
Horacio: Pues claro... ¿No te acuerdas? -negué rotundamente- Ayer salimos, bebimos, nos arrestaron Conway y Volkov, nos llevaron a la comisaría y tú te fuiste al despacho del superintendente con él a solas.

Tragué saliva nerviosamente. No recordaba nada de aquello. Mi último recuerdo era en la playa con Horacio, Emilio y Segismundo.

Horacio: Gustabo ¿en serio no recuerdas nada?
Gustabo: Joder, ya me gustaría acordarme.
Horacio: Bueno, la cosa es que yo hoy tengo una cita con Volkov -me dijo con una gran sonrisa-

A pesar de que mi reacción debería haber sido positiva, un fuerte impulso interior se negó a tomarse aquella noticia de la mejor manera y borré mi sonrisa de inmediato. Y es que aquel pensamiento de quedarme solo por culpa de aquel ruso volvió a atormentar mi paz mental.

Gustabo, sabes que esto es un paso más para perder a Horacio.

Pogo me habló desde el subconsciente y a pesar de que lo más indicado era evitarlo y no hacerle caso, debo reconocer que había veces que no le faltaba razón en lo absoluto.

Gustabo: Me alegro por tí, Horacio. -dije fallando un poco en el intento de mostrar una sonrisa falsa-
Horacio: Siiii, vamos a ir esta tarde a su casa para empezar a vernos una serie. Ya te contaré qué tal ha ido. De igual forma, tenemos que ir a comisaría a las 5 porque el super nos quiere echar la bronca por el robo del coche de ayer.
Gustabo: ¡Mierda! Que lo tiré por el barranco.
Horacio: ¿Se lo dijiste?
Gustabo: No tengo ni puta idea, por eso mismo estoy más que cagado. -dije llevándome la mano a la frente-
Horacio: Venga no te preocupes que nos echará la chapa, luego nos dará un par de porrazos y ya estaría.
Gustabo: Y una multa.
Horacio: Hombre, si consigues convencerle de que no es para tanto de otras maneras... -levantó las cejas con una pequeña sonrisa incitante-
Gustabo: Horacio, por favor... -miré hacia otro lado-
Horacio: Venga, ¿no quieres ese dinero para conseguir droga?
Gustabo: Pero si tenemos suficiente para eso.
Horacio: Hombre, imagínate que nos quitan la paga por esto y encima nos ponen una multa y el propietario nos denuncia. A la mierda todo e incluso te diría que nos echarían de esta casa.

Me paré a pensar y dada la gran cifra de dinero que requería el alquiler de aquella casa tenía bastante razón. En cambio, en el fondo, era una persona bastante reservada en cuanto a sentimientos y solía costarme abrirme.

Algo que nadie sabía es que Pogo, además de no tener ningún tipo de barrera ni vergüenza a la hora de tratar con alguien, sale cuando o bien no me tomo las pastillas o de vez en cuando cuando estoy borracho. En este último caso, afortunadamente hasta el momento, no se ha dado que haya raptado ni torturado a nadie, simplemente se limita a lo sexual.

Eso es algo que realmente me estaba preocupando por lo que podría haber pasado en la noche anterior, porque realmente no tenía ni la menor idea de que pudo ocurrir con él a solas, pero espero que nada fuera de lo corriente...

Horacio: Igualmente yo le echaría el muerto a Emilio y Segis, encima de que nos dejaron ahí tirados.
Gustabo: ¿Y qué decimos?
Horacio: Podemos aclarar que fue una broma y que nos pidieron conducir y resulta de que era robado.
Gustabo: Mmmm...¿funcionará?
Horacio: Yo paso de que nos metan una multaza por esto, Gus...
Gustabo: Está bien. Vamos de camino.

Salimos hacia la comisaría y nada más llegar nos dirigimos al despacho del superintendente donde estaba él mismo y Volkov esperándonos.

La hora no pasó ni muy rápida ni muy lenta. Explicamos lo sucedido, no paraba de lanzarle disimuladas pero intimidates miradas lo mejor que supe para conseguir su perdón lo cual logré dado que finalmente no nos puso ninguna incidencia, simplemente utilizó aquella reunión como aviso.

Horacio y Volkov salieron por la puerta para ir a su "cita" y yo estaba dispuesto a irme cuando Jack me detuvo.

Conway: Escúchame capullo, no vuelvas a hacer ninguna de estas gilipolleces ni una sola vez más, ¿me oyes?
Gustabo: Sí, está claro. -iba a dar un paso más en dirección a la puerta, pero me detuve- Oiga, ¿puedo preguntarle algo?
Conway: Adelante -se sentó en su sillón-

Cerré la puerta y me senté en mi ya habitual silla. Comenzó a ordenar los papeles que tenía encima de su escritorio y no sabía realmente como empezar con aquello, pero debía hacerlo.

Gustabo: Superintendente...lo que ocurrió ayer lo recuerdo a medias. -me miró- Quiero decir, no se muy bien qué ocurrió aquí en comisaría, de ello no recuerdo nada. Horacio me dijo que nos quedamos usted y yo a solas por ello quería pedirle perdón si dije o hice cualquier tontada ayer, estaba borracho.

No me contestó, volvió su mirada a aquella infinita cantidad de papeles sin expresividad alguna. Aquella acción me puso aún más nervioso que antes. ¿La lié tanto ayer?

Gustabo: Por favor superintendente, si está molesto conmigo por algo que hice ayer le pido que me perdone. No tenía conciencia y de verdad me gustaría recordar algo pero no me es posible. -Volvió a fijar su mirada en mí y dejó los papeles a un lado.-
Conway: Gustabo, no hiciste nada malo. Simplemente te he citado aquí con tu hermanito Blas por lo del robo.
Gustabo: ¿Pero cómo es posible que no me diera de porrazos? Si estando normal no me aguanta, ebrio es imposib...
Conway: No hiciste nada malo. Eres como una puta mosca cojonera pero no hubo motivo por el cual pegarte, así que no te preocupes por ello.

Acto seguido continuó su tarea, dejándome ciertamente confuso por la amabilidad con la que me estaba tratando aquel día.

Gustabo: Eh...está bien. Bueno, me tengo que ir nos vemos mañana.

Me levanté de la silla y, sin ver siquiera su reacción o dejar contestarle, salí de aquel despacho.
Estaba sospechando de que me ocultaba algo. Quedé con Segis, Emilio y Manolo, al cual no habíamos visto desde el día en el que lo conocimos pero me cayó muy bien. A falta de Horacio, me fui con ellos al casino para aprovechar a distraerme de todo el trabajo.

Mi superintendente [INTENABO]Where stories live. Discover now